Los Fluxá salen de ACS tras perder 300 millones y alimentan el riesgo de opa
La familia mallorquina ha vendido con graves minusvalías su 5,6% de la constructora, en la que entraron en 2007 al invertir 826 millones de euros a golpe de crédito
Una década después de invertir 826 millones en acciones de ACS, la familia Fluxá, dueña de Iberostar, ha salido oficialmente del capital de la constructora. Tras tantear el mercado desde finales del pasado año, como adelantó El Confidencial el 11 de noviembre, los empresarios mallorquines encargaron este lunes la venta del 5,6% que aún controlaban del grupo dirigido por Florentino Pérez. El resultado de la aventura ha sido una ruina, con unas pérdidas que superan los 300 millones de euros.
Los Fluxá entraron en ACS en junio de 2007 por la amistad que tenían con el presidente de la multinacional y con los March, en aquel momento el primer accionista del grupo de construcción, con el 22% del capital. En pleno calentón del sector, gracias al 'boom' del gasto público para levantar grandes infraestructuras, los dueños de la cadena hotelera pagaron 46,82 euros por cada acción de la compañía, una inversión llevada a cabo casi íntegramente con créditos bancarios concedidos por BBVA, Santander, Sabadell, CaixaBank, Bankia y Bankinter.
La garantía de estos préstamos eran precisamente los títulos de ACS, que hasta la fecha nunca han recuperado el nivel que alcanzaron antes del 'crash' de la economía mundial. Pese a que la cotización de la constructora llegó a hundirse hasta los 11 euros, los Fluxá se negaron a reconocer las pérdidas latentes que acumulaban y que llegaron a superar los 600 millones de euros. Solo en 2013 y tras las advertencias de su auditor, Ernst & Young (ahora EY), la familia aceptó provisionar 147 millones contra las cuentas del ejercicio 2012. Unas dotaciones que llevaron al grupo turístico balear a entrar en pérdidas por primera vez desde 2008.
Pese a ello, los empresarios mallorquines, fundamentándose en una valoración interna, consideraron que el valor real de las acciones era incluso mayor al que habían pagado. Lo situaban en 47,9 euros, una tasación que empleaban para evitar reconocer pérdidas adicionales, lo que hubiera provocado que los bancos acreedores ejecutasen la garantía. Sin embargo, lejos de adoptar medidas drásticas, BBVA, Santander, Sabadell, CaixaBank, Bankia y Bankinter prolongaron el vencimiento de sus créditos en 2012 y posteriormente en 2015.
Los últimos cálculos de los Fluxá indicaban que las acciones de ACS valían al menos 37,13 euros. Pero este lunes encargaron vender su participación cuando la cotización de la constructora se movía ligeramente por encima de los 32 euros. Por la operación, encargada al banco estadounidense Jefferies, van a conseguir unos 550 millones. En consecuencia, las pérdidas acumuladas en la inversión en la empresa dirigida por Florentino Pérez superan los 300 millones de euros, teniendo en cuenta los intereses pagados.
Pese a ello, los propietarios de Iberostar han preferido hacer cuenta nueva con el fin de obtener liquidez y reinvertir en su negocio natural. Es decir, en comprar establecimientos hoteleros que han sido puestos a la venta al calor de la recuperación de las ocupaciones y de la subida de precios.
Buena para la acción
La venta del 5,6% de los Fluxá coincide con la salida de los March, que apenas mantienen cerca del 2% de ACS tras reducir de forma parsimoniosa, pero constante, su elevada participación. Para la cotización de la constructora es todo un alivio, puesto que la presión vendedora de estos dos accionistas ha impedido que la mejora de la solvencia del grupo —ha disminuido su deuda en cerca de un 80% en cuatro años— se reflejase en el precio en bolsa. Tras deshacerse de su paquete en Iberdrola y vender sus activos de energías renovables, aeropuertos y servicios urbanos, el pasivo del 'holding' apenas es de 1.600 millones, frente a los más de 9.000 que llegó a arrastrar.
Pero al mismo tiempo deja a Florentino Pérez prácticamente como único accionista de referencia, ya que 'los Albertos' —Alberto Alcocer y Alberto Cortina— apenas mantienen por su parte menos de un 5% del capital. Por tanto, el control de la compañía está más expuesto al riesgo de opa, especialmente por el interés de los grandes conglomerados chinos por ganar tamaño y comprar la tecnología de las compañías europeas.
Las acciones de ACS comenzaban la sesión siendo el 'farolillo rojo' del selectivo español, cayendo un 2% en los primeros compases de la jornada bursátil. Superada la primera hora de cotización, los títulos cedían en torno a un 0,5% y se quedaban cerca de los 32,02 euros por acción.
Una década después de invertir 826 millones en acciones de ACS, la familia Fluxá, dueña de Iberostar, ha salido oficialmente del capital de la constructora. Tras tantear el mercado desde finales del pasado año, como adelantó El Confidencial el 11 de noviembre, los empresarios mallorquines encargaron este lunes la venta del 5,6% que aún controlaban del grupo dirigido por Florentino Pérez. El resultado de la aventura ha sido una ruina, con unas pérdidas que superan los 300 millones de euros.