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Abengoa urge 2.500 millones en una semana al incrementarse su agujero contable
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bancos y bonistas negocian quién pone el dinero

Abengoa urge 2.500 millones en una semana al incrementarse su agujero contable

La empresa andaluza necesita un crédito extraordinario de 1.700 millones y avales por 800 más tras anunciar pérdidas históricas en 2015 y deteriorarse el patrimonio

Foto: Vista aérea de la Plataforma Solar de Abengoa en Sanlúcar La Mayor. (EFE)
Vista aérea de la Plataforma Solar de Abengoa en Sanlúcar La Mayor. (EFE)

Abengoa tiene la misma rotación de presidentes y consejeros delegados que el Real Madrid de entrenadores. Pero, como en el club de fútbol, el problema de fondo sigue sin resolverse. En el caso de la empresa, la inyección de liquidez necesaria para evitar la entrada definitiva en concurso de acreedores y la liquidación posterior. Según fuentes próximas al grupo andaluz, tras las pérdidas históricas anunciadas el pasado lunes, la compañía necesita en una semana 2.500 millones para sobrevivir, entre 600 y1.000 millones más de lo estimado hasta hace bien poco.

José Domínguez Abascal, el último presidente destituido de Abengoa, había estimado que, en el caso de llegar a un acuerdo de capitalización de la deuda con los acreedores, la empresa resultante necesitaría un préstamo de entre 800 y 1.000 millones de euros, tal y como adelantó El Confidencial el pasado 25 de enero. A esa cantidad de dinero nuevo había que añadir entre 600 millones en avales, que la banca debía poner en nombre del grupo sevillano para poder continuar con las actividades ordinarios. En total, un máximo de 1.600 millones.

Ahora, tras reconocer a última hora de la noche del pasado 29 de febrero que el grupo perdió 1.112 millones de euros en 2015, esas urgencias se han incrementado hasta 2.500 millones. Esta cantidad se divide entre un préstamo extraordinario de 1.700 millones y avales por hasta 800. La cifra global -2.500 millones- es de un importe no visto en ninguna operación de rescate de una compañía de alto riesgo o distress ni en Europa ni en Estados Unidos, lo que da una idea muy precisa de la dimensión del problema que Abengoa supone para los acreedores.

Según distintas fuentes, los bancos y los bonistas, que se reparten a parte casi iguales los 9.500 millones de deuda corporativa, están de acuerdo en aceptar una quita del 70% sobre este pasivo, por lo que aceptarán perder unos 6.000 millones y canjear el resto en acciones para convertirse en los propietarios mayoritarios de la multinacional de ingeniería. Pero en lo que aún están muy lejos es en consensuar quién y en qué condiciones ponen los 2.500 millones de euros.

Para la banca, prestar dinero a una compañía que le ha hecho un roto de tal tamaño es un completo contrasentido, difícil de explicar a los reguladores, muy exigentes con la contabilización de los préstamos fallidos y de los clientes morosos. Pero el conocido como 'G-7', formado por Santander, Caixabank, Sabadell, Popular, Bankia, Crédit Agricole y HSBC, está dispuesto a poner de nuevo su balance si los bonistas se hacen cargo de la totalidad del préstamo extraordinario. El acuerdo tiene que alcanzarse durante la próxima semana para que de tiempo a los comités de riesgo de todos los bancos internacionales -se necesita el visto bueno del 75% de la masa acreedora- a aprobar la operación y redactar jurídicamente los contratos. De lo contrario, no llegarían al 27 de marzo, fecha límite para eludir el concurso.

Lo cierto es que hasta la fecha no han conseguido ponerse de acuerdo ni para cómo financiar a Abengoa los 165 millones con los que debía pagar las nóminas de sus 24.000 empleados y las facturas vencidas de los acreedores. De hecho, la plantilla sigue sin cobrar el mes de febrero. La última promesa es que se confía en que el próximo lunes se acerquen las posturas, la banca libere garantías de Atlantica Yield (antigua Abengoa Yield) y acepten el préstamos concedido por los bonistas al 15% de interés.

Premio por creacion de valor

Fuentes próximas a las negociaciones aseguran que la primera reunión con el nuevo presidente, Antonio Fornieles, con los acreedores ha sido positiva, ya que tiene claro que la única solución es aceptar la toma de control total por parte de los bancos y los bonistas. El nuevo primer ejecutivo, muy próximo a la familia Benjumea, a quienes les aprobó los bonus millonarios, acepta la propuesta de solo dejar el 5% en manos de los actuales accionistas, frente hasta el 15% que llegaron a reclamar la familia andaluza. Pero ha requerido que se les conceda otro paquete similar en el caso de que, tras poner en práctica el plan de viabilidad, la cotización de la compañía resultante alcance un determinado precio en bolsa. Es decir, un premio por creación de valor.

De esa manera se salvaría el escollo de las familias sevillanas que actualmente controlan el 60% de los derechos económicos de Abengoa, que temen ser ejecutados por la banca si no tienen un número mínimo de títulos que puedan ser usados como garantías de sus préstamos personales. No hay que olvidar que en septiembre ya fueron ejecutados parcialmente por ser incapaces de hacer frente a unos créditos de 135 millones en manos de Sabadell, Unicaja, Popular, Bankinter, Bankia y Caixabank, entre otros

Abengoa tiene la misma rotación de presidentes y consejeros delegados que el Real Madrid de entrenadores. Pero, como en el club de fútbol, el problema de fondo sigue sin resolverse. En el caso de la empresa, la inyección de liquidez necesaria para evitar la entrada definitiva en concurso de acreedores y la liquidación posterior. Según fuentes próximas al grupo andaluz, tras las pérdidas históricas anunciadas el pasado lunes, la compañía necesita en una semana 2.500 millones para sobrevivir, entre 600 y1.000 millones más de lo estimado hasta hace bien poco.

Concurso de acreedores Felipe Benjumea HSBC
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