Atlantica Yield busca un mirlo blanco para cortar el cordón umbilical con Abengoa
Atlántica Yield quiere independizarse de Abengoa a toda costa y busca un socio industrial que, de acuerdo con los acreedores, adquiera el 40% que posee todavía el grupo andaluz
Mientras la banca acreedora prepara su respuesta al proyecto de saneamiento y refinanciación presentado por Abengoa, la joya de la corona identificada en Atlantica Yield trabaja callada y silenciosamente en la búsqueda de un socio industrial que adquiera la participación en manos del grupo andaluz y termine de cortar el cordón umbilical que todavía une a las dos entidades. El máximo responsable ejecutivo de Atlantica Yield, Santiago Seage, ha otorgado mandato a diferentes bancos de inversión para ‘cazar’ ese mirlo blanco que puede resultar decisivo en el plan de rescate de la multinacional controlada por la familia Benjumea.
La alianza con un nuevo accionista de referencia exige la autorización previa de los bancos acreedores, que a día de hoy tienen pignorada la mayor parte de la participación del 42% que, en números redondos, posee Abengoa en Atlantica Yield. Las entidades financieras disponen de garantías sobre un 25%, en tanto que el fondo británico The Children Investment se reserva derechos de propiedad sobre otro 14%. La clave consiste, por tanto, en asegurar una oferta suficientemente atractiva que levante todas estas hipotecas y satisfaga el reembolso de los créditos antes de que otros acreedores puedan lanzarse al abordaje del más preciado tesoro de Abengoa.
Los activos de Atlantica Yield están a salvo desde el momento en que la empresa no está sometida a la normativa concursal española, pero los bonistas del grupo andaluz, que poseen casi 4.000 millones del total de 9.500 millones de deuda financiera, no han ocultado su interés en echar el lazo accionarial a la compañía domiciliada en el Reino Unido y cotizada en el Nasdaq. Atlantica Yield ha emprendido un plan ‘independentista’ reduciendo el peso de su matriz por debajo de la mayoría de capital, y ha cambiado incluso su nombre original de Abengoa Yield, pero todos estos esfuerzos irán al traste si finalmente las acciones en poder de Abengoa son utilizadas como moneda de cambio para salvar los muebles del grupo en España.
Dentro de esta misma estrategia de blindaje, se inscribe la reciente adquisición del 6,3% de Atlantica Yield que ha llevado a cabo el filántropo estadounidense David A. Tepper a través de una serie de operaciones financieras dirigidas por su propio fondo de inversión, Appaloosa Management. Otro de los accionistas destacados de referencia, con una participación del 5,5% en Atlantica Yield, es la gestora norteamericana Waddell & Reed, que recientemente ha consolidado también su posición en la propia Abengoa, convirtiéndose en el segundo socio del grupo, tras la familia Benjumea, con cerca del 8,5% del capital.
Atlantica Yield ha conseguido reunir en su accionariado a un elenco de socios financieros, principalmente norteamericanos, que contribuyen a marcar distancias con Abengoa, entre los que figuran también el fondo de inversión Guggenheim y las firmas Jennison Associates y MFS Investment Management. Todas estas marcas juntas, que suman buena parte del ‘free float’ de la empresa, constituyen el mejor reclamo para atraer al ansiado ‘príncipe azul’ y espantar a la multitud de pretendientes que tratan de sacar partido a su condición de acreedores de Abengoa agolpándose a las puertas de Atlantica Yield.
Los bancos acreedores no quieren quitas de deuda sino una recapitalización que les otorgará la propiedad sobre casi el 100% de la futura Abengoa
La dirección del grupo andaluz está ahora a la espera de la decisión que puedan adoptar los bancos del G-7, cuya representación en la mesa de negociaciones es coordinada por el socio de KPMG, Ángel Martín, experto en procesos de reestructuración de empresas y administrador concursal en algunas de las más célebres suspensiones de pagos en España. Las entidades de crédito se han quejado del papel protagonista que sigue ejerciendo dentro de la compañía el antiguo presidente, Felipe Benjumea, y no parecen dispuestas a aceptar la tesis general de Abengoa, que trata de asegurar quitas de deuda por valor equivalente al 70% del pasivo financiero.
La posición inicial de los bancos se orienta por la vía de la recapitalización, lo que supondría la toma de control absoluto de la empresa, ya que el valor neto de Abengoa tras la reestructuración industrial que implica el rescate se estima en 5.400 millones de euros, cifra equivalente al importe de los créditos que serían reconvertidos en acciones. La venta de la participación de Atlantica Yield podría servir como baza secreta para resarcir en parte a las entidades de crédito y liberar títulos de la matriz que permitirían a la familia Benjumea mantener al menos un pie dentro de Abengoa.
Mientras la banca acreedora prepara su respuesta al proyecto de saneamiento y refinanciación presentado por Abengoa, la joya de la corona identificada en Atlantica Yield trabaja callada y silenciosamente en la búsqueda de un socio industrial que adquiera la participación en manos del grupo andaluz y termine de cortar el cordón umbilical que todavía une a las dos entidades. El máximo responsable ejecutivo de Atlantica Yield, Santiago Seage, ha otorgado mandato a diferentes bancos de inversión para ‘cazar’ ese mirlo blanco que puede resultar decisivo en el plan de rescate de la multinacional controlada por la familia Benjumea.
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