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Isolux retrasa los pagos por falta de liquidez y hace saltar las alarmas en la banca
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abona las facturas a más de un año

Isolux retrasa los pagos por falta de liquidez y hace saltar las alarmas en la banca

La compañía de ingeniería está en una situación muy delicada después de que varios bancos extranjeros le hayan cortado el grifo, lo que la obliga a demorar el abono de las facturas

Foto: Sede de Isolux. (Enrique Villarino)
Sede de Isolux. (Enrique Villarino)

Abengoa no es la única ingeniería con problemas de pago. Isolux, la compañía controlada por Luis Delso, ha elevado a más de 365 días los retrasos en los abonos de las facturas a los proveedores, lo que ha desatado las alarmas en la banca. Varias entidades extranjeras han dejado ya de prestar dinero a la compañía por el riesgo de cobro, lo que complica aún más el futuro del grupo.

Fuentes próximas a los acreedores aseguran que la constructora tiene varias obras paradas por falta de financiación, debido a que determinados bancos internacionales han decidido no concederle más créditos. Uno de ellos es Bank of America Merrill Lynch, que ya en 2014 exigió el recobro de un crédito de 40 millones y rompió relaciones con Isolux. Aunque la empresa consiguió refinanciar ciertas líneas de liquidez y un crédito sindicado por 263 millones hasta 2020, lo cierto es que su posición de caja a corto plazo se ha resentido notablemente.

Según los datos del grupo a 30 de septiembre, Isolux disponía de líneas de financiación a corto plazo, incluido el 'factoring', por 118,91 millones de euros, frente a los 211 millones que contabilizaba un año antes. Es decir, cuenta con casi un 45% menos de dinero para hacer frente a sus pagos más inmediatos. Actualmente, la compañía de ingeniería debe afrontar vencimientos a corto plazo por 267,65 millones sobre una deuda corporativa de 1.600 millones y un pasivo global de 4.000 millones. Como en Abengoa, su endeudamiento está compuesto por préstamos tradicionales, bonos y 'project finance'.

Por este desequilibrio, Isolux está demorando el pago de las facturas. La compañía reconoce que el pasado año ya no cumplía con el plazo máximo establecido por ley para abonar las facturas a proveedores españoles, fijado en 60 días. El grupo de Luis Delso, que tiene sus acciones a través de una sociedad domiciliada en Holanda, excedió en 80 días el pago del 55% de sus deudas, frente a los 38 días de retraso que ya acumulaba en 2013.

En consecuencia, Isolux pagaba ya a 140 días, una situación que, según fuentes próximas a los acreedores, se ha deteriorado de forma notable a lo largo de este ejercicio. Las mismas fuentes elevan hasta 420 días el cumplimiento de algunas obligaciones con proveedores, algunos de los cuales han confirmado a El Confidencial que desde hace tiempo están recibiendo pagarés a un año como contrapartida a sus servicios.

Fuentes oficiales de Isolux no han contestado a las llamadas de este medio para conocer su versión sobre esta información. El último informe anual de la compañía señala que “la política de pagos a proveedores del grupo conforme a lo antes señalado responde a los pactos alcanzados de común acuerdo con aquellos y toma en consideración las circunstancias del mercado, teniendo en cuenta el volumen de obras y suministros derivados de contratos suscritos con diferentes administraciones públicas, así como el periodo de cobro habitual en los sectores de actividad en los que opera”.

Ventas urgentes y en cuarentena

Ante esta coyuntura, la única solución que tiene Isolux para corregir el desequilibrio es acelerar la venta de activos a la que se comprometió el pasado verano cuando refinanció parte de su deuda. La sociedad tiene en el mercado sus redes de transmisión en Brasil y T-Solar, su filial de renovables. Los activos en la alicaída economía latinoamericana han sido ofrecidos a numerosos fondos, que han declinado comprarlos por el desplome del PIB local -4,5% en el tercer trimestre- y la incertidumbre política, que puede acabar con la recusación de la presidenta Dilma Rousseff.

Por su parte, T-Solar lleva casi ocho meses tratando de refinanciar sus 1.000 millones de deuda con Caixabank, Santander y BBVA, elemento básico para su posterior venta. Aunque Antonio Portela, consejero delegado de Isolux, aseguró a finales de septiembre que el acuerdo con los acreedores está hecho, lo cierto es que aún no se ha firmado. El reflejo de estos problemas es que el precio de los bonos emitidos en 2014 está en mínimos históricos, al desplomarse hasta apenas el 26% de su valor facial.

Isolux perdió 19,9 millones de euros entre enero y septiembre de 2015, lo que supone un incremento del 18,6% en las pérdidas debido, precisamente, a la cancelación de dos proyectos que tenía en Brasil, anulaciones que también impactaron en su ebitda. La agencia de 'rating' Fitch, que tiene a la empresa calificada como bono basura, advierte de que la compañía "podría sufrir algún tipo de tensión de liquidez si las desinversiones puestas en marcha no se completan tal como están previstas". Especialmente, si el fondo de inversión canadiense PSP no le abona los 197 millones por la disolución de una alianza para invertir en infraestructuras y lleva el conflicto a los tribunales de arbitraje.

Abengoa no es la única ingeniería con problemas de pago. Isolux, la compañía controlada por Luis Delso, ha elevado a más de 365 días los retrasos en los abonos de las facturas a los proveedores, lo que ha desatado las alarmas en la banca. Varias entidades extranjeras han dejado ya de prestar dinero a la compañía por el riesgo de cobro, lo que complica aún más el futuro del grupo.

Luis Delso Bank Of America
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