Indra prepara un ajuste de plantilla de hasta 3.500 empleados para volver al beneficio
Fernando Abril Martorell se ha propuesto rebajar los costes para mejorar los márgenes de una compañía que se deterioran hasta mínimos históricos durante la última etapa de Javier Monzón
Fernando Abril-Martorell, el nuevo presidente de Indra impuesto por el Gobierno con la colaboración de Telefónica, quiere que la compañía sea rentable para sus accionistas lo antes posible. Con ese objetivo, el primer ejecutivo de la empresa quiere recortar los costes a la carrera mientras trabaja en un plan estratégico para “reposicionar” los ingresos. Una de las medidas que adoptará en breve será un ajuste de la plantilla que puede afectar a entre 2.000 y 3.500 empleados.
Fuentes próximas a Indra han confirmado que en las próximas semanas podría anunciar un expediente de regulación de empleo (ERE) para redimensionar una empresa que tiene una plantilla de 40.870 trabajadores, según los últimos datos oficiales. De esta fuerza laboral, algo más de la mitad –21.000 personas– está en España, unidad de negocio que apenas aporta el 35% de los ingresos del grupo.
Una revisión de las cuentas de los últimos años muestra el desequilibrio entre la distribución de los gastos y la facturación. Desde 2007, la plantilla de Indra en España ha crecido un 17%, mientras que la cifra de negocio registrada en el país ha caído un 21%, una desproporción que ha afectado a los márgenes de la multinacional, que se han estrechado trimestre contra trimestre desde el estallido de la crisis. En el último de 2014, el margen bajó al 5,7%, frente al 7,5% del mismo periodo de 2013.
Fuentes oficiales de Indra han indicado que, hasta el momento, no se ha aprobado ninguna medida en este sentido y que el presidente expondrá el nuevo plan estratégico entre finales de junio y principios de julio. Ahí será cuando se concrete el ajuste de costes, que fuentes internas de la empresa consideran necesario para volver a la rentabilidad.
La mayoría de los brokers internacionales que cubren las acciones de Indra dan por hecho que Abril-Martorell aplicará un severo recorte de personal. Credit Suisse asegura que “el nuevo CEO –en referencia al presidente– reconoce que Indra tiene una inapropiada base de costes”. “España es obviamente el área que está bajo el foco”, agrega para incidir en que “el único camino para mejorar la situación es a través de una reestructuración” que debería ser “significativa”.
El salario medio de los algo más de 40.000 empleados de Indra es de 36.000 euros. Los expertos de Credit Suisse, banco del que Abrill-Martorell fue máximo responsable entre agosto de 2005 y enero de 2011, indican que para que la compañía vuelva a tener márgenes del 8% es necesario un recorte de personal de unos 1.800 empleados, el 8% de la plantilla de España y el 5% de todo el grupo. Dicha reducción tendría un coste de unos 50 millones.
Pero si el nuevo presidente pone el listón en el 10% de margen, el expediente de regulación de empleo debería ser mayor, de hasta 3.500 personas, el 16 de la fuerza laboral en España, el 9% a nivel global. Esta redimensión implicaría un gasto de unos 100 millones, pero que se transformaría en un beneficio de hasta 120 para el grupo, según el propio banco suizo.
Subida vertical
Otras entidades como Banco Santander, Morgan Stanley y BBVA dan por hecho que la compañía no tendrá más remedio que someterse a una cura de adelgazamiento. El primero coincide con las primeras valoraciones internas de Abril-Martorell en extender el ajuste a Brasil, país donde Indra tiene a cerca de 7.000 empleados y donde no ha conseguido los objetivos previstos de beneficios. Por su parte, BBVA sostiene que “vemos muy pocos signos de mejora del margen para 2015”, por lo que “es probable que la compañía tenga que incurrir en una reestructuración de costes más severa”.
Cuando el bróker habla de “más severa” se refiere a los ya 313 millones que el nuevo presidente destinó a provisiones extraordinarias apenas un mes después de hacerse cargo de la empresa (29 de enero), que entró en pérdidas por primera vez en más de una década. Los números rojos fueron de 92 millones, provocados principalmente por deterioros y sobrecostes de proyectos, así como al cambio de estimaciones debido a acontecimientos o situaciones litigiosas ocurridos en la última parte del año 2014 o principios de 2015.
Desde que el banquero fue nombrado primer ejecutivo de Indra, las acciones de la empresa de defensa y tecnología han subido un 46%, hasta los 11,14 euros, revalorización que ha permitido al Estado recuperar la inversión que hizo en el verano de 2014 cuando compró el 20% que estaba en manos de Bankia.
Fernando Abril-Martorell, el nuevo presidente de Indra impuesto por el Gobierno con la colaboración de Telefónica, quiere que la compañía sea rentable para sus accionistas lo antes posible. Con ese objetivo, el primer ejecutivo de la empresa quiere recortar los costes a la carrera mientras trabaja en un plan estratégico para “reposicionar” los ingresos. Una de las medidas que adoptará en breve será un ajuste de la plantilla que puede afectar a entre 2.000 y 3.500 empleados.