Tres testaferros de Gowex culpan al director de engañarles para crear empresas pantalla

Los máximos directivos de Gowex crearon una veintena de empresas pantalla como parte del fraude que la compañía ha ido llevando a cabo en la última década. Así lo había reconocido el propio expresidente de la compañía, Jenaro García, ante el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz. Sin embargo, éste dijo que todo el entramado lo había creado él sin la ayuda ni conocimiento de nadie más, algo que hoy han desmentido tres testaferros, quienes han apuntado al director financiero, Francisco Manuel Martínez Marugán, como la persona que les engañó para firmar las escrituras.

La primera de ellas, Guadalupe Esmeralda Almeida, estaba contratada por Jenaro García -quien se encuentra en libertad, pendiente de pagar 600.000 euros de fianza para evitar su ingreso en prisión- y su mujer, Florencia Maté, como trabajadora de la limpieza de su domicilio particular. Según ha relatado ante el juez que lleva el falseamiento de cuentas de la tecnológica, un día la mujer del expresidente de la compañía y consejera de la misma le comentó que estaban montando una empresa. Fue cuando Martínez Marugán le llamó un día, le recogió y le llevó al banco a firmar unos papeles. Ella no sabía de qué se trataba, pero por plasmar su firma le pagaron 300 euros.

El siguiente en declarar en la jornada de hoy ha sido Antonio Salmerón, amigo desde la infancia del director financiero, este último pendiente de pagar 50.000 euros de fianza si no quiere acabar en prisión. Según ha explicado, montaron dos empresas de informática juntos, pero al poco tiempo éstas se quedaron sin actividad y él se desentendió. Ha sido ahora, al saltar el escándalo de Gowex, cuando se ha enterado que han sido utilizadas para otros fines.

El tercer testaferro, Javier Martín Vaquero, conocía a Martínez Marugán porque eran compañeros de facultad. Un día de lo encontró en un centro comercial y le comentó que estaba montando una empresa, Gowex. A raíz de ese encuentro, el director financiero le propuso trabajar en la compañía. Le pusieron un despacho pero no tenía muy claras sus funciones. Le hicieron firmar diez escrituras para la creación de diez empresas, aunque él sólo trabajó para una de ellas. A los tres meses, dejaron de pagarle y sólo le tenían para hacer fotocopias así que decidió salir de Gowex.

Hay un cuarto presunto testaferro, Juan Cañamero, que no ha acudido a declarar porque debido a sus problemas económicos se encuentra viviendo en el extranjero desde hace un año. Por ahora, el magistrado no va a acordar ninguna orden de detención. El resto, han quedado en libertad sin ningún tipo de medida cautelar aunque siguen imputados por haber colaborado en el fraude de Gowex.