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El 'rolls royce' de los molinos de viento abandona España rumbo al Mar del Norte
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El 'rolls royce' de los molinos de viento abandona España rumbo al Mar del Norte

El ‘rolls royce’ de los molinos de viento, el primero offshore que se instala en mares nacionales, no hará fortuna en España. Gamesa apunta al Mar del Norte.

Foto: Una de las piezas de Gamesa para los molinos marinos.
Una de las piezas de Gamesa para los molinos marinos.

Arinaga es una ventosa localidad costera grancanaria que no llega a los 10.000 habitantes. Una cifra que se dispara en temporada alta, cuando crece la afluencia de los pueblos del interior para disfrutar de sus playas de tierra negra y los pescados del Nelson. Además del asueto, la zona ofrece al visitante interesado un museo al aire libre que muestra la evolución de la tecnología eólica modelo por modelo. Ahora, bañistas y aerogeneradores tendrán que convivircon un nuevo inquilino. Un inquilino imponente de 84 metros de altura, palas equivalentes a dos campos de fútbol y 10.000 componentes made in Spain. Sin embargo, el ‘rolls royce’ de los molinos de viento, el primer offshore que se instala en mares nacionales, no hará fortuna en España.

“Estamos en la short list de varios proyectos en Reino Unido y Alemania. También en Bélgica. Hay alguna opción en China, pero la mayor parte será en Europa, en el Mar del Norte”, explica Ignacio Martín, presidente de Gamesa, la empresa que está detrás del proyecto. Los cinco megavatios de G-128 –que así se llama el nuevo aerogenerador- se enfrentan en España a una orografía imposible. Más inquietante y según lamenta la empresa vasca, tampoco el Ministerio de Industria parece dispuesto a favorecer los proyectos experimentales, lo que incluso podría alejar de tierras españolas el desarrollo y la fabricación de estos prototipos, al final pura I+D.

“Si se quiere que España sea un centro de desarrollo tecnológico, tiene que haber alguien que pague estos proyectos experimentales. Que tengan su tratamiento lógico y justo”, subraya Martín, reclamando una retribución adecuada para proyectos que, como el G-128, han supuesto 1,3 millones de horas de ingeniería. Sin embargo,José Manuel Sorianiega la mayor. “Es un prototipo para su comercialización, va a verter energía a la red. Este Gobierno está siempre a favor de impulsar el I+D y los desarrollos experimentales, pero no cuando va a generar electricidad”, subrayaba el ministro de Industria durante la inauguración del molino esta semana en el muelle de Arinaga.

Más allá del aerogenerador en cuestión, la declaración de intenciones del ministro vendría a topar con los hechos. Según denuncia la propia Gamesa, la reforma eléctrica aprobada antes de verano por el Ministerio no establece distinción alguna entre los parques eólicos y evita destinar una retribución específica a proyectos de corte experimental. Pese a mostrar comprensión sobre la necesidad de los ajustes en el sector para atajar el déficit de tarifa, Martín insistió en que los desarrollos tecnológicos no deberían sufrirlos. Algo clave para luego vender en el extranjero la marca España de la que el Gobierno ha hecho una cruzada hasta ahora vacía de contenido.

Los números sobre el coste del prototipo no son ni mucho menos baladíes. “Un megavatio de un prototipo marino cuesta entre tres y cuatro millones de euros, incluida la obra civil. Más entre 5 y 8 millones de desarrollo tecnológico. Las inversiones por este concepto son importantes”, subrayaba el primer ejecutivo de la firma. Todo desde una estructura radicada esencialmente en España. La nacelle –nave que se sitúa en la parte superior de la torre y sobre la que giran las palas- se produjo en Tauste (Zaragoza), las palas en Aoiz (Navarra) y la torre se fabricó en joint venture por la propia compañía y el Grupo Daniel Alonso (Asturias). Los principales componentes se trasladaron por barco hasta el puerto de Arinaga desde Bilbao.

El futuro es ‘flotante’

El futuro de la eólica marina en España, no obstante, no estará vinculado a estos proyectos anclados. “En cuanto se avanza un kilómetro en el conjunto de la costa española la profundidad es muy superior a 50 metros. Y a partir de esa profundidad no hay caso que soporte la subestructura desde el punto de vista económico. Aquí hay muchas más posibilidades de que se desarrolle la eólica marina flotante”, explicaban fuentes de la compañía a los pies del nuevo prototipo. Eso sí, para ese desarrollo tecnológico habrá que espera a que “se ponga fin a los proyectos anclados en el Mar del Norte”, principal foco de negocio hoy para el offshore.

El ministro de Industria, José Manuel Soria (EFE)En esta línea, los próximos cuatro o seis meses serán claves para despejar las incertidumbres regulatorias existentenen Reino Unido y Alemania, donde será fundamental para el desarrollo de las energías renovables cómo la canciller, Angela Merkel, cierre sucoalición de gobierno. “El offshore tiene futuro, pero hay que ir paso a paso en las actuales circunstancias –remata Martín-. Es mejor ir con realismo. Hasta 2017, se instalarán entre dos y tres gigavatios al año y luego irá creciendo hasta 3 y 4 gigavatios. Nosotros queremos ser uno de los players”. Menos dudas hay en España para Gamesa: “No, en España ya está claro, desgraciadamente”.

Arinaga es una ventosa localidad costera grancanaria que no llega a los 10.000 habitantes. Una cifra que se dispara en temporada alta, cuando crece la afluencia de los pueblos del interior para disfrutar de sus playas de tierra negra y los pescados del Nelson. Además del asueto, la zona ofrece al visitante interesado un museo al aire libre que muestra la evolución de la tecnología eólica modelo por modelo. Ahora, bañistas y aerogeneradores tendrán que convivircon un nuevo inquilino. Un inquilino imponente de 84 metros de altura, palas equivalentes a dos campos de fútbol y 10.000 componentes made in Spain. Sin embargo, el ‘rolls royce’ de los molinos de viento, el primer offshore que se instala en mares nacionales, no hará fortuna en España.

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