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Ferraz descarta un cara a cara de Sánchez y Casado y duda si incluir a Vox en el debate
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YA DOS OPCIONES: DEBATE A CUATRO O A CINCO

Ferraz descarta un cara a cara de Sánchez y Casado y duda si incluir a Vox en el debate

La decisión final se pospone unos días. En la cúpula hay quienes defienden la ventaja de un tres contra Sánchez y los que creen que no se debe "normalizar" la presencia de la ultraderecha

Foto: Pedro Sánchez, el pasado 5 de abril durante la entrevista con El Confidencial. Al fondo, su director de Gabinete, Iván Redondo. (Jorge Álvaro Manzano)
Pedro Sánchez, el pasado 5 de abril durante la entrevista con El Confidencial. Al fondo, su director de Gabinete, Iván Redondo. (Jorge Álvaro Manzano)

En apenas cuatro días comienza oficialmente la campaña electoral y prácticamente la única gran incógnita que queda por despejar es el evento que marcará con seguridad la recta final. El debate. Y todos miran a Pedro Sánchez. Él tiene la sartén por el mango, al ser el presidente del Gobierno y no haber desvelado, ni él ni su equipo, cuál será la opción elegida. Lo cierto es que aunque la discusión está avanzada, no hay decisión final, y se adoptará previsiblemente los próximos días. La cúpula ya tiene descartado, salvo imprevisto, un cara a cara con Pablo Casado y duda ya entre dos únicas alternativas: o un formato a cinco, con el líder de Vox, Santiago Abascal, o uno más 'conservador', a cuatro, sin él. Las razones de la vacilación es que hay quienes creen que la presencia de la formación de ultraderecha puede ser rentable para el PSOE, más en el sprint final hacia el 28-A, y quienes sostienen que es mejor no "blanquear" a Abascal en un espacio electoral, poniéndolo al mismo nivel que el resto de dirigentes cuando aún no tiene ni un escaño en el Congreso.

A última hora del domingo, distintas fuentes de Ferraz consultadas por El Confidencial tenían complicado hacer un pronóstico de qué ocurrirá, qué carta es aquella por la que se inclinará el partido. Ambas posiciones —debate a cuatro versus debate a cinco— se hallan bastante "empatadas", por lo que la decisión última corresponderá al propio presidente. No hay consenso en ninguno de los dos nodos de poder del PSOE de cara a las generales del 28-A. No lo hay en el comité ejecutivo, que se reúne a diario, que monitoriza la campaña y toma las decisiones clave, que dirige el secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, y al que también acude el director de Gabinete de Sánchez en la Moncloa, Iván Redondo, su gurú y hombre de mucho peso en su círculo de confianza. También hay distintas visiones en el comité de estrategia, que se cita cada lunes y jueves y que dirige la vicesecretaria general, Adriana Lastra.

Pero la cúpula es consciente de que ya no hay mucho más tiempo y que ha de hacer una apuesta. Se esperaba que este 8 de abril la balanza acabara de inclinarse y anunciara la decisión el propio Ábalos en rueda de prensa en la sede federal. Pero en Ferraz indicaban ya por la mañana que lo más probable es que todo se posponga unos días, quizá el miércoles 10. Las dudas están en el mismo punto: meter o no a Vox.

Foto: Pedro Sánchez, con Pilar Alegría (i), Javier Lambán (2d) y Susana Sumelzo (d), este 7 de abril en Zaragoza. (EFE)

En la última semana han confrontado argumentos a favor y en contra de cada formato. Desde el principio siempre gustó la oferta de Atresmedia: el debate a cinco el martes 23 de abril, presentado por dos de las caras más reconocidas del grupo, Vicente Vallés (Antena 3) y Ana Pastor (La Sexta). Los defensores de esta fórmula creen que es la que conviene más al PSOE, por una razón de estrategia: permite visibilizar, en el último tramo de la campaña, a los líderes de PP, Ciudadanos y Vox —Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal—, contra el presidente.

El formato a cinco lo planteó Atresmedia para el 23 de abril, con Vallés y Pastor, y la fórmula a cuatro fue ofertada por RTVE para un día antes, el lunes 22


Es decir, esta opción proyectaría en horario de máxima audiencia la imagen de los tres de la "foto de la plaza de Colón", como repite incansablemente el PSOE, contra el presidente. Tres contra uno. Un debate a cinco, razonan, casaría con el mensaje reiterado por Sánchez en estas últimas semanas: que solo hay dos caminos, o hacer que España "avance" o que "retroceda". El presidente no cesa de repetir que hay un "riesgo real" de que el país "involucione" si la "derecha de tres siglas" suma, y el "único" partido que puede frenar a esas tres fuerzas, subraya, es el PSOE.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la entrevista con El Confidencial, el pasado 5 de abril en la Moncloa. (Jorge Álvaro Manzano)
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No asumir más riesgos

Pero en Ferraz también hay quienes creen que, por encima de la conveniencia electoral, hay que ponderar el peligro de "normalizar" la presencia de Vox, un partido aún extraparlamentario. Llevarlo a un plató de televisión, igualarlo a los otros cuatro líderes, estiman quienes defienden el debate a cuatro, sería "blanquearlo", darle la ocasión de proyectar su mensaje. Dar categoría a la ultraderecha. "No le podemos dar la misma carta de naturaleza que al resto, Vox no está en el Congreso", inciden fuentes del comité electoral, el órgano de decisión más amplio que también codirigen Ábalos y Redondo.

"No le podemos dar la misma carta de naturaleza a Vox que al resto, no está en el Congreso", razonan quienes opinan que no debe estar Abascal en plató

Tampoco en 2015 se sentaban Podemos y Ciudadanos en el Parlamento. "Sí, es verdad, pero ya estaban en las instituciones: en la Eurocámara, en los ayuntamientos, en varias comunidades autónomas. Ahora mismo, Vox solo tiene 12 escaños en Andalucía", rebaten.

placeholder Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesia, con los periodistas Pedro Piqueras, Ana Blanco, Vicente Vallés y el entonces presidente de la Academia de Televisión, Manuel Campo Vidal, el 13 de junio de 2016 en el debate a cuatro. (EFE)
Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesia, con los periodistas Pedro Piqueras, Ana Blanco, Vicente Vallés y el entonces presidente de la Academia de Televisión, Manuel Campo Vidal, el 13 de junio de 2016 en el debate a cuatro. (EFE)

El debate a cuatro fue propuesto por RTVE para su celebración el 22 de abril. Y este detalle es también importante. Ferraz no quiere despreciar a la radiotelevisión pública, aunque también confía en el formato planteado por Atresmedia, muy similar al que se materializó en 2015, y al que acudieron Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Soraya Sáenz de Santamaría, la enviada de Mariano Rajoy. El entonces jefe del Ejecutivo se reservó para un duelo con el líder del PSOE, organizado por la Academia de la Televisión (ATV) y presentado por el que era su presidente, Manuel Campo Vidal. Para las generales de 2016, solo hubo un debate, y fue a cuatro, ya sí con Rajoy. Lo organizó la ATV y lo moderaron Ana Blanco por RTVE, Vicente Vallés por Atresmedia y Pedro Piqueras por Mediaset. Hoy la entidad que representa a los operadores privados y públicos la preside María Casado, presentadora de 'La mañana' de La 1 de TVE.

¿El debate? "Hay que preguntarle al comité electoral", responde Pedro Sánchez

Del guión sí que se escapa ya la opción de un cara a cara Sánchez-Casado, que ofertó Mediaset (Telecinco-Cuatro). En la Moncloa y en Ferraz sí se barajó esa alternativa, pero en los últimos días ese duelo ha perdido fuerza: la reflexión es que el presidente "no ganaría nada" con un enfrentamiento con el líder del PP, aunque a él le permitiera diferenciarse de Rivera, al ser visualizado como jefe de la oposición. La campaña socialista pivota sobre la idea de que es capital no cometer errores ni asumir riesgos, para que la propia inercia aúpe al PSOE, estrategia que, a tenor de las encuestas, sí le está funcionando. Además, Ferraz insiste en que en los últimos 15 días antes de que se abran las urnas, una vez explicado el mensaje, toca incidir en la movilización. El problema, aducen en la cúpula, es que apenas hay jornadas disponibles, ya que la campaña se estrechará sobremanera, al coincidir el primer tramo con la Semana Santa, momento de parón vacacional para millones de españoles.

El Confidencial inquirió al presidente el pasado viernes en la Moncloa. "Hay que preguntarle al comité electoral", despachó. La decisión está al caer. Si finalmente la cúpula se decanta por el "pragmatismo", por el mayor rédito electoral, vencerá el debate a cinco, fórmula por la que según algunas fuentes socialistas se inclina Redondo.

En apenas cuatro días comienza oficialmente la campaña electoral y prácticamente la única gran incógnita que queda por despejar es el evento que marcará con seguridad la recta final. El debate. Y todos miran a Pedro Sánchez. Él tiene la sartén por el mango, al ser el presidente del Gobierno y no haber desvelado, ni él ni su equipo, cuál será la opción elegida. Lo cierto es que aunque la discusión está avanzada, no hay decisión final, y se adoptará previsiblemente los próximos días. La cúpula ya tiene descartado, salvo imprevisto, un cara a cara con Pablo Casado y duda ya entre dos únicas alternativas: o un formato a cinco, con el líder de Vox, Santiago Abascal, o uno más 'conservador', a cuatro, sin él. Las razones de la vacilación es que hay quienes creen que la presencia de la formación de ultraderecha puede ser rentable para el PSOE, más en el sprint final hacia el 28-A, y quienes sostienen que es mejor no "blanquear" a Abascal en un espacio electoral, poniéndolo al mismo nivel que el resto de dirigentes cuando aún no tiene ni un escaño en el Congreso.

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