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El no de Rivera a Sánchez: golpe de efecto y "mensaje claro" para cortar la ofensiva del PP
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LA DECISIÓN DE CIUDADANOS ARRANCA LA CAMPAÑA

El no de Rivera a Sánchez: golpe de efecto y "mensaje claro" para cortar la ofensiva del PP

La decisión se tomó para contrarrestar el ataque de Casado. Necesitaban dejar claras sus intenciones y lanzar un mensaje contundente a los votantes: que no habrá ese acuerdo

Foto: El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera (c), junto a José Manuel Villegas (i) e Inés Arrimadas (d). (EFE)
El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera (c), junto a José Manuel Villegas (i) e Inés Arrimadas (d). (EFE)

"Ciudadanos no va a pactar ni con el PSOE ni con Pedro Sánchez para un futuro Gobierno de España". La afirmación de José Manuel Villegas, secretario general del partido y mano derecha de Albert Rivera, además de marcar el inicio de la campaña, desveló el eje en el que Ciudadanos basará su estrategia de cara al 28 de abril. La formación naranja reunió a su ejecutiva nacional este lunes en la sede central para ratificar la decisión que desde hace días tenía en mente lanzar el núcleo duro. Necesitaban dar un golpe de efecto, dejar claras sus intenciones y lanzar un mensaje contundente a sus votantes: que no llegarán a un acuerdo con Sánchez.

Ciudadanos veta al PSOE en el arranque de la precampaña

El principal objetivo, explican fuentes de la formación, pasaba por contrarrestar la ofensiva del PP de los últimos días. Desde que el presidente del Gobierno confirmó la fecha del adelanto electoral, Pablo Casado pasó al ataque para aglutinar el "voto útil" del centro-derecha y tratar de frenar la sangría de electores hacia Ciudadanos. "¿Está dispuesto a revalidar el pacto del abrazo con el PSOE?", insistía el líder popular durante el fin de semana. No solo eso. Los dirigentes autonómicos y municipales de Ciudadanos llevaban días advirtiendo de que el PP les atacaba con el mismo argumento en sus territorios. La hoja de ruta de los populares estaba clara: trasladar a la opinión pública que si Ciudadanos se puso de acuerdo con Sánchez en 2016 para sellar un pacto de investidura, podría volver a hacerlo. Y frente a esa opción, el PP propone "el voto de fiar".

En el partido de Rivera se dieron cuenta hace días de que necesitaban responder, de ahí la escenificación de este lunes en la reunión del comité ejecutivo. Villegas confirmó que todos sus miembros, "por unanimidad", habían ratificado "el criterio" de no pactar con el PSOE después del 28-A. Aunque, eso sí, la decisión se circunscribe al panorama nacional. Las autonómicas y municipales de mayo serán otra batalla.

Foto: El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera (d), junto al secretario general, José Manuel Villegas (i). (EFE)

La formación, que también ha constituido el comité de campaña —capitaneado, como suele ser habitual, por Villegas y los secretarios de Comunicación y Organización, Fernando de Páramo y Fran Hervías—, optó por replicar el esquema andaluz que tanto éxito le dio el pasado diciembre. Precisamente, el líder naranja en la Junta, Juan Marín, dio el pistoletazo de salida a la campaña cuando semanas antes de las elecciones se comprometió a no pactar más con Susana Díaz. En una entrevista con este diario, llegó a afirmar que dejaría el escaño si su partido finalmente firmaba un acuerdo con el PSOE andaluz. Las cartas estaban encima de la mesa y aquella decisión, según el estudio poselectoral del partido, fue una de las principales claves detrás del ascenso del partido. Pasaron de nueve diputados autonómicos a 21, formaron un Gobierno de coalición con el PP y su líder ocupa ahora la vicepresidencia.

Los riesgos que entraña una afirmación tan taxativa como la de Villegas este lunes son de sobra conocidos si los números permitieran un pacto PSOE-Cs sin depender en exceso de terceros actores. Pero eso no se sabrá hasta que las urnas expongan los resultados. Algunos dirigentes del partido reconocen que ese temor existe, porque se verían en la tesitura de renunciar (y permitir que los socialistas buscaran otra alternativa con Podemos) o recular por evitar que "España cayera en esas manos". En realidad, se trataría de un escenario muy similar al que se vivió en 2016.

placeholder El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE)

Con todo, los miembros de la ejecutiva casi en pleno coinciden en que la mayor parte de sus votantes necesita saber qué alianzas poselectorales firmarán. "La claridad ahora juega un papel esencial. Nosotros siempre hemos apoyado que existen los grises, y que nada tiene que ser o blanco o negro. Pero ahora necesitamos ser claros", insisten desde la cúpula naranja. Esa percepción, unida a la presión del PP —en Andalucía, llegaron a solicitar a Marín que dejara por escrito ante notario que no pactaría con los socialistas—, terminó provocando que la ejecutiva nacional del partido tomara esa decisión y la escenificara públicamente. Días antes lo había dicho Rivera en el Congreso, pero no con la misma contundencia. Esta vez era necesario dar un pasó más, y que además de contenido, hubiera un envoltorio. El cónclave de los lunes era el escenario más adecuado.

Hace apenas tres días Casado repetía en Galicia: "Los españoles tienen que saber si [Ciudadanos y PSOE] pactarán o no. No puede ser que nos manifestemos juntos y luego vayamos a las urnas separados sin saber cuáles van a ser las alianzas... para que ese mismo Gobierno vuelva". Y no solo eso, el líder conservador reiteraba que "si lo que se quiere es una alternativa a Sánchez, no busquemos tres soluciones [en referencia a su partido, Ciudadanos y Vox] sino una única solución fuerte que no necesite acuerdos para ser urgentemente suficiente". Estas consignas también hicieron reaccionar a Ciudadanos. El objetivo pasaba no solo por mirar de tú a tú a Casado, sino cortar de raíz ese argumentario para consolidarse como la verdadera alternativa en el centro-derecha.

Foto: Pablo Casado durante la rueda de prensa tras la convocatoria de elecciones. (Reuters)

La sensación en el partido naranja es que hay que poner toda la carne en el asador, al calor de las encuestas y con un PP que no solo se desangra por ellos, sino que acusa fuertemente la irrupción de los de Santiago Abascal. Y en ese punto Ciudadanos emprende ahora el camino hacia el 28-A, polarizando al máximo con el PSOE —saldrán a la campaña diciendo "o Ciudadanos o Sánchez"— y, al mismo tiempo, disputándose el liderazgo del centro-derecha con Casado. De ahí que, a pesar de mostrarse partidario de que los extremos "no tengan capacidad de decisión" (también en referencia a Vox), Ciudadanos no cierre la puerta a contar con el apoyo del partido de Abascal. Dos meses para el desenlace.

"Ciudadanos no va a pactar ni con el PSOE ni con Pedro Sánchez para un futuro Gobierno de España". La afirmación de José Manuel Villegas, secretario general del partido y mano derecha de Albert Rivera, además de marcar el inicio de la campaña, desveló el eje en el que Ciudadanos basará su estrategia de cara al 28 de abril. La formación naranja reunió a su ejecutiva nacional este lunes en la sede central para ratificar la decisión que desde hace días tenía en mente lanzar el núcleo duro. Necesitaban dar un golpe de efecto, dejar claras sus intenciones y lanzar un mensaje contundente a sus votantes: que no llegarán a un acuerdo con Sánchez.

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