Zapatero: "C's está sacando el programa que dejó el PP en el cajón hace diez años"

Era fácil de deducir cuál sería el eje argumental del PSOE este jueves, a punto de llegar al ecuador de la campaña del 20-D. Ciudadanos y Podemos. Pero sobre todo los primeros, una vez que el partido ha agarrado una suculenta presa: el patinazo programático de Albert Rivera en un aspecto señero para los socialistas y de enorme calado social, la lucha contra la violencia de género. La formación naranja quiere quitar la pena agravada para los hombres que maltratan a las mujeres. Un asunto lo suficientemente grave como para que el PSOE, empezando por su candidato, saliese en tromba contra Rivera, acusándolo de "reaccionario" y de "machista". El dibujo casa con el arrinconamiento hacia la derecha que Pedro Sánchez quiere grabar en la imagen de los electores antes de las generales.

A apuntalar ese mensaje ayudó este jueves José Luis Rodríguez Zapatero. Nunca hasta ahora habían compartido tablas el secretario general y el expresidente del Gobierno. Este sí había acudido a actos de partido, pero no había tomado la palabra. Todo lo contrario que Felipe González, un icono al que sí ha recurrido Sánchez en multitud de ocasiones y al que se siente más cercano. Zapatero se estrenó con Sánchez, pues, en plena campaña, y además en Gijón, la localidad en la que vivió, como él mismo recordó, el primer mitin de su vida, en 1976, cuando tenía 16 años, para ver en directo a González. Las vueltas de la política.

Zapatero, que ayer debutó en este camino hacia las generales en Granada con Susana Díaz, entró enseguida en el cuerpo a cuerpo con Rivera, que la víspera le había acusado a él y a Sánchez de haber dejado "el edificio del PSOE en ruinas". El expresidente se remitió a la propuesta de Ciudadanos respecto a la Ley de Violencia de Género que él impulsó nada más llegar a La Moncloa, en 2004: el partido naranja quiere acabar con la "asimetría penal por cuestión de sexo" (página 205 del programa). "O no saben o es que tienen una mentalidad lamentablemente machista", censuró. También se refirió a la idea de contrato único, a la escasa atención a la memoria histórica o a la pretensión de no devolver la tarjeta sanitaria a los sin papeles, para concluir que cada vez que Ciudadanos "habla más y hace más propuestas, está sacando el programa que dejó el PP en el cajón hace diez años". La grada le jaleaba. 2.600 personas, según fuentes oficiales, se concentraban en el pabellón de deportes La Tejerona. El acto más multitudinario del aspirante presidencial en esta campaña.

"Gracias por tu legado"

Sánchez retomó el pie de Zapatero. La propuesta de acabar con la Ley de Violencia de Género, en su concepción original, avalada por los tribunales, desvela un "pensamiento reaccionario que siempre tendrá enfrente al PSOE". "A Ciudadanos lo único que le pido es que piense un poco más en las ciudadanas". Por la mañana, en 'El programa de Ana Rosa', ya había calificado de "error gravísimo" la posición de la fuerza emergente. Plantear esta medida es tener "un desconocimiento pasmoso" del problema de la violencia de género y desvelar "una insensibilidad alarmante", informa Efe.

Antes que él, la cabeza de lista por Asturias, Adriana Lastra, secretaria de Política Municipal de la ejecutiva federal, advirtió de que igual que los socialistas lograron "tumbar" al "último político" que intentó atacar la libertad de las mujeres, Alberto Ruiz-Gallardón, con su contrarreforma de la Ley del Aborto, ahora también harán lo propio con Rivera.

Sánchez denuncia el “pensamiento reaccionario“ de Rivera: “A Ciudadanos lo único que le pido es que piense un poco más en las ciudadanas“

Lastra reivindicó la herencia de Zapatero, como también lo hizo el secretario general, especialmente en materia de igualdad. Es el mejor aval para ganar el 20-D, dijo: "Gracias por tu legado, José Luis, todos los socialistas nos sentimos orgullosos. Has sido el presidente de la igualdad". Hasta el propio Zapatero se reivindicó a sí mismo: "Estoy aquí con mi talante y con mi herencia".

Pero los tres también zurraron a Podemos, igual que el presidente del Principado, Javier Fernández. "Es normal tener una cierta tentación de ser como la marca" que creó Pablo Iglesias hace 136 años, llamándose el líder de la formación morada como él, ironizó Zapatero. "Pero le digo a Pablo Iglesias que no se equivoque, que no pierda el tiempo, que aquí la denominación de origen del socialismo la tiene, la ha tenido y la tendrá siempre el PSOE", remató. De nuevo, completó el argumento el candidato: Podemos "quiere hacer lo que los socialistas ya hicieron" y "volverán a hacer" a partir del 20-D, y su jefe, Iglesias, está trabajando "para la izquierda desunida". Y, siguiendo el hilo de sus intervenciones de ayer miércoles, le acusó de dejar ganar a Mariano Rajoy con tal de zaherir a los socialistas: "Me da pena ver a personas de izquierda que han renunciado a ganar a la derecha y lo único que quiere es dañar al PSOE". De nuevo, llamó a concentrar todo el "voto de la izquierda" en su partido para impedir que siga en La Moncloa el PP.

"Estamos más vivos que nunca"

Fernández, considerado por muchos en el PSOE como el gran referente moral, denunció los "pactos" implícitos o explícitos de populares y Podemos. Esta fue la izquierda, recordó, que "entregó" Gijón a la derecha, a Foro Asturias, la formación de Francisco Álvarez-Cascos, tras las pasadas municipales, por su rechazo a investir alcalde al candidato socialista. El jefe del Principado tiene clavados aún en el peño los puñales del partido morado y las dificultades que le puso para lograr la reelección, conseguida finalmente gracias al apoyo de IU. "La lucha contra la máscara y la tergiversación es la primera tarea de la izquierda", advirtió. En los mismos argumentos abundó Lastra: Podemos es la "izquierda que se alía con la derecha que pretende usurpar" su sitio al PSOE, y esa izquierda "es muy vieja", es la que "utiliza la difamación, la calumnia y la mentira". La cabeza de cartel renegó de la etiqueta de "casta" empleada por Iglesias para rotular al bipartidismo, y se remitió a sus orígenes familiares humildes, "la mejor de las castas posibles".

El expresidente se preguntó si es nueva o vieja la preocupación por la sanidad o la educación pública, o las políticas sociales, o la Ley de Dependencia. Pero ninguna de esas conquistas que construyeron los socialistas, reivindicó, son nuevas o viejas. No se han pasado de moda y siguen ahí. "Lo único que es nuevo es que dicen que son nuevos y quieren ser como nosotros", dijo con sorna.

Zapatero tuvo que marcharse para coger un vuelo a los pocos minutos de que Sánchez comenzara su intervención en la ciudad asturiana

Un Zapatero irónico, suelto, se parafraseó a sí mismo con un "No estamos tan mal" del congreso que ganó en 2000. "Estamos más vivos y fuertes que nunca, como vamos a demostrar el 20-D", clamó, intentando desdecir todas las encuestas que auguran un mal resultado. "Vamos a trabajar duro, con nuestra voz limpia, con el corazón abierto". Los socialistas, aconsejó, han de ir "con la cabeza alta", exhibiendo "humildad y tolerancia", porque "cuántos darían algunos por tener la historia" del partido. Con sus casi 137 años de historia.

El expresidente hizo una defensa cerrada de Sánchez. Sin fisuras. "Lo que necesita España es que Pedro Sánchez sea el próximo presidente". Y defenderá un Gobierno "con dignidad y orgullo", porque triunfará en nueve días, ya que eso, "ganar elecciones", es lo que "mejor" sabe hacer el PSOE. Ambos, ex secretario general y secretario general, se abrazaron y se cumplimentaron en público, intentando borrar discrepancias. No pudo haber, no obstante, foto conjunta al final del mitin, porque Zapatero tuvo que marcharse antes para coger su vuelo de vuelta a Madrid y viajar de allí, en las siguientes horas, a Berlín, para atender los compromisos de la fundación alemana que preside. Hasta pasado el 15 no retomará la campaña. Es decir, que escuchó apenas unos minutos al candidato. Sólo unos minutos. En su entorno indicaban que no quería hacerle ningún feo, que simplemente tenía que regresar a la capital, pero lo cierto es que la sensación fue chocante. Más si se tienen en cuenta los precedentes de choque entre ambos por el artículo 135 de la Constitución o por la cena con Pablo Iglesias e Íñigo Errejón en casa de José Bono.

El candidato, con Ana Rosa: si no gana las elecciones del 20-D, será un "fracaso"

Pocas veces el PSOE, públicamente, se pone en la piel de la derrota. Su afán es reiterar hasta la saciedad que piensa en la victoria y sólo en la victoria, y en ello pone todos los huevos.

Pero este jueves, en 'El programa de Ana Rosa', en Telecinco, Pedro Sánchez sí se situóen esa tesitura, y sirviendo de paso a sus contrarios en el partido su cabeza en bandeja en caso de no ganar: si no vence el 20-D, será un "fracaso", aunque él no se "resigna" a quedar segundo porque "el 70% de los ciudadanos pide cambio". Como asegura la dirección día tras día, afirmó que el PSOE "va a romper los pronósticos" de las encuestas.

El candidato insistió en que "no habrá cambio" si no gana su partido, porque Ciudadanos "pide el voto para apuntalar el PP" y nadie ve "de presidente" a Pablo Iglesias, al que reprochó estar dispuesto a dejar que siga la derecha en el poder con tal de hundir al PSOE.

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