Es noticia
La reforma de pensiones logra reducir la jubilación anticipada, pero eleva la prestación media
  1. Economía
Primer balance de los incentivos

La reforma de pensiones logra reducir la jubilación anticipada, pero eleva la prestación media

Por primera vez, no llega al 10% el número de personas que se jubilan con menos de 63 años. Sin embargo, la pensión media de las nuevas altas está subiendo un 2% anual

Foto: Manifestación de pensionistas en Madrid. (Europa Press/Fernando Sánchez)
Manifestación de pensionistas en Madrid. (Europa Press/Fernando Sánchez)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Uno de los objetivos prioritarios de la reforma de pensiones del ministro José Luis Escrivá era retrasar voluntariamente la edad de jubilación de los trabajadores, introduciendo penalizaciones a la jubilación anticipada e incentivos al alargamiento voluntario de la carrera laboral. Casi dos años después de la entrada en vigor de la norma, se aprecian ya sus primeros efectos. Los trabajadores están optando por alargar su vida laboral, pero, a cambio, entran en el sistema con pensiones más altas. De esta forma, en el corto plazo ayudan a reducir el déficit, pero si la esperanza de vida de los nuevos jubilados se sigue incrementando, implicará mayor gasto en el futuro.

Las salidas tempranas del mercado laboral ya se estaban reduciendo antes de esta reforma, como consecuencia del alargamiento progresivo de la edad legal de jubilación y el cómputo de años para el cálculo de la pensión (introducidos en el año 2011). También hay un fenómeno económico: los empleos cada vez requieren menos actividad física y más mental, lo que permite alargar la vida laboral sin demasiados problemas. Aun así, la tendencia hacia el alargamiento de las carreras ha acelerado desde la aprobación de la reforma.

Hasta el año 2011, casi un 30% de las jubilaciones de la Seguridad Social (sin las clases pasivas, sistema en extinción) era de personas con menos de 63 años de edad, apenas el 10% era entre los 63 y 64 años y el 60% se producía a partir de los 65 años. Justo antes de la pandemia, el porcentaje de jubilaciones con menos de 63 años se había reducido a casi la mitad, ligeramente por encima del 15%. El mismo porcentaje que los jubilados entre los 63 y 64 años. El porcentaje de jubilados con más de 65 años seguía estable en el 60%.

Este último grupo empezó a crecer de forma significativa tras la reforma de 2021. Actualmente, supone más del 72%. En mayo, llegó a superar el 75%. En este mes, suele aumentar la edad media de jubilación, ya que muchos trabajadores esperan al final del curso escolar y el inicio del verano para jubilarse, alargando así su vida laboral.

Por el contrario, el número de jubilaciones con menos de 63 años ha caído por debajo del 10% por primera vez en toda la serie histórica. Aun así, en el último año todavía han salido del mercado laboral 35.000 trabajadores sin llegar a los 63 años, de los cuales, casi 5.000 tenían 60 años o menos. Es importante señalar que una buena parte de las jubilaciones anticipadas es de parados de larga duración que tienen un sistema de acceso especial a la jubilación.

Según las previsiones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), en el año 2030 un 35% de las jubilaciones se hará a la edad de 68 años. Y casi la mitad se hará con 68 años o más. Un cambio radical, ya que hasta el año 2017 eran poco más del 15%.

Otro de los gráficos que muestran el impacto de la reforma de pensiones de Escrivá indica que, desde los meses previos a la aprobación de la misma y hasta finales de 2022, se frenó el aumento de las jubilaciones. A partir de ese momento, volvió a acelerar y actualmente está nuevamente en máximos históricos. Esta ralentización temporal es consecuencia del retraso voluntario de las jubilaciones para cobrar los incentivos. Una medida que, en términos agregados, solo tiene efecto al inicio de la misma, hasta que el ritmo de jubilaciones vuelve a su situación normal, aunque con los trabajadores ya unos meses mayores.

Acelera la pensión media

El efecto negativo que dejan estos incentivos al retraso de la jubilación es el aumento de la pensión media de los nuevos jubilados. En los últimos meses, ha experimentado un nuevo impulso, lo que confirma que ya se están retirando algunos trabajadores que pospusieron este momento por los incentivos de Escrivá.

La pensión media de los jubilados en octubre del Régimen General fue de 1.512 euros al mes en 14 pagas. Y la pensión media de los jubilados en el último año asciende por encima de los 1.540 euros al mes. Una cifra que supera ampliamente el salario más común en España, que no llega a los 1.400 euros al mes.

De esta forma, los trabajadores más veteranos consiguen un incremento de su pensión a cambio de retrasar la jubilación. La Seguridad Social consigue un importante ahorro inicial, ya que estos trabajadores hubiesen estado cobrando su pensión. A cambio, el gasto futuro se incrementa por la mayor cuantía de la pensión media. La evolución de la esperanza de vida determinará si los jubilados salen ganando a largo plazo.

La pensión media de los nuevos jubilados es la más alta de la serie histórica y ha aumentado casi un 2% en el último año. De esta forma, se rompe la tendencia previa a la pandemia de reducción de la pensión de entrada como consecuencia de la ampliación del periodo de cómputo para el cálculo de la pensión. Se trata del mayor crecimiento desde el año 2016 si se excluyen los meses de la pandemia, en los que se produjeron grandes saltos de jubilación por los confinamientos y los ERTE.

El efecto total de los incentivos a la prolongación de la vida laboral reducirá el gasto en pensiones en 0,8 puntos del PIB en el año 2050, según las previsiones de la AIReF. Sin embargo, las proyecciones varían mucho en función del porcentaje de trabajadores que decidan alargar su carrera. Si solo lo hace un 10%, el ahorro logrado será de apenas el 0,2% del PIB. Sin embargo, si lo hace el 55%, se ahorrarán 1,5 puntos del PIB de gasto en el año 2050. Una brecha que será clave para determinar el éxito o fracaso de la reforma de Escrivá.

Uno de los objetivos prioritarios de la reforma de pensiones del ministro José Luis Escrivá era retrasar voluntariamente la edad de jubilación de los trabajadores, introduciendo penalizaciones a la jubilación anticipada e incentivos al alargamiento voluntario de la carrera laboral. Casi dos años después de la entrada en vigor de la norma, se aprecian ya sus primeros efectos. Los trabajadores están optando por alargar su vida laboral, pero, a cambio, entran en el sistema con pensiones más altas. De esta forma, en el corto plazo ayudan a reducir el déficit, pero si la esperanza de vida de los nuevos jubilados se sigue incrementando, implicará mayor gasto en el futuro.

Pensiones
El redactor recomienda