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La policía fiscal europea alerta de que España no está reduciendo el déficit crónico pese a su deuda
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SORTEA LA POLÍTICA FISCAL RESTRICTIVA

La policía fiscal europea alerta de que España no está reduciendo el déficit crónico pese a su deuda

Los países ibéricos son los únicos con un pasivo superior al 90% que elevaron su saldo primario cíclicamente ajustado en 2022, mientras los menos endeudados saneaban sus cuentas

Foto: La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero. (EFE/Zipi)
La ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero. (EFE/Zipi)
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Los países menos endeudados sanean sus cuentas; los países más endeudados, las siguen hipotecando. Es el mundo al revés, pero es lo que está pasando en la eurozona con las reglas fiscales suspendidas. Y tiene a España —y a Portugal— como grandes protagonistas. La Junta Fiscal Europea (EFB, por sus siglas en inglés), el equivalente comunitario a nuestra Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), certifica en su informe anual una nueva excepción ibérica: las dos naciones peninsulares siguen aumentando el déficit crónico pese a acumular un pasivo muy superior al que establecen las normas comunitarias, que regresarán en 2024.

Los gobiernos socialdemócratas de Madrid y Lisboa han sido los únicos que, dirigiendo países con una deuda "muy elevada" —el organismo, que asesora a la Comisión en política fiscal, la define como aquella que supera el 90% del PIB, de acuerdo con los criterios del propio Ejecutivo comunitario—, aumentaron su saldo primario cíclicamente ajustado en 2022. En otras palabras: los únicos que no redujeron el déficit crónico, que no tiene en cuenta la coyuntura económica ni el pago de los intereses de la deuda. Tampoco lo hizo Luxemburgo, pero, a diferencia de ellos, sí cumple los dos criterios básicos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento: tiene un déficit inferior al 3% —de hecho, está en superávit— y un pasivo que no supera el 60%. Es la barra azul marino del gráfico, que sitúa a las tres naciones en una orientación fiscal expansiva, si se mide con este parámetro.

Es cierto que este impulso, contrario a la "prudencia fiscal" que recomendó el Ejecutivo europeo a los países más endeudados para 2022, es muy leve, pero lo suficiente como para desmarcarse de la dinámica general. Los socios ibéricos lograron escabullirse de las políticas restrictivas aplicadas a lo largo y ancho de la eurozona, y esto les vale una mención directa de los guardianes de la responsabilidad fiscal en la UE: "Casi todos los Estados miembros de la zona euro ejercieron un impulso fiscal restrictivo el año pasado, incluidos todos los países muy endeudados, excepto Portugal y España, con un impulso casi neutro". Como con la AIReF española, sus conclusiones no son vinculantes, pero constituyen la vara de medir más exhaustiva e independiente para comparar el desempeño de los distintos socios de la moneda única.

Un dato: de la orientación restrictiva del 0,8% del PIB en el conjunto de la eurozona —el informe no da cifras por Estados—, los países muy endeudados aportaron la mitad, en línea con el peso de sus economías en el total. Pero la EFB puntualiza que esta contribución se debe a Francia y Grecia, "que redujeron el apoyo fiscal discrecional más que la media de la zona del euro". Para el organismo, que actúa como la verdadera policía fiscal europea —sin las componendas políticas de la Comisión—, no es suficiente: "Dada la importante deuda de este grupo, habría sido deseable una mayor contribución. El nivel de apoyo fiscal discrecional sigue siendo, por término medio, casi un 1% del PIB mayor en los países muy endeudados que en el conjunto de la zona del euro".

Foto: La presidenta de la AIReF, Cristina Herrero. (Efe)

La propia Junta Fiscal reconoce, sin embargo, que, "debido a las especificidades de 2022", los indicadores referidos a los saldos de las cuentas públicas —básicamente, la diferencia entre ingresos y gastos, corregida de diferentes formas— pueden resultar engañosos. No hay que olvidar que el año pasado estuvo marcado por la mayor crisis inflacionista en cuatro décadas, que provocó récords históricos de recaudación. Para evitar este sesgo, los autores del informe recomiendan centrarse en el indicador que la Comisión Europea ha utilizado como referencia en las últimas recomendaciones a los Estados en el marco del Semestre Europeo: el crecimiento del gasto primario neto, que excluye algunos desembolsos que son muy relevantes para España, como los referidos a los intereses de la deuda o el desempleo cíclico.

Según este criterio, que también aparece recogido en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el aumento del gasto no puede superar al del PIB potencial en el medio plazo. Se trata de una manera de evitar el dispendio improductivo y, según la Junta Fiscal, refleja mejor la tendencia de fondo en una época convulsa. Aunque España no ha tenido una orientación fiscal expansiva conforme a esta métrica, sino más bien neutra, nuestro país se vuelve a alejar de la tendencia general, moderadamente restrictiva.

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (EFE)

Como se puede apreciar en el punto rojo del gráfico, Portugal e Italia fueron los únicos —además, otra vez, de Luxemburgo— que jugaron en terreno expansivo, mientras que Francia también tuvo una política fiscal neutra. Llama la atención que estos cuatro países forman parte de los seis con una deuda muy alta, a los que la Comisión demandaba prudencia, junto con Bélgica y Grecia que, según todas las métricas, fueron mucho más responsables, especialmente el último.

La influencia de las medidas

¿Significa esto que los demás miembros de la eurozona se apretaron el cinturón? Desde luego que no. Los países con una mejor posición fiscal tuvieron una política restrictiva, tanto desde el punto de vista del saldo como del gasto, pese a que la propia Comisión les pedía una orientación expansiva para impulsar la economía en un escenario de difícil recuperación económica tras lo peor del covid. Pero hay trampa. Precisamente, el efecto de las medidas para hacer frente a esta situación excepcional introdujo un sesgo que los hizo caer en terreno contractivo, cuando todo indica que no ha sido realmente así.

Sin contar las medidas por covid e inflación, la eurozona registró un impulso fiscal expansivo

La razón es que la retirada de los paquetes de impulso económico frente a la pandemia tuvieron más impacto fiscal (2,5 puntos de PIB en el conjunto de la eurozona) que la introducción de las medidas para hacer frente a la subida de los precios de la energía (1,2 puntos), lo que contribuyó a equilibrar los indicadores. "Si se hubieran excluido las medidas de apoyo por el covid y la crisis energética, el crecimiento del gasto neto habría aumentado, lo que indica un impulso fiscal expansivo", señala el documento.

La EFB atribuye lo que considera un "sorprendente contraste" entre las cifras y las "tendencias fiscales subyacentes" al efecto de las medidas, pero también de los récords de recaudación provocados por la inflación y el establecimiento de impuestos temporales. Pese a todo, el órgano asesor de la Comisión Europea no ha eliminado de sus cálculos por Estados este impacto, en teoría coyuntural, pero que, como alerta la propia EFB y muchas otras instituciones —en el caso de nuestro país, la AIReF y el Banco de España—, puede acabar convirtiéndose en estructural. "En retrospectiva, 2022 fue una oportunidad perdida para avanzar hacia posiciones fiscales más seguras", concluye la policía fiscal europea.

Foto: El candidato a la investidura, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Sea o no por el sesgo de la respuesta excepcional a la pandemia y la guerra —que no se podrá cuantificar hasta que se sepa qué medidas permanecen y cuáles decaen en cada país—, lo cierto es que España carga desde el año pasado con unas piedrecitas más en la pesada mochila que desequilibra las cuentas públicas, mientras que 16 de los 19 socios del euro —Croacia todavía no se había incorporado en 2022— acarrean unas pocas piedrecitas menos. Es lo que dicen los técnicos, ajenos a los factores políticos que influyen en las evaluaciones de la Comisión Europea a los Estados miembros.

Los países menos endeudados sanean sus cuentas; los países más endeudados, las siguen hipotecando. Es el mundo al revés, pero es lo que está pasando en la eurozona con las reglas fiscales suspendidas. Y tiene a España —y a Portugal— como grandes protagonistas. La Junta Fiscal Europea (EFB, por sus siglas en inglés), el equivalente comunitario a nuestra Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), certifica en su informe anual una nueva excepción ibérica: las dos naciones peninsulares siguen aumentando el déficit crónico pese a acumular un pasivo muy superior al que establecen las normas comunitarias, que regresarán en 2024.

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