Bruselas da un mes a Italia para liberar 19.000 M de los fondos por dudas sobre su plan

La Comisión Europea ha aplazado un mes el pago de 19.000 millones de euros a Italia correspondientes a uno de los pagos del plan nacional de reforma e inversiones de Roma para acceder al fondo de recuperación acordado durante la pandemia con el objetivo de reactivar la economía. El Gobierno solicitó el tercer tramo de sus fondos el pasado 30 de diciembre de 2022 y ya entonces sabía que habría problemas con algunos de los 55 hitos y objetivos que tenía que completar.

El Ejecutivo comunitario tiene, en principio, dos meses para evaluar los objetivos y certificar si se han cumplido o no, pero, ya cuando hizo su solicitud, el Gobierno italiano pedía un mes más para poder demostrar los avances. En los últimos días, ha habido contactos entre el ministro encargado, Raffaele Fitto, y el comisario de Economía, el también italiano Paolo Gentiloni, y tras ello "se acordó ampliar la fase de evaluación en un mes", explicó este lunes por la noche la oficina de la primera ministra Giorgia Meloni.

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En el comunicado, que asegura que se está produciendo un "fructífero debate", se explica que "la mayoría de los objetivos fijados para el 31 de diciembre de 2022" ya se han podido corroborar. Los problemas se concentran en algunas cuestiones muy técnicas sobre licencias de puertos, sobre los planes urbanos integrados, en concreto para un proyecto en Venecia y otro en Florencia, y, por último, sobre las redes de calefacción urbanas.

Para Italia esto no es una sorpresa. La clase política y la prensa llevan hablando de este retraso desde hace días. "No hay riesgo" para el tercer pago, aseguraba Meloni hace pocos días ante los medios de comunicación durante una cumbre de líderes europeos celebrada en Bruselas. La primera ministra culpa del actual retraso a los anteriores Gobiernos, el de Giuseppe Conte, formado por el Movimento 5 Stelle y los socialdemócratas del PD, y por el Gobierno de unidad nacional de Mario Draghi, en el que únicamente su partido se mantuvo fuera. De hecho, Meloni habla de una situación "heredada". "He hablado con Ursula von der Leyen [presidenta de la Comisión Europea] y me parece que la Comisión aprecia mucho el trabajo serio de Italia", aseguró desde Bruselas la líder italiana.

Italia es el máximo beneficiario de este plan, con unos 200.000 millones de euros asignados, pero el Gobierno de Meloni rechaza algunos elementos del diseño del plan de Draghi y quiere hacer modificaciones, para lo que tendrá que hacer una adenda que genera tensión tanto en Roma como en Bruselas. La coalición de Meloni es un avispero, cuenta con algunos socios que se ahogan electoralmente y que atacan a las instituciones europeas como una manera de sobrevivir en las encuestas. Ese es el caso especialmente de Matteo Salvini, líder de la Lega, a la que la formación de Meloni, Fratelli d’Italia, ha barrido como primera formación de la coalición de derechas. Ahora, la primera ministra está pidiendo a Salvini que deje las intrigas políticas para cuestiones internas y evite a toda costa generar ningún roce con la Comisión Europea que haga que en la capital comunitaria pierdan la voluntad por ser flexibles con Roma.

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Europa Press

Lo que sí genera más alarmas en Italia es que esto pueda provocar un efecto dominó: que el Ejecutivo y el equipo de Fitto tengan que dedicar demasiado tiempo a convencer a Bruselas de que se han cumplido los hitos, mientras que los del siguiente tramo, que está previsto solicitar en junio, van quedándose también atrás. En todo caso, ese es un miedo que existe en general en Bruselas, donde se sabe que hasta ahora no ha habido demasiados problemas con los planes nacionales, pero que hay una cantidad ingente de dinero sobre la mesa, 750.000 millones de euros a precios de 2019, y que es difícil que la ejecución de ellos llegue sin problemas, sobresaltos o retrasos.