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España sanea su balance exterior con un superávit de 25.000 millones en plena crisis energética
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Sigue generando de excedentes

España sanea su balance exterior con un superávit de 25.000 millones en plena crisis energética

La economía tuvo una capacidad de financiación de 25.000 millones impulsada por un superávit por cuenta corriente de 11.800 millones, un 2% más que en 2021

Foto: Imagen de un barco carguero. (EFE)
Imagen de un barco carguero. (EFE)

La economía española pasó en 2022 su gran prueba de fuego para constatar su capacidad para repagar la deuda exterior y mantener su fase de saneamiento. La crisis energética e inflacionista provocó que el coste de las importaciones se disparara en 126.000 millones de euros, una factura que fue nada menos que un 31% superior a la del año 2021. Sin embargo, la reacción doméstica fue muy favorable, con un incremento de las exportaciones de bienes y servicios de 131.000 millones de euros, lo que supone también un 31% más.

De esta forma, todo el coste adicional provocado por la subida de los precios de las importaciones se compensó con mayores exportaciones de bienes y servicios. La economía española consiguió así un hito en el que históricamente fracasaba: mantener el superávit exterior en las fases de crisis energética. En esta ocasión, las transferencias europeas del plan de recuperación jugaron un papel clave para elevar la capacidad de financiación del país.

Una buena parte del éxito del sector exterior español fue consecuencia de la recuperación del turismo a medida que las restricciones a la movilidad fueron desapareciendo. España recibió casi 70.000 millones de euros de los turistas extranjeros, mientras que el gasto de los nacionales en el exterior se limitó a 20.000 millones. De esta forma, el saldo turístico aportó nada menos que 49.500 millones de euros de superávit, un 163% más que en 2021.

Foto: Planta de producción de VW en Navarra. (EFE)

Además del turismo, el resto de exportaciones de bienes y servicios aumentaron en 91.000 millones de euros, alcanzando la cifra histórica de 483.000 millones de euros. Se consolida así la metamorfosis de la economía española que está basada en las ganancias de competitividad por el ajuste interno. De hecho, desde que comenzó la crisis energética, España es uno de los países europeos que ha ganado más competitividad gracias a la baja inflación y la congelación de los salarios. Ambas variables se retroalimentan: la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores lastra la demanda y frena las tensiones inflacionistas.

De esta forma, España se ha consolidado como uno de los grandes países exportadores de Europa. Esto permite sostener el superávit de la cuenta corriente incluso en un momento en el que la factura con el exterior está disparada. En total, la balanza por cuenta corriente arrojó un superávit de 11.800 millones de euros en 2022, un 2% más que en 2021. Esto es, el saldo positivo aumentó incluso en medio de la crisis energética. Eso sí, todavía están lejos los niveles previos a la pandemia: en 2019 la economía logró un superávit de 26.200 millones de euros. Estas cifras serán difíciles de recuperar mientras la factura de la energía siga disparada.

Otro elemento que jugó en contra de España fue el flujo de remesas al exterior que hacen los residentes en España a sus familias en el extranjero. El saldo de la balanza de rentas alcanzó un déficit de 10.700 millones de euros, casi un 70% más que en el año anterior. Es comprensible que las remesas al exterior vayan en aumento, ya que los flujos migratorios se han reactivado tras la pandemia y la mano de obra extranjera está sustituyendo la caída de la fuerza laboral de los españoles por el envejecimiento. Las empresas necesitan población activa extranjera para cubrir sus vacantes, lo que reactiva los flujos migratorios y las remesas hacia los países de origen.

Pero, al mismo tiempo, España fue un destino atractivo para la inversión extranjera. La cuenta del capital (que incluye básicamente inversiones productivas) arrojó un superávit de 13.200 millones de euros, un 21% más que en 2021. En gran medida, este saldo positivo fue consecuencia de la inversión de la Unión Europea a través del plan de recuperación.

El saldo de todas estas cuentas es la situación de España con el resto del mundo. En 2022 logró una capacidad de financiación de 25.000 millones de euros, casi 3.000 millones más que en 2021, aunque todavía no llega a los más de 30.000 millones que conseguía anualmente en los años previos a la pandemia. Lo que significan estos datos es que el país sigue acumulando excedentes con el exterior para reducir la deuda externa y aumentar los activos en terceros países. De esta forma, prosigue el saneamiento de las cuentas de la economía nacional que va ganando fortaleza a pesar del incremento de la deuda pública que tanto temor genera.

La economía española pasó en 2022 su gran prueba de fuego para constatar su capacidad para repagar la deuda exterior y mantener su fase de saneamiento. La crisis energética e inflacionista provocó que el coste de las importaciones se disparara en 126.000 millones de euros, una factura que fue nada menos que un 31% superior a la del año 2021. Sin embargo, la reacción doméstica fue muy favorable, con un incremento de las exportaciones de bienes y servicios de 131.000 millones de euros, lo que supone también un 31% más.

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