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Los salarios seguirán perdiendo poder adquisitivo al menos hasta 2024
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Previsiones del BCE

Los salarios seguirán perdiendo poder adquisitivo al menos hasta 2024

El BCE confía en una moderación paulatina de la inflación, pero asume que seguirá siendo alta durante un tiempo. Los salarios tardarán años en recuperar el terreno perdido

Foto: Banderas europeas en la sede del BCE. (Reuters/Wolfgang Rattay)
Banderas europeas en la sede del BCE. (Reuters/Wolfgang Rattay)
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Una de las principales preocupaciones del Banco Central Europeo (BCE) es que la crisis inflacionista no se contagie a los salarios para evitar una espiral de incremento de costes laborales y precios que acelerase aún más el IPC. Por el momento, estos efectos de segunda ronda no han aparecido, lo que supone un cortafuegos para la inflación. El eurobanco prevé que la inflación en Europa se modere durante los próximos meses, pero, en contrapartida, los trabajadores sufrirán una intensa pérdida de poder adquisitivo que se prolongará al menos hasta 2024.

Así se extrae del último informe de previsiones económicas publicado por el BCE el jueves. Si bien es cierto que considera que los salarios acelerarán el próximo año, seguirán subiendo a un ritmo inferior a los precios y solo a partir del año 2024 podrían empezar a ganar algo de poder adquisitivo. En cualquier caso, no será suficiente para compensar la caída del poder adquisitivo de estos años, de modo que arrastrarán los efectos de la crisis inflacionista durante varios años.

Foto: Unas navidades más caras. (EFE/Manuel Burque)

En sus nuevas previsiones, el BCE ha elevado el horizonte de inflación para la eurozona ante la persistencia de las tensiones de precios. Para el año en curso estima que el IPC será del 8,4% y que en 2023 se mantendrá todavía por encima del 6%. No será hasta el año 2025 cuando la inflación vuelva a situarse en línea con el objetivo del banco, que es una subida de precios próxima al 2%.

Por el contrario, los salarios de los trabajadores experimentarán una subida más moderada. Según el BCE, la retribución por trabajador aumentará un 4,5% este año, esto es, prácticamente la mitad de lo que subirán los precios. El alza de los salarios habitualmente va con retraso respecto a la inflación, ya que la negociación entre empresas y trabajadores se construye sobre indicadores ya publicados y porque los salarios son muy inerciales. En parte porque los convenios se firman a varios años vista, de modo que hasta que no vencen no se renuevan con los nuevos datos de inflación.

El BCE estima que las retribuciones seguirán acelerando en 2023, pero todavía se mantendrán por debajo del IPC. En concreto, mientras que los precios escalarán un 6,3%, la remuneración por asalariado aumentará un 5,2%. Esto supone una pérdida de poder adquisitivo de otro punto, lo que implicará que los salarios perderán, de media, algo más de un 5% en términos reales.

El Banco Central Europeo considera que en 2024 la subida de los salarios volverá a frenarse. Y esto es muy importante, porque significa que no habrá efectos de segunda ronda. Para ese año, la entidad estima que los salarios unitarios crecerán un 4,5%, mientras que el IPC podría situarse ya por debajo del 4%. En 2024 ya podrían empezar a recuperar una parte del poder adquisitivo perdido. Sin embargo, el margen es tan estrecho que podría ocurrir que un incremento en las horas de trabajo se coma las ganancias de poder adquisitivo. Esto es, si las empresas aumentan la intensidad laboral de sus trabajadores ante la mejoría económica, el salario por hora seguirá perdiendo poder adquisitivo.

En 2025 será el año en el que los salarios se consoliden por encima de la inflación, con una ganancia de poder adquisitivo significativa, próxima al 2%. “Se espera que el salario real siga cayendo en 2022 y 2023, pero se proyecta una recuperación parcial en el horizonte de proyección”, señala el BCE en su informe de previsiones.

Foto: Manifestación contra la pérdida de poder adquisitivo. (EFE/Javier Lizón)

La entidad señala tres factores como los impulsores de la subida de salarios, que “crecerán por encima de la media histórica”. Eso sí, los precios también crecen por encima del promedio histórico. El principal motor de los salarios es el buen desempeño del mercado laboral en la mayor parte de los países europeos. La tasa de paro en la eurozona se reducirá este año al 6,7% según las estimaciones del BCE, el nivel más bajo desde la creación de la moneda común. Esto significa que se mantendrán las tensiones actuales entre oferta y demanda de mano de obra, obligando a las empresas a ofrecer salarios mejores para atraer a trabajadores.

El BCE también cita las subidas de los salarios mínimos como una de las causas del incremento de las retribuciones. Y, como es evidente, la compensación del IPC contribuirá a que las empresas acepten pagar sueldos mayores para no cargar todo el coste de la factura energética sobre los trabajadores.

En suma, el eurobanco prevé que los salarios sigan subiendo durante los próximos años, aunque a un nivel inferior a la inflación durante un año más. En cualquier caso, la mejora de las retribuciones no será alocada, sino que estará muy contenida y los trabajadores tardarán años en recuperar el poder adquisitivo perdido, si es que alguna vez se cierra esa brecha. De esta forma, los salarios serán un cortafuegos a la escalada de la inflación, pero a cambio conllevará un peor desempeño de la demanda, lo que afectará al avance del PIB.

Foto: Imagen de los precios en un supermercado. (EFE)

En el caso de España, aunque el BCE no hace proyecciones por países, es fácil adivinar que existen dos factores que empujan en direcciones opuestas. Por un lado, la inflación está siendo más moderada que en el resto de Europa, tanto por motivos positivos (mejor abastecimiento de energía y tope al gas), como negativos (recuperación de la demanda más lenta). Un IPC más bajo permite reducir la pérdida de poder adquisitivo. Pero, en contra de los trabajadores españoles juega la gran holgura que existe en el mercado laboral, tanto por la tasa de paro como por la intensidad laboral.

Esto es, para las empresas es algo más fácil conseguir trabajadores que en Europa. No en vano, la tasa de vacantes en España es del 0,9% del total de puestos de trabajo, tres veces menos que en la eurozona. Y en Alemania o Países Bajos están vacantes más del 4% de los puestos de trabajo. De ahí que las subidas de salarios en España vayan a ser más modestas que en la mayor parte de países europeos. Ambos factores, IPC y salarios más moderados, tienen causas en común, pero está por ver cuál acaba imponiéndose en comparación con lo que ocurra en Europa.

Una de las principales preocupaciones del Banco Central Europeo (BCE) es que la crisis inflacionista no se contagie a los salarios para evitar una espiral de incremento de costes laborales y precios que acelerase aún más el IPC. Por el momento, estos efectos de segunda ronda no han aparecido, lo que supone un cortafuegos para la inflación. El eurobanco prevé que la inflación en Europa se modere durante los próximos meses, pero, en contrapartida, los trabajadores sufrirán una intensa pérdida de poder adquisitivo que se prolongará al menos hasta 2024.

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