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Unai Sordo: "El verdadero infierno fiscal es tenerte que pagar la sanidad privada"
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Secretario general de CCOO

Unai Sordo: "El verdadero infierno fiscal es tenerte que pagar la sanidad privada"

"Hay que subir el IRPF a los salarios a partir de 55.000 euros anuales" / "No se nos ocurriría intentar desestabilizar al Gobierno más progresista de la historia"

Foto: Unai Sordo posa para EC. (Alejandro Martínez Vélez)
Unai Sordo posa para EC. (Alejandro Martínez Vélez)
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Los sindicatos han conseguido una importante subida del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 1.080 euros al mes en 14 pagas. Tras este hito, CCOO se plantea como gran reto llegar a un acuerdo con la patronal para la subida de salarios. Para ello, Unai Sordo propone dar un vuelco a la negociación colectiva vinculando salarios a los beneficios empresariales por sector. También reclama una reforma fiscal ambiciosa que suba la carga tributaria a salarios superiores a 55.000 euros anuales para financiar los servicios públicos.

Si se demostrara que el 60% está por encima de lo que hemos pactado, no estaría de más reabrir una negociación sobre el SMI

PREGUNTA. El SMI ya está en el 60% del salario medio y parece que la economía no se ha derrumbado.

RESPUESTA. Sí, de hecho, hemos tenido una subida del 52% desde 2017 y esa subida ha sido compatible con una evolución muy positiva del empleo. Esto demuestra que los salarios bajos en España podían y pueden subir sin ningún problema y que eso no conlleva un deterioro de las cifras de empleo de personas ocupadas.

P. ¿Ahora que el SMI ha llegado al 60% del salario medio, el objetivo de CCOO es que siga?

R. Hay que comprobar exactamente la evolución de la métrica de los salarios. Y yo sí creo que estamos en el rango del 60% de la media salarial, pero habrá que analizarlo en los próximos meses, cuando tengamos datos más actuales de retribuciones. Si se demostrara que el 60% está por encima de lo que hemos pactado, no estaría de más reabrir una negociación sobre el SMI. Esto era, por cierto, lo que recomendaba el propio informe de expertos.

P. ¿Una nueva negociación para subir el SMI a lo largo del año?

R. Yo no la descartaría si la estadística nos dice que no hemos llegado al 60% de la media salarial. A partir de ahí, el objetivo de CCOO es que el SMI actúe como un salario un salario base que empuje al alza en los convenios colectivos en las franjas más bajas de los salarios. Nuestro objetivo principal es fortalecer la negociación colectiva y que sean los convenios colectivos los que determinen el salario para la inmensa mayoría de los trabajadores de este país.

placeholder Unai Sordo durante la entrevista en su despacho de la sede de CCOO en Madrid. (A. M. V.)
Unai Sordo durante la entrevista en su despacho de la sede de CCOO en Madrid. (A. M. V.)

P. En 2022 no se actualizó el AENC, ¿ha afectado a la negociación para subir los salarios en los niveles inferiores?

R. Se ha producido lo que nosotros preveíamos que iba a ocurrir: una dualización de la negociación colectiva. Es decir, se han abierto brechas entre los sectores y empresas donde hay más densidad sindical y aquellas donde los sectores están muy atomizados, dispersos y poco sindicalizados. Quien tiene fuerza sindical logra mejores convenios, pero para ese viaje no hacen falta muchas alforjas. Yo sí creo que el AENC tiene una función muy importante de apoyo a los sectores que en general tienen más dificultades autónomas para resolver la negociación colectiva. Y esto es lo que nos lleva a tener que apretar mucho más el salario mínimo interprofesional para contrarrestar esa irresponsabilidad patronal.

P. ¿En qué punto están ahora las negociaciones de la AENC?

R. Está habiendo contactos y yo creo que estamos en un instante previo a un momento de gran interés cuando hagamos definitivamente patente la propuesta salarial que queremos que sea conjunta con UGT y que es incorporar a las cláusulas de revisión, además de la evolución de los precios, la situación de la productividad y los excedentes empresariales en cada uno de los sectores donde negociamos convenios colectivos. Esto es, lo que dice CEOE que hay que hacer: "Negociar en función de la realidad económica de cada sector", siempre y cuando haya un indicador público que objetive cuál es esa realidad. Es decir, transparentar la información económica del sector para tener una simetría en la negociación.

"Tenemos una oportunidad para modernizar la negociación colectiva con datos objetivos"

Y aquí es cuando veremos cómo reacciona la CEOE, supongo que con gran entusiasmo porque siempre ha tenido esta idea. Pero a lo mejor no y dice que hay que negociar en función de lo que diga la propia CEOE sobre cómo van los sectores. Si todo el Gobierno colabora, existen datos para conocer con total fiabilidad cómo van los excedentes empresariales a partir de las declaraciones del IVA, del impuesto sobre sociedades y de las cotizaciones sociales. Podemos modernizar la negociación colectiva, pero tenemos que hacerlo con un dato objetivo de la evolución real de los sectores. Y, así, al final del año podremos ver en qué sectores la inflación se iría a subir los salarios o, en los que tengan resultados económicos insuficientes, tengamos que apretarnos un poco más el cinturón.

P. Este sería un cambio radical de la negociación colectiva en la dirección en la que llevan años reclamando la CEOE y también el Ministerio de Economía.

R. Esto es como cuando se pedía que se cumplieran los santos mandamientos, pero siempre y cuando la Biblia la interpretara un párroco que sabía latín sin que nadie más lo hablara. Ahora se trata de que lo entendamos todos. Es decir, que haya una información fidedigna sobre la marcha de las empresas, porque lo que dicen los datos de la Agencia Tributaria es que los excedentes de las empresas ahora mismo son máximos en bastantes años. Los beneficios sobre unidad producida son los más altos en mucho tiempo porque han repercutido los costes internacionales de precios al consumo. En un momento en el que, además, bajan esos costes internacionales, al no bajar sus precios mantienen unos excedentes enormes, lo que explica la inflación subyacente tan alta.

P. ¿Y en los sectores que no lleguen?

R. Nosotros estamos dispuestos a que, en los sectores en los que los beneficios son escasos, renunciar a subidas salariales del 6%, 7% u 8%. Pero, en los sectores en los que hay grandes beneficios, ¿por qué no puede hacerse? Ahora quienes van a tener que justificar por qué lo rechazan son los que siempre han dicho que es así como debería hacerse. Lo que pasa es que yo creo que nunca lo han pensado de verdad, lo que querían era determinar ellos cómo iban los sectores. Pero eso en el siglo XXI no vale.

P. ¿Es posible que fuese porque hasta ahora no hemos tenido datos finos para poder calcularlo?

R. Si es por eso, entonces seguro que llegamos a un acuerdo. El problema es que veremos a ver si es por eso.

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Foto: A. M. V.

P. La CEOE propuso el año pasado una subida fija de los salarios del 6% y una parte variable del 3% adicional para los años 2022 a 2024. ¿Esa propuesta se quedaba corta?

R. Evidentemente se quedaba corta porque no hicimos el acuerdo. Hay que tener en cuenta que proponía una subida del 3% en un momento en el que la inflación superaba el 10%. Había una incertidumbre enorme y nosotros no íbamos a avalar una propuesta que implicaba una devaluación intensa de los salarios. Por eso necesitábamos una cláusula de revisión salarial, y estábamos dispuestos a ser muy flexibles. Ahora tenemos una nueva oportunidad porque la inflación se ha contenido y los excedentes empresariales, insisto, están como están.

P. En ese momento, la CEOE se levantó de la mesa precisamente por la existencia de la cláusula de revisión con el IPC y que ahora desaparecería.

R. No desaparecería, nosotros proponemos que la revalorización vinculada al IPC también estuviera ligada a otro elemento. Es decir, que mantuviéramos la exigencia de garantizar el poder adquisitivo al menos en algunos sectores que tienen un elevado excedente empresarial. Después, la negociación colectiva tiene sus particularidades, porque no es lo mismo un margen de beneficio sobre ventas del 10% en un sector que invierte en digitalizarse y mejorar el empleo, que en otro en el que se usa para que el jefe se compre yates. Esto también se puede cotejar, por ejemplo, con los gastos de las amortizaciones que las empresas declaran el impuesto de sociedades.

P. En octubre, CCOO aceptó la propuesta del Gobierno para la función pública que era muy similar en cifras a la de CEOE.

R. Sí, porque la función pública tiene otras connotaciones. Primero porque se incorporaban otros elementos sobre jornada, como la recuperación de las 35 horas semanales o compromisos de renovación de plantillas. Segundo, porque la Administración pública tiene unas condiciones que no se ven en el sector privado, como la estabilidad en el empleo de tres millones de trabajadores públicos. Creo que era un buen acuerdo, aunque es evidente que salarialmente podría haber sido mejor, pero que conllevaba otras mejoras adicionales.

P. ¿Qué opinan los trabajadores públicos afiliados al sindicato que van a sufrir una intensa pérdida de poder adquisitivo?

R. En general, nosotros, cuando tomamos una decisión de este tipo, la contrastamos mucho en el marco de las federaciones del sector público, que a su vez la llevan a las asambleas de delegados y delegadas que muchas veces lo contrastan con los trabajadores. Yo creo que el acuerdo en general fue bastante valorado. No quiere decir que no haya quien le vea pegas y que a la gente no le hubiese gustado un incremento salarial mayor, pero lo que nos consta es que fue un acuerdo bastante valorado.

P. ¿Están siendo los sindicatos amables con el Gobierno?

R. No es una cuestión de amabilidad, yo creo que es una cuestión de valoración de las cosas que están haciendo con sus pros y sus contras. Más de una vez he dicho que el Gobierno no ha sabido liderar un pacto de rentas y que el Gobierno ha tomado muchas medidas de forma unilateral por ver quién se las apunta y que deberían haber formado parte del pacto de rentas. Y nosotros con eso hemos sido críticos. Nosotros también le hemos exigido al Gobierno más contundencia en medidas fiscales. Es decir, cuando ha habido que decir las cosas, yo creo que las hemos dicho. Cuestión distinta es que nosotros hemos sido corresponsables de muchas medidas que no solo no criticamos, sino que compartimos, como la reforma laboral, la subida del salario mínimo interprofesional, la revalorización de las pensiones del 8,5%...

"No se nos ocurriría intentar desestabilizar al Gobierno más progresista de la historia"

Otra cosa es que haya una parte del mundo político, económico y mediático que quiere que los sindicatos nos metamos en un ruido de desestabilización del país porque no les gusta ni el Gobierno ni las cosas que hace. Nosotros no vamos a jugar a ese juego porque no lo hemos jugado nunca y porque no se nos ocurriría intentar desestabilizar al Gobierno que ha tomado las medidas de carácter social, laboral y de protección social más progresistas de la democracia.

P. La CEOE no acudió a la reunión para la subida del SMI convocada por el Gobierno. ¿Cree que ha empezado a jugar también la batalla electoral?

R. El hecho de no ir a una negociación da pie a pensar que está jugando a otra cosa. La CEOE ha firmado 12 acuerdos con este Gobierno y no se dejó arrastrar por la polarización que trataron de imponer las derechas, y eso hay que reconocérselo. Pero lo que no tiene ninguna justificación es renunciar al papel constitucional que tiene la CEOE no acudiendo a una mesa de diálogo.

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Foto: A. M. V.

P. ¿El calendario electoral puede afectar a las negociaciones para la subida de salarios en el AENC?

R. Yo espero que no, porque ese es un ámbito bipartito. Aunque es cierto que le vamos a emplazar una cosa muy seria al Gobierno: que elabore un indicador público sobre la marcha de los sectores económicos. Si no lo hacen, nos va a oír.

Yo sé que la negociación con la CEOE va a ser complicada, pero es una negociación bipartita y, por tanto, no tendría ninguna derivada política. Yo espero no solo que vayan a las reuniones, sino que acudan con voluntad real de negociar. Además porque lo necesita el país y las propias empresas, ya que el deterioro del consumo interno en España de las familias es ya una de las variables más indicativas de que la economía se va a ralentizar.

P. La pregunta del millón: ¿es Juan Roig un "capitalista sin escrúpulos"?

R. Yo no voy a entrar en ese tipo de valoraciones. Yo creo que tenemos un problema con los precios en general en España, pero otro particular con los sectores de la distribución de alimentos. Hay que exigir a las cadenas de distribución toda la corresponsabilidad del mundo para tratar de contener la subida de los precios. Además, la caída de los precios internacionales de materias primas y de energía hace que tengamos que exigir a las empresas una rebaja de las de los precios. Pero, en el caso de esta cadena de supermercados, al tener un convenio colectivo que recogía una cláusula de revisión salarial, los salarios se han revalorizado y los trabajadores y trabajadoras de Mercadona no han perdido poder adquisitivo. Pero, más allá de este tipo de enfrentamientos con empresarios concretos, lo que hay que hacer es una exigencia de contención de precios y una exigencia también al Gobierno para que haga una política fiscal más ambiciosa sobre los beneficios de las empresas.

"Los salarios de Mercadona han subido y los trabajadores no han perdido poder adquisitivo"

P. Una vez desbloqueado el SMI, llega la segunda parte de la reforma de las pensiones. ¿Qué propuesta deberíamos mandar a la Comisión Europea que resuelva el déficit del sistema?

R. Lo que España tiene que decirle a Europa es que están terminando de desplegarse todas las medidas pactadas hace 12 años y que en este tiempo se han tomado medidas que van a afectar a los ingresos de la Seguridad Social. La última, la subida del SMI. Por tanto, creo que hay que ir tomando medidas paramétricas, pero sin perder los nervios. Yo creo que el paquete de medidas que está encima de la mesa es perfectamente exportable a Bruselas con la excepción del famoso periodo de cálculo de la base reguladora, que es el gran elemento que puede distorsionar la negociación.

P. En la reforma de las pensiones de 2010 los sindicatos aceptaron elevar el periodo de cómputo. ¿Una reforma similar no sería factible?

R. No, porque ya hemos llegado prácticamente al límite. Es decir, estamos hablando de 25 años en periodo de cálculo y, aunque en otros países de Europa el periodo sea superior, la estructura del mercado laboral español, con salarios muy bajos para los jóvenes, provoca que el aumento del periodo de cómputo provoque una caída importante de la pensión. Si los salarios de la gente a partir de los 30 años fueran bastante más altos, no sería un gran problema. Ya le hemos dicho al Gobierno que no negociaremos esta medida si no hay una mayoría política para aprobarla.

P. El Gobierno ha descartado ya abordar una reforma fiscal por la delicada coyuntura económica. ¿Qué le parece?

R. Yo me pregunto cuándo hay una buena coyuntura económica para adoptar una reforma fiscal. La aproximación es la contraria: la reforma fiscal conseguiría la suficiencia del sector público, lo que es una garantía de impulso de crecimiento económico a largo plazo. En este tema hay una paradoja muy curiosa: todo el mundo ha visto como una buena noticia que vengan 70.000 millones de euros de dinero público de los fondos europeos, pero, si dices que ese dinero tiene que sufragarse con mayor ambición fiscal, te ponen a escurrir. Yo creo que aquí hay una trampa fiscal evidente de una ideología que creo que está moribunda. Lo que no se puede pedir son recursos públicos para salvar empresas, autónomos o servicios públicos en la sanidad, en la educación, en la dependencia y todo esto, y luego no ser corresponsables fiscalmente.

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Foto: A. M. V.

P. La dificultad política está en que, para recaudar 70.000 millones de euros adicionales, hay que tocar el IRPF y el IVA.

R. Sí, porque también se ha instalado un discurso que queda muy bien, pero que no da mucho de sí: que solo tocando las rentas muy muy altas se arregla el déficit fiscal de España. Y, claro, esto no es así. Un salario normal en España paga los impuestos que tiene que pagar, en mi opinión. Pero, si queremos un país en el que la presión fiscal sea similar a la europea, unos servicios públicos de calidad y una política industrial de calidad, tú tienes que bajar una mayor exigencia fiscal a rentas de lo que se entiende de rentas medias-altas. En la política, nadie se atreve a decir eso, pero yo puedo decir que hay que subir el IRPF a quienes ganen 55.000 euros.

"Hay que subir el IRPF a los salarios a partir de 55.000 euros anuales"

Hay que bajar hasta ahí para que el Estado pueda tener la dimensión necesaria en materia de servicios públicos y de prestaciones. De lo contrario ocurre que, si se deterioran los servicios públicos, se crea un gran nicho de negocio para el sector privado, que es lo que está ocurriendo en la sanidad, la dependencia y todo lo que tiene que ver con el envejecimiento de la población. La reforma fiscal y la presión fiscal ahorran dinero a los españoles, porque el verdadero infierno fiscal es tenerte que pagar la sanidad privada.

P. ¿Qué opinión tiene el sindicato sobre la semana de cuatro días laborables?

R. A mí me parece una idea muy adecuada, lo que pasa es que soy consciente de que no es exportable a todos los sectores de producción. Lo que hay en el fondo es una necesidad de liberar tiempo de trabajo para poder vivir mejor y una forma de disputar la productividad. El reto que tenemos con el tiempo de trabajo es cómo se distribuye. Por ejemplo, con el tema de la desconexión digital, muchas veces no hablamos de las horas de trabajo, sino de a qué hora puedo dejar de mirar el e-mail. Yo creo que esta es una variable que hay que tener en cuenta en la propia negociación colectiva en algunos sectores.

Los sindicatos han conseguido una importante subida del salario mínimo interprofesional (SMI) hasta los 1.080 euros al mes en 14 pagas. Tras este hito, CCOO se plantea como gran reto llegar a un acuerdo con la patronal para la subida de salarios. Para ello, Unai Sordo propone dar un vuelco a la negociación colectiva vinculando salarios a los beneficios empresariales por sector. También reclama una reforma fiscal ambiciosa que suba la carga tributaria a salarios superiores a 55.000 euros anuales para financiar los servicios públicos.

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