Es noticia
Los precios de los alimentos básicos dan una tregua y empiezan a bajar
  1. Economía
¿CAMBIO DE TENDENCIA?

Los precios de los alimentos básicos dan una tregua y empiezan a bajar

En todo caso, continuarán muy sensibles a las noticias diarias sobre el desarrollo de los cultivos, las condiciones climáticas, los cambios políticos y, por supuesto, el devenir de la guerra

Foto: Una cosechadora trabajando en el campo en la localidad riojana de Villaverde. (EFE/Raquel Manzanares)
Una cosechadora trabajando en el campo en la localidad riojana de Villaverde. (EFE/Raquel Manzanares)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Algo comienza a moverse en el mercado mundial de los alimentos básicos. Y esta vez en la buena dirección. Los precios del cereal y del maíz, alimentos esenciales para buena parte del planeta, han comenzado a bajar. Hay razones estacionales vinculadas a las mayores disponibilidades de trigo en el hemisferio norte, además de mayor oferta de maíz en el hemisferio sur, pero hay señales de que el alza en vertical se ha detenido. También el índice de materias primas S&P Dow Jones, elaborado a partir de algunas 'commodities' fundamentales, como el cobre, el petróleo, el trigo, la soja y el ganado, refleja una significativa caída que ha devuelto los precios a niveles de antes de la invasión rusa (24 de febrero).

El suave descenso en el mercado de alimentos básicos no evita, sin embargo, que los precios sigan siendo muy elevados respecto de hace un año. Las perspectivas de un acuerdo entre Rusia y Ucrania, bajo el impulso de Naciones Unidas y con la mediación de Turquía, para sacar grano a través del mar Negro, han influido de forma relevante en el recorte de precios, y es de esperar que ese cambio de tendencia se consolide tras cerrarse el pacto el pasado viernes.

En todo caso, como prevé la FAO, los precios seguirán siendo volátiles y continuarán muy sensibles a las noticias diarias sobre el desarrollo de los cultivos, las condiciones climáticas, los cambios políticos y, por supuesto, el devenir de la guerra. Los precios del trigo, por ejemplo, han caído entre un 7,2% y un 11,9% en junio, según mercados, y son alrededor de un 5% más bajos que hace tres meses. Igualmente, los precios del maíz —impulsados por producciones robustas en Brasil y Argentina— han bajado entre un 2,8% y un 4,8% en junio, o alrededor del 10% en los tres últimos meses. También la producción de EEUU ha contribuido a la moderación de los precios.

Aún hoy, todavía se sitúan entre un 13% y un 19% más que hace un año. En el caso del trigo, el incremento medio se sitúa entre el 40% y el 75% respecto a hace 12 meses. No es el caso del arroz, que, según el índice de precios que elabora la FAO, se encareció el mes pasado un 1,4% respecto de mayo, y un 2,3% por encima de su nivel de hace un año.

Los datos proceden de la FAO, la Organización de Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura, y, en parte, también reflejan el descenso de la demanda que se ha producido a consecuencia de la desaceleración de la actividad económica, que supone una contracción del consumo de productos alimentarios. La caída de junio obedeció al descenso de los precios internacionales de los aceites vegetales, los cereales y el azúcar, mientras que los precios de los productos lácteos y la carne aumentaron.

El caso de los cereales

Los precios altos, en todo caso, siguen sustentados por la guerra en Ucrania, que afecta no solo a los cereales, sino también a los fertilizantes o los productos fitosanitarios, imprescindibles en el campo, además de los combustibles y de las incertidumbres generadas por el conflicto. En particular, para los países más dependientes del trigo y de los alimentos básicos no transformados, y que son, precisamente, los más pobres. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha estimado que las personas de los países de bajos ingresos son más vulnerables a los precios más altos porque los alimentos representan el 44% del consumo en promedio, en comparación con el 28% en las economías de mercados emergentes y el 16% en las economías avanzadas.

Pese a la guerra, sin embargo, debido a sus efectos sobre la producción de alimentos, lo cierto es que la FAO estima que la producción mundial de cereales en 2022 se habrá incrementado en julio en siete millones de toneladas respecto del mes anterior y en la actualidad se sitúa en 2.792 millones de toneladas, cifra que es apenas un 0,6% inferior a la producción mundial de 2020/21.

Una pobre campaña

Esto se debe, fundamentalmente, a que las perspectivas se han visto reforzadas este mes por noticias sobre grandes superficies sembradas con maíz en China y la India, lo que unido a una revisión al alza de la producción en Ucrania —que, aun así, bajará sus rendimientos un 30% respecto a la campaña anterior— da una tregua a la escalada de precios.

Esto explica que, según la FAO, las reservas mundiales de cereales al cierre de las campañas que finalizarán en 2023, cifradas en 854 millones de toneladas, se hayan incrementado en 7,6 millones de toneladas respecto del mes anterior, con una contracción interanual del 0,6%. Esto se debe a que en Ucrania, un operador clave en el mercado de cereales, las reservas alcanzarán este año una cifra seis veces superior al nivel anterior a la guerra, a consecuencia de las alteraciones de las exportaciones que está causando la guerra y las dificultades para exportar grano.

Otro producto clave para buena parte del planeta, igualmente, está viendo un cambio de tendencia. El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO se situó en junio en un promedio de 211,8 puntos, lo que supone una disminución intermensual del 7,6%, como resultado de la bajada de los precios de los aceites de palma, girasol, soja y colza.

El descenso, en todo caso, ya se está trasladando también a las economías avanzadas (aquí la evolución de los precios), aunque todavía sufren una enorme presión en comparación a hace un año. En el caso de España, según los datos coyunturales elaborados por el Ministerio de Agricultura, el trigo blando destinado a la fabricación de pan ha caído la última semana entre un 5% y un 13%, según mercados, mientras que el trigo duro ha descendido un 20% en apenas siete días. El maíz, por su parte, ha retrocedido entre un 6% y un 15%, por debajo de la cebada, que ha descendido un 22%, mientras que la soja lo ha hecho en casi un 9%. El precio del aceite de oliva virgen, por el contrario, sigue fuerte, con un incremento del 8% en la última semana.

Algo comienza a moverse en el mercado mundial de los alimentos básicos. Y esta vez en la buena dirección. Los precios del cereal y del maíz, alimentos esenciales para buena parte del planeta, han comenzado a bajar. Hay razones estacionales vinculadas a las mayores disponibilidades de trigo en el hemisferio norte, además de mayor oferta de maíz en el hemisferio sur, pero hay señales de que el alza en vertical se ha detenido. También el índice de materias primas S&P Dow Jones, elaborado a partir de algunas 'commodities' fundamentales, como el cobre, el petróleo, el trigo, la soja y el ganado, refleja una significativa caída que ha devuelto los precios a niveles de antes de la invasión rusa (24 de febrero).

FAO Conflicto de Ucrania Alimentos
El redactor recomienda