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La recaudación se dispara un 17% hasta abril y lleva al Estado a superávit primario
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11.000 millones más de ingresos

La recaudación se dispara un 17% hasta abril y lleva al Estado a superávit primario

La recaudación sigue disparada: el IVA aportando un 20% más que en el inicio de 2021 y el IRPF, un 13% más. Los gastos se mantienen contenidos con un incremento del 4% en salarios públicos

Foto: La ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (EFE/Javier Lizón)
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero. (EFE/Javier Lizón)

La inflación y el crecimiento económico siguen provocando un crecimiento histórico de la recaudación en España. Los ingresos tributarios se dispararon en los cuatro primeros meses del año un 17% respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos publicados por la IGAE. Son ya casi 65.000 millones de euros en ingresos, 11.000 más que en el mismo periodo del año 2019. Esto es, el ritmo de la recaudación va un 16,6% más rápido que antes de la pandemia. Este incremento responde básicamente al crecimiento de las bases imponibles, tanto por la inflación (principalmente en el IVA) y por el crecimiento económico y la creación de empleo (IRPF, sociedades e impuestos especiales). El resultado de esta recaudación disparada es que el Estado ha cerrado el primer cuatrimestre del año con un superávit primario de 1.400 millones de euros, una cifra que equivale al 0,1% del PIB. Se trata del mejor dato desde el año 2018, en el último año de Mariano Rajoy.

Es un hito totalmente inesperado que muestra una situación tributaria similar a la que vivió España durante los años de la burbuja inmobiliaria. En aquel momento, el crecimiento de la recaudación excedía recurrentemente las previsiones de ingresos de los presupuestos y terminaron provocando un histórico superávit público en el año 2007. En esta ocasión, el superávit se irá diluyendo a lo largo del año, porque el ritmo de los gastos irá aumentando y el de los ingresos se frenará, pero sí anticipa una corrección del déficit más rápida de lo previsto.

Si se atiende a los datos de recaudación (estos en términos de caja), el gran motor es el IVA, con un crecimiento acumulado entre enero y abril del 20%. Solo el IVA ha aportado unos 5.500 millones más que en los cuatro primeros meses de 2021. Una parte de este incremento de la recaudación se debe a la inflación, pero no toda, una parte significativa se debe al incremento del consumo. De hecho, los impuestos especiales más vinculados al consumo también están disparados, y estos no están vinculados al precio, sino al volumen. Por ejemplo, la recaudación del impuesto sobre la cerveza ha aumentado un 15% y el de las bebidas alcohólicas se ha disparado un 58%. Lo mismo ocurre con el de los hidrocarburos, que se ha incrementado un 14%.

Foto: Imagen de una familia en Oviedo. (EFE)

En total, los impuestos indirectos han aumentado su aportación en más de 6.000 millones de euros, y eso a pesar de que la rebaja del IVA y del impuesto especial sobre la electricidad ha provocado una merma de ingresos de casi 2.000 millones. Esto es, a pesar de las medidas tributarias aprobadas por el Gobierno para frenar el precio de la luz, los hogares han tenido que elevar su factura con Hacienda por la inflación y el incremento del consumo.

En el caso del IRPF, el ritmo de la recaudación es un poco más lento, principalmente porque la subida salarial está siendo muy contenida y porque el ritmo de la afiliación se ha ralentizado este año. En cualquier caso, son datos que exceden ampliamente las previsiones con 37.300 millones de euros en recaudación, un 13% más que en el mismo periodo de 2021. Si se compara con las cifras previas a la pandemia, el IRPF genera 9.200 millones más de recaudación, un crecimiento de nada menos que el 33%.

Foto: La inflación se come el poder adquisitivo de los hogares. (EFE/D. A. Sintes)

El impuesto sobre sociedades también se está recuperando rápidamente gracias a la mejora de los beneficios empresariales en un contexto en el que están trasladando ya intensamente los costes de producción a los precios finales. El tributo ha generado 4.700 millones de euros de recaudación en el primer cuatrimestre del año, cifra que supera en un 73% los datos del año 2021.

Este ritmo de la recaudación ha permitido a España cerrar el inicio del año en superávit primario, esto es, descontado el gasto en intereses. Si se incluye esta partida, el déficit fue de 6.500 millones de euros frente a los más de 20.000 millones de 2021. Es decir, el saldo negativo del Estado se ha reducido un 68%, situándose en el 0,5% del PIB. Este es el segundo mejor dato de déficit desde la burbuja inmobiliaria, aunque se deteriorará a medida que el Gobierno envíe las transferencias comprometidas a otras administraciones públicas, en especial a la Seguridad Social.

En paralelo, el crecimiento de los gastos del Estado está contenido en 2022 gracias a la moderación del salario de los funcionarios y de las transferencias a otras administraciones públicas. En el caso del capítulo de retribuciones, el crecimiento ha sido del 4%, de 300 millones de euros. Esta moderación del gasto, muy inferior a la inflación, se debe a que los salarios públicos se han congelado en el 2% para este año.

Si se incluye el conjunto de la Administración central, las CCAA y la Seguridad Social, el déficit hasta marzo fue de 4.600 millones de euros frente a los casi 21.000 millones de déficit del primer trimestre de 2021. Esto es, el déficit del conjunto de AAPP se ha reducido un 78%. Estos datos muestran cómo el ritmo de la recaudación está facilitando la senda de ajuste de España a costa del incremento de la presión fiscal sobre los hogares y las empresas. Sin embargo, es pronto para cantar victoria sobre el déficit. Los expertos no tienen claro que se esté produciendo un incremento estructural de la recaudación. Lo que podría estar ocurriendo es que la recuperación actual, intensa en empleo, estaría elevando el montante de las bases imponibles. Sin embargo, a medida que la productividad vuelva a la normalidad (mayor valor añadido por cada asalariado), el ritmo de los ingresos sería inferior al del PIB.

La inflación y el crecimiento económico siguen provocando un crecimiento histórico de la recaudación en España. Los ingresos tributarios se dispararon en los cuatro primeros meses del año un 17% respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos publicados por la IGAE. Son ya casi 65.000 millones de euros en ingresos, 11.000 más que en el mismo periodo del año 2019. Esto es, el ritmo de la recaudación va un 16,6% más rápido que antes de la pandemia. Este incremento responde básicamente al crecimiento de las bases imponibles, tanto por la inflación (principalmente en el IVA) y por el crecimiento económico y la creación de empleo (IRPF, sociedades e impuestos especiales). El resultado de esta recaudación disparada es que el Estado ha cerrado el primer cuatrimestre del año con un superávit primario de 1.400 millones de euros, una cifra que equivale al 0,1% del PIB. Se trata del mejor dato desde el año 2018, en el último año de Mariano Rajoy.

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