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Balance tras un mes de descuentos: el diésel baja 7 céntimos menos en España que en Francia
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SOLO CABEN DOS EXPLICACIONES

Balance tras un mes de descuentos: el diésel baja 7 céntimos menos en España que en Francia

La subvención al combustible resulta más efectiva al norte que al sur de los Pirineos, mientras el Gobierno alimenta la sospecha de que las gasolineras la están usando para aumentar sus márgenes

Foto: Una gasolinera, en Madrid. (EFE/Miguel Oses)
Una gasolinera, en Madrid. (EFE/Miguel Oses)
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El diésel es más barato a ambos lados de los Pirineos desde el 1 de abril, cuando las gasolineras francesas y españolas empezaron a aplicar los descuentos aprobados por Moncloa y El Elíseo para paliar los efectos de la crisis energética. Sin embargo, no ha bajado lo mismo en ambos países. El balance del primer mes con las rebajas en vigor corrobora los datos adelantados hace unas semanas por El Confidencial y arroja una verdad incómoda: con las mismas condiciones, siete céntimos han desaparecido al sur de la frontera.

La ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, alimentó la sospecha el jueves pasado en una entrevista en Radio Nacional de España: "Si vemos que alguna medida hace que se mantengan los precios porque los operadores están absorbiendo la ayuda, no seguiremos con esa ayuda". Lo cierto es que el gasóleo se ha abaratado 12 céntimos desde antes de la subvención, según el 'Boletín petrolero' de la Unión Europea. Pero el descuento en España es de 20 céntimos, por lo que el combustible más utilizado en nuestro país habría batido en las últimas dos semanas su récord histórico si no se hubiese producido la intervención pública. Basta darse un paseo por las estaciones de servicio para comprobar cómo los letreros luminosos, que no tienen en cuenta la rebaja, marcan números como nunca antes se habían visto.

Podría alegarse que esos ocho céntimos están motivados por el repunte de la cotización del petróleo, ya que este suele determinar en torno al 40% del precio de la gasolina y el resto de factores (fundamentalmente los impuestos) no ha variado. Hacer cábalas solo conduce a la melancolía, pues el efecto de las subidas y bajadas del crudo no se nota de forma instantánea y, además, la curva no ha seguido una tendencia clara durante las últimas semanas. Sin embargo, sí hay una forma de averiguar adónde han ido a parar esos ocho céntimos. Solo hay que mirar al país vecino.

El hecho de que Francia hubiese empezado a aplicar el descuento a la vez que España permite usarla como si fuese el grupo de control de un experimento. Si realmente los ocho céntimos de encarecimiento real —pese al abaratamiento de 12 céntimos tras el descuento— se debiesen al repunte del crudo, en el país vecino el diésel tendría que haber subido lo mismo. Nada más lejos de la realidad: en este tiempo, que va desde el 28 de marzo (última semana antes de la entrada en vigor de la subvención) hasta el 9 de mayo (último boletín), el gasóleo que aparece en los carteles de las gasolineras solo se ha encarecido un céntimo en Francia, mientras que el que pagan los consumidores se ha abaratado 17 céntimos, tras el descuento de 15 más IVA aprobado por el Gobierno francés.

Foto: Un repostaje de gasóleo. (EFE/EPA/Rob Engelaar)

Con una rebaja final inferior, que asciende a 18 céntimos de media (17 en Córcega y 15 en los territorios de ultramar), frente a los 20 de España, los franceses han visto cómo el gasóleo se depreciaba cinco céntimos más que al sur de la frontera. Si el descuento fuera el mismo, la cifra sería de siete céntimos. La pregunta resulta inevitable: ¿Adónde han ido?

Solo caben dos respuestas. La primera es que la guerra comercial entre las gasolineras francesas haya tirado los precios hacia abajo, por lo que la comparación perjudicaría a los consumidores españoles. Las principales estaciones de servicio del país vecino han decidido aplicar descuentos extraordinarios que van más allá de los establecidos por el Gobierno, en una lucha por aprovechar la inestabilidad del mercado para mejorar su imagen y captar nuevos clientes, especialmente a través de sus programas de fidelización. Sin embargo, en España también se ha producido una guerra muy agresiva, especialmente entre las cuatro grandes (Repsol, Cepsa, BP y Galp), que llegaron a ofrecer una rebaja total de 30 céntimos.

En las próximas semanas se conocerán datos que corroboran la segunda posibilidad, la que el lector estará pensando en este momento y la que apunta el Gobierno para sugerir que a partir del 30 de junio la rebaja podría no prolongarse: las gasolineras españolas estarían aprovechando el descuento para aumentar sus márgenes, hasta 'comerse' esos siete céntimos de diferencia con Francia. Fuentes del sector consultadas por El Confidencial niegan que sea así y, por ahora, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia no ha lanzado señales de alerta al respecto.

La sospecha de que 1.000 M de fondos públicos suponen una subvención encubierta a las gasolineras planea sobre las carreteras españolas

Para eliminar los factores que podrían perturbar la comparación entre ambos países, El Confidencial ha depurado los datos. Se usa la misma base 100 para España y Francia —el precio real siempre es mucho más elevado al norte de los Pirineos debido a los mayores impuestos—, y se calcula el abaratamiento bajo el supuesto teórico de que tanto Moncloa como El Elíseo hubiesen aplicado el mismo descuento de 20 céntimos. En Madrid, el precio habría caído un 6,86% desde antes del descuento; en París, un 9,12%. En el caso de la gasolina, en ambos países se ha abaratado 14 céntimos, pese a que España aplica un descuento dos céntimos superior al francés.

El debate sobre la eficacia de la medida, aprobada el pasado 29 de marzo en el real decreto para hacer frente a las consecuencias económicas de la guerra, está sobre la mesa. Y no solo por las dudas sobre su eficacia para contener la inflación. Los globos sonda del Gobierno se complementan con datos como los de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF). Según el organismo, la subvención tendría un coste de 1.053 millones de euros para las arcas públicas, un 28% más de lo proyectado inicialmente por el Ejecutivo. La sospecha de que esos fondos públicos están suponiendo una subvención encubierta a las gasolineras planea sobre las carreteras españolas y desaparece al cruzar la frontera.

El diésel es más barato a ambos lados de los Pirineos desde el 1 de abril, cuando las gasolineras francesas y españolas empezaron a aplicar los descuentos aprobados por Moncloa y El Elíseo para paliar los efectos de la crisis energética. Sin embargo, no ha bajado lo mismo en ambos países. El balance del primer mes con las rebajas en vigor corrobora los datos adelantados hace unas semanas por El Confidencial y arroja una verdad incómoda: con las mismas condiciones, siete céntimos han desaparecido al sur de la frontera.

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