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De Cos afirma que el BCE tiene flexibilidad para mantener los tipos negativos por más tiempo
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El gobernador del Banco de España

De Cos afirma que el BCE tiene flexibilidad para mantener los tipos negativos por más tiempo

Alerta de la importancia de frenar los efectos de segunda ronda en la inflación. Para ello, pide a los trabajadores asumir pérdidas de poder adquisitivo y a las empresas para reducir márgenes

Foto: El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. (EFE/Fernando Alvarado)
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos. (EFE/Fernando Alvarado)

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha pronunciado este martes uno de sus discursos más importantes desde que asumió el cargo: el primero en el que muestra la posición del BdE respecto a la guerra en Ucrania. El gobernador ha realizado un repaso completo de la situación actual y ha dejado importantes recomendaciones a la política fiscal y a los agentes sociales. También ha apuntado cómo debería ser la respuesta del Banco Central Europeo a un contexto de fuerte repunte de la inflación y desaceleración en la recuperación económica, efectos que, de por sí, requieren respuestas contrarias por parte de la política monetaria.

De Cos, que forma parte del Consejo de Gobierno del BCE por su cargo de gobernador del Banco de España, ha remarcado que la política de tipos de interés negativos podría prolongarse en el tiempo y terminar el año con el tipo de depósitos en el -0,5%. Sobre todo, si se cumplen los escenarios del BCE, ya que todos ellos, más optimistas y más pesimistas, prevén que la inflación retorne al 2% en el año 2024. Por el momento, el Banco Central Europeo no cree que la estabilidad de precios esté comprometida a pesar del fuerte repunte de la inflación en las últimas semanas. Lo que significa que tendría margen para mantener una política monetaria expansiva que siguiera apoyando la recuperación económica y la estabilidad de precios.

Foto: Pedro Sánchez, con Christine Lagarde, en 2018. (EFE/Calvo)

Hasta ahora, la hoja de ruta del BCE marcaba que la entidad comenzaría a subir los tipos de interés "poco después" de finalizar las compras netas de activos. Este hito está previsto para el próximo verano, lo que significaba que, antes de final de año, el BCE estaría subiendo ya los tipos de interés. Sin embargo, en una coyuntura de tanta incertidumbre como la actual, la subida de tipos podría suponer un freno adicional a la recuperación económica, ya que encarecería los costes financieros para los países, las empresas y las familias. Por ese motivo, el BCE cambió su hoja de ruta en su comunicado de la semana pasada y donde ponía "poco después" ahora afirma "un tiempo después". Para de Cos, este cambio "amplía las posibilidades de distanciamiento temporal entre los dos eventos: el final de las compras netas y el momento en que comencemos a elevar nuestros tipos de interés".

Este mensaje es muy importante, porque el mercado interpretó las decisiones de política monetaria adoptadas la semana pasada como que el BCE abría la puerta a subir los tipos de interés este año. De Cos, por el contrario, señala que ahora la entidad tiene margen para terminar el año con los tipos de interés en el -0,5%. En otras palabras, que el tono del BCE ahora no es duro ('hawkish'), sino que pretende acompañar la recuperación económica mientras no se generen presiones inflacionistas irreversibles ('dovish'). "En todos los escenarios analizados por el Consejo de Gobierno, aún se espera que la inflación descienda progresivamente y se estabilice en niveles próximos a nuestro objetivo del 2% en 2024", ha señalado, por lo que, de momento, se descarta que la coyuntura actual de inflación elevada se mantenga en el medio plazo.

"Todos los escenarios del BCE prevén que la inflación se estabilice en 2024"

Para conseguir este objetivo, el gobernador ha señalado que será crítico el pacto de rentas que se está negociando en España y en otros países europeos. Aquí la clave es que la guerra implicará unos costes en el corto plazo que empresas y trabajadores deberían repartirse. "Insisto: se trata de repartir costes", ha remarcado durante su discurso Hernández de Cos, "todos los agentes implicados han de asumir una pérdida". En el caso contrario, la inflación provocada por el encarecimiento de las materias primas y la energía podría generar efectos de segunda ronda muy perjudiciales para la economía. "Resulta crucial evitar que se desencadene una espiral de incrementos de precios y costes que solo agravaría los efectos, ya de por sí nocivos, de la perturbación actual", ha alertado, pero advierte de que "evitar esta espiral no es en absoluto fácil ni, desde luego, gratificante en el corto plazo".

Para ello, el gobernador recomienda que tanto los sindicatos como las patronales asuman compromisos por escrito de moderación de sus rentas. En el caso de los trabajadores, deberían renunciar a las cláusulas de garantía salarial y asumir una pérdida de poder adquisitivo en el corto plazo. Las empresas también deberían asumir una contención de sus márgenes de beneficio y deberían hacerlo con "compromisos explícitos". Solo de esta forma, con transparencia y compromisos firmes, los sindicatos podrán renunciar a las cláusulas de mantenimiento del poder adquisitivo para los trabajadores.

Otra de las cuestiones relevantes que señala el gobernador es que las empresas deberían asumir compromisos de protección del empleo, para otorgar así una compensación a los trabajadores a cambio de que ellos renuncien a reclamar una subida salarial en línea con la inflación desbocada actual. En su opinión, si los acuerdos fuesen plurianuales, permitirían repartir los costes de la guerra en el medio plazo. Y, si las previsiones del BCE son ciertas y la inflación vuelve al 2% en los próximos años, entonces, tanto trabajadores como empresas podrían recuperar pronto las pérdidas sufridas por la guerra en Ucrania.

Una respuesta europea

De Cos también ha reclamado una respuesta fiscal europea para repartir los costes de la guerra entre los distintos países europeos. "La acción conjunta europea vuelve a ser la vía más eficaz, a través de la mutualización de recursos presupuestarios, para facilitar la financiación del gasto público que ha surgido como consecuencia de la invasión", ha señalado el gobernador del BdE. Este apoyo fiscal debe estar "focalizado" sobre los sectores empresariales más afectados y las familias más vulnerables, ya que el margen para recurrir a la deuda pública ya es muy limitado tras la pandemia.

La respuesta debería materializarse a través de la "creación de una capacidad fiscal común y permanente en el área del euro". Este sería un paso histórico para la eurozona, ya que implicaría la creación de un presupuesto común para los Diecinueve. En su opinión, los resultados de los programas Sure y NGEU deberían servir como base para el diseño de esta futura capacidad fiscal del euro. Además, sería imprescindible la emisión de bonos del euro.

Foto: Sede del Banco Central Europeo en Fráncfort, Alemania. (EFE/Armando Babani)

Estas demandas del gobernador del Banco de España supondrían la caída de algunos diques de contención de la política fiscal que los países del centro de Europa llevan años construyendo y manteniendo. Se trataría, por tanto, de un proyecto ambicioso que solo es posible de ejecutar en un contexto tan complicado como el actual. De Cos ha explicado que, "de forma súbita", los europeos "han tomado conciencia de la necesidad de acelerar la integración europea si queremos que el continente sea un actor relevante en la escena global, capaz de decidir sobre su futuro y de defender sus valores".

El gobernador también ha tenido una recomendación para el Gobierno de España: que elabore de una vez por todas un plan de contención fiscal. La guerra en Ucrania obligará a realizar nuevos esfuerzos presupuestarios cuando la deuda pública está ya en el entorno del 120% del PIB. Para que estos esfuerzos no impliquen el nerviosismo de los mercados, sería clave trazar ya un plan de ajuste que señale cuáles serán las palancas para reconducir este endeudamiento. "Es importante que la política fiscal proporcione certezas sobre el compromiso con la estabilidad presupuestaria en un contexto de elevada incertidumbre como el actual", ha señalado el gobernador, para lo que el Gobierno debería adelantarse publicando el "diseño de un programa de consolidación que permita reducir gradualmente los elevados niveles de déficit y deuda públicos, con vistas a su puesta en marcha una vez que la recuperación sea sólida".

El Banco de España y también la AIReF (Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal) llevan ya casi dos años exigiendo al Ministerio de Hacienda que publique el plan de ajuste al que obliga la Ley de Estabilidad. Sin embargo, sus demandas siempre han caído en saco roto por parte de Hacienda. Nada indica que esta vez vayan a ser escuchados.

Respecto al apoyo fiscal que pueda poner en marcha el Gobierno durante la guerra, este debe ser "focalizado" solo en los sectores y los hogares que más lo necesitan. En ningún caso, España debería permitirse un impulso fiscal generalizado, ya que contribuiría a acelerar la inflación en los sectores en los que hay más cuellos de botella y, además, incrementaría aún más la deuda pública.

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, ha pronunciado este martes uno de sus discursos más importantes desde que asumió el cargo: el primero en el que muestra la posición del BdE respecto a la guerra en Ucrania. El gobernador ha realizado un repaso completo de la situación actual y ha dejado importantes recomendaciones a la política fiscal y a los agentes sociales. También ha apuntado cómo debería ser la respuesta del Banco Central Europeo a un contexto de fuerte repunte de la inflación y desaceleración en la recuperación económica, efectos que, de por sí, requieren respuestas contrarias por parte de la política monetaria.

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