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Infla ción en economía de guerra

Calcula cuánto te cuesta la subida de precios

Flecha hacia abajo

La inflación ya no es una ‘anécdota’ de la pandemia sino la mayor preocupación macroeconómica a nivel mundial. La subida de precios es ya generalizada: alimentos, ropa, calzado, muebles…

Texto Javier Jorrín
Diseño Rocío Márquez | Laura Martín
Desarrollo Luis Rodríguez | Fernando Anido

Hace apenas unos meses el monstruo de la inflación parecía sacado de ‘Monstruos SA’. La subida de los precios provocada por los cuellos de botella tenía la ironía en su propia naturaleza: si la inflación era consecuencia del crecimiento de la demanda, una subida de precios que lastrase la demanda provocaría, automáticamente, la moderación de los precios. En definitiva, se trata de la ecuación tradicional del equilibrio entre oferta y demanda (modelo OA-DA derivado de la teoría de John Maynard Keynes).

El modelo keynesiano tenía un cabo suelto: la inflación de costes. Esto es, una subida de precios que no se debe ni al aumento de la demanda ni a la caída de la oferta. En este caso, el equilibrio se rompe y es justo lo que está ocurriendo ahora. Los precios están subiendo por la escalada de la energía que lleva meses en marcha, antes incluso del inicio de la guerra en Ucrania. El Kremlin preparó el terreno para la invasión frenando las ventas de gas a Europa y generando una subida de precios (para así elevar sus ingresos) que ha terminado por afectar al resto de bienes y servicios de la economía.

Este cabo suelto del modelo keynesiano es el más peligroso, porque la inflación no se puede reconducir moderando la demanda. En otras palabras, aunque se provoque un estancamiento o una recesión, la inflación puede seguir siendo elevada porque los factores geopolíticos mantengan precios altos en las materias primas y la energía. Este escenario, el de la estanflación, es un monstruo que realmente asusta a los economistas.

La cesta de la compra de los hogares españoles es hoy casi un 7% más cara que antes de la pandemia. En un primer momento se encarecieron los alimentos (durante el ‘gran confinamiento’), después fue la energía y finalmente la inflación se ha trasladado a todos los bienes y servicios. Así te afecta a ti:

La calculadora de la inflación

Introduzca sus gastos de febrero 2022 y automáticamente se calculará el coste que habría supuesto hace dos años. En la variación e inflación verá si el gasto ha aumentado o disminuido respecto al año 2020, debido a la inflación. Por defecto se muestra el gasto medio por persona en España.

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Suma del gasto
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IPC personalizado IPC general 7%

La inflación está escalando a ritmos no vistos desde los años ochenta. En el último año los precios han subido nada menos que un 7,6%. Y lo que es más preocupante, se están consolidando algunas tendencias que podrían mantener los precios altos en el futuro. El primero es la propia transición energética, que ahora será acelerada para acabar con la dependencia de Rusia. Este proceso tiene varios costes, desde los propios desincentivos a las energías contaminantes hasta el encarecimiento de los productos necesarios para la construcción de molinos eólicos, placas solares, conexiones, etc.

El segundo es la relocalización de la producción que ya estaba sobre la mesa por la pandemia por la dependencia de terceros países y que ahora se pone más en evidencia con la guerra de Vladímir Putin. El tercero es el ‘chute’ de demanda que vivirán las economías desarrolladas con los planes de inversión pública que ya están empezando a desplegarse. Y el cuarto es la ‘gran dimisión’ de trabajadores que han abandonado el mercado laboral tras la pandemia lo que reduce la oferta de mano de obra y está encareciendo los salarios en muchos países desarrollados.

La inflación más elevada desde los ochenta

Datos en porcentaje
Fuente: INE

Inflación 2022 vs. 2020

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Productos que han subido más su precio

La inflación que soporta cada hogar es diferente en función de su cesta de la compra. Por este motivo, hemos elaborado la calculadora de la inflación, con la que los lectores pueden conocer cuál es la subida de precios que están soportando en función de su consumo particular.

En su caso, los tres gastos que más aumentaron respecto a 2020 son:

Subida total en 2022

Un hogar estándar cuyo nivel de gasto mensual fuese de unos 1.000 euros al mes antes de la pandemia ahora está obligado a pagar casi 70 euros más para adquirir los mismos bienes y servicios que entonces. Al final del año, esto implica un encarecimiento del coste de la vida de 800 euros. Un presupuesto que para muchos hogares supone tener que renunciar a una parte de su consumo para llegar a fin de mes.

En su caso la inflación implica un incremento del gasto respecto a 2020 de

La luz

El 30% de la inflación que están soportando las familias se debe a la subida del recibo de la luz. Según el INE, el precio de la electricidad para los hogares se ha disparado un 75% en los dos últimos años. Esto significa que solo el recibo de la luz se llevaría 231 de los 800 euros de la inflación.

Esta subida hubiese sido más acusada sin la doble bajada de impuestos que aprobó el Gobierno, una en junio y otra en septiembre, y que han sido prorrogadas por la guerra en Ucrania. Sin estas dos medidas, la electricidad habría subido un 100%, aunque con ellas la subida ha sido igualmente espectacular, del 75%.

Más inflación: electricidad, gas y alimentos

El encarecimiento de los costes energéticos ha terminado por trasladarse al resto de bienes y servicios. Lo que ha ocurrido es que el dique de contención que supone la estabilidad de precios (las empresas no pueden subir sus precios porque son expulsadas del mercado) empieza a tener grietas. Ahora los consumidores están predispuestos a soportar precios más altos y este es un paso imprescindible para que se desate la inflación. La alimentación es uno de los sectores que está trasladando rápidamente esta subida de costes. Los hogares pagan hoy el precio de los alimentos un 7,6% más caro que antes de la pandemia.

Su gasto mensual en electricidad el mes de febrero de 2022 ha sido de un 75% más que en 2020, lo que supondrá un encarecimiento anual de la luz de

Menos inflación: ropa, seguros, ocio y restauración

Por el contrario, algunos de los bienes y servicios en que gastan más las rentas altas, desde la ropa hasta los seguros de salud, el ocio o la restauración, tienen los precios más contenidos por la pandemia, de modo que la inflación que soportan es algo inferior al IPC general.

Alimentos

La alimentación ya sufrió una primera fase inflacionista al inicio de la pandemia, cuando la demanda se concentraba básicamente en los supermercados y las farmacias. El precio de las comidas y bebidas no alcohólicas está subiendo a tasas del 6% interanual, cifras que no se veían desde la burbuja inmobiliaria. Esta subida es especialmente grave para las rentas bajas, ya que son quienes destinan una mayor parte de sus ingresos a la compra de alimentos.

La inflación del “súper”

Variación del precio en los dos últimos años
Fuente: INE

El precio del aceite y las grasas se ha disparado un 30% en los dos últimos años. La fruta también se encarece rápidamente con una subida del 14%, los productos lácteos se han encarecido un 9% y el pan y los cereales, un 6%. El coste de los alimentos seguirá subiendo en los próximos meses, en especial los cereales, ya que Ucrania es el ‘granero’ de Europa. La escasez de trigo o maíz tirará de los precios de forma inevitable mientras dure la guerra y los cortes de producción en el país.

Su compra anual en alimentos en 2022 respecto a 2020 ha subido

Transporte

El transporte ha tomado el relevo a la electricidad como el gran culpable de la inflación. Con el precio del litro de gasolina cerca de los dos euros, llenar el depósito del coche casi se ha duplicado en el último año. La subida de los carburantes se traslada rápidamente a las empresas porque encarece bruscamente los transportes de sus bienes. La traslación de la cotización del crudo en los mercados internacionales a los precios de las gasolinas se traslada de forma más lenta pero constante, como se observa en el gráfico:

Evolución del precio del petróleo y de las gasolinas

Índice con base 100 en 2017
Petróleo Gasóleo Gasolina
Fuente: INE

El precio de los combustibles ha reaccionado rápidamente a la subida del barril de Brent en el mercado europeo. Sin embargo, lo han hecho a un ritmo inferior al del petróleo, como ocurre habitualmente, ya que el coste del barril se traslada de forma más lenta al precio final. Así, por ejemplo, durante la pandemia el precio del petróleo se hundió casi un 60% y las gasolinas apenas cayeron un 17%. Por el contrario, desde esos mínimos el crudo se ha disparado un 255%, mientras que el precio de los combustibles en las gasolineras ha subido algo más de un 44%.

En los últimos meses también está subiendo el precio de los automóviles, en este caso como consecuencia de los problemas de oferta por el desabastecimiento de semiconductores. Muchos concesionarios están vendiendo los coches que les quedan en ‘stock’ con una prima por pronta entrega y así evitar las listas de espera, que en algunos casos superan el medio año. También está subiendo rápidamente el precio de las bicicletas, que son ya un 11% más caras que antes de la pandemia. En este caso, se unen dos factores que elevan la demanda. Por un lado, la sustitución del transporte público, que todavía genera miedo al contagio para muchos usuarios. Por otro, para hacer deporte al aire libre sin riesgo de contagios, como sí ocurre con los gimnasios.

El encarecimiento de las materias primas y de los semiconductores también se contagia a otras industrias. Es el caso, por ejemplo, de los muebles, que se han encarecido un 9% en los dos últimos años. Los hogares también han invertido en mejorar su equipación doméstica durante la pandemia, lo que ha provocado una elevada demanda de muebles y otros aparatos. Los electrodomésticos, por ejemplo, se han encarecido un 4% y las vajillas y cristalerías, un 6%.

Su gasto mensual en transporte el mes de febrero de 2022 ha sido de un 11% más que en 2020, lo que supondrá un aumento del gasto anual de

Comunicaciones

Hay algunos (pocos) productos y servicios que se han abaratado en los últimos meses y que dan un pequeño respiro a las familias. El más relevante es el coste de las comunicaciones, que es principalmente el precio de los servicios de internet y telefonía y de los equipos. El precio de los teléfonos móviles ha caído un 13% en los dos últimos años, un descenso que incluye el efecto de la mejora tecnológica de los productos: si aumentan más las prestaciones de los teléfonos móviles que su precio, en realidad el precio está bajando. También las operadoras están ofreciendo tarifas más competitivas, lo que ha permitido una rebaja del precio del 3%.

El precio de los billetes de avión también ha caído rápidamente durante la pandemia por el hundimiento de la demanda. El precio actualmente es un 14% inferior al existente antes de la pandemia, aunque para las rentas bajas el ahorro en viajes en avión apenas tiene incidencia sobre su consumo. No ocurre lo mismo para las rentas altas, que viajan al extranjero más y a destinos más caros.

Su gasto mensual en comunicaciones el mes de febrero de 2022 ha sido de un 4% menos que en 2020, lo que supondrá un ahorro en 2022 de

01/08

La evolución de la inflación en los próximos meses es una gran incógnita, ya que hay dos fuerzas contrapuestas que ya se están enfrentando. Una es la guerra, que genera grandes presiones inflacionistas a través de la energía y las materias primas. La otra es el ‘efecto base’: la inflación subió tan rápido en 2021 que tiende a moderar las tasas interanuales este año. Por ejemplo, en marzo y abril de 2021 los precios subieron más de un 1% cada mes, una cifra alta que sólo se repetirá si las tensiones de precios son muy intensas.

El resultado de esta contienda será muy relevante, ya que si la inflación se mantiene persistentemente alta durante todo el año generará una pérdida de poder adquisitivo tan intensa para los trabajadores que será necesario iniciar una fase de subida intensa de los salarios. El resultado son los temidos efectos de segunda ronda que tienen el riesgo de provocar una espiral inflacionista entre salarios y precios que se retroalimenten.

Metodología

La inflación que se calcula es la registrada en el IPC desde febrero de 2020 hasta febrero de 2022. Los datos que se muestran por defecto recogen el gasto medio por persona de España obtenido de la Encuesta de Presupuestos Familiares. La distribución de ese gasto por grupos y subgrupos de los bienes y servicios se hace a partir de las ponderaciones de la cesta de consumo del IPC. Se toma como base el patrón de gasto del año 2019, y sobre esta cifra se aplica la inflación registrada por cada producto.

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