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Los europeos no temen a la inflación: creen que se moderará a lo largo del año 2022
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Los europeos no temen a la inflación: creen que se moderará a lo largo del año 2022

Apenas un 20% de la población teme que la escalada de precios se mantenga durante los próximos 12 meses. Las expectativas de estabilidad de precios siguen ancladas y dan margen al BCE

Foto: Imagen de un supermercado en Reino Unido. (EFE)
Imagen de un supermercado en Reino Unido. (EFE)
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La escalada del precio de la luz dejó en diciembre su último susto del año con un nuevo avance, hasta el 5%, en el conjunto de la eurozona. Se trata de la mayor subida de precios registrada en un año desde la creación del euro, principalmente debido a la subida del 26% de los precios energéticos. Esta escalada de la inflación está afectando a la renta disponible de los hogares. Con los salarios subiendo a tasas muy inferiores a los precios, el resultado está siendo una pérdida de poder adquisitivo para los hogares.

Sin embargo, a pesar de este periodo inflacionista y de las reacciones mediáticas generadas, los hogares todavía piensan que la subida de precios será pasajera. Confían, por tanto, en las previsiones del Banco de España y del Banco Central Europeo, que anticipan que las presiones inflacionistas remitirán a partir de la primavera.

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Así lo muestran los resultados de la encuesta mensual que elabora la Comisión Europea a los países de la UE. Los datos de diciembre, publicados esta semana, muestran cómo los hogares han percibido una intensa subida de precios en 2021, pero confían en que se modere a lo largo de 2022. En concreto, el 55% de los hogares de la eurozona reconocen que sufrieron la subida de precios en 2021, sin embargo, de cara a 2022 el porcentaje de los que esperan que se mantenga la inflación baja al 37%. De todos los países del euro, solo en Eslovaquia la percepción de inflación para 2022 supera la de 2021.

En España los números son similares. Mientras que el 61% de los hogares reconoce una importante subida de precios en 2021, apenas el 22% cree que la inflación se mantendrá elevada durante los próximos 12 meses. España es el segundo país europeo en el que menos hogares prevén una inflación elevada durante el próximo año, por detrás solo está Chipre, con un 20% de los hogares.

Esto significa que el número de hogares que realmente teme una fase intensa de inflación es minoritario en casi todos los países de Europa. Solamente en cuatro de ellos la expectativa de una elevada inflación es mayoritaria, y son todos países pequeños del este: Estonia, Lituania, Eslovaquia y Eslovenia.

Estas expectativas ancladas en la estabilidad de precios son clave para contener las presiones inflacionistas. Los hogares tienen una gran oposición a las subidas de precios, de modo que cuando una empresa incrementa sus tarifas por encima de la competencia, rápidamente se ve desplazada fuera del mercado. Esto explica que no se hayan trasladado a los precios finales el encarecimiento de los costes de producción. Sin embargo, en el momento que desaparezca esta resistencia de los hogares a la inflación, las empresas tendrán vía libre para subir sus precios. Este círculo vicioso es una de las grandes preocupaciones de los bancos centrales y, por el momento, no ha comenzado a producirse.

Los hogares todavía confían en los argumentos del Banco Central Europeo para esperar una ralentización de la inflación en los próximos meses. Son dos. El primero es el 'efecto base': la inflación aún se compara con los meses en los que la situación económica era muy mala, en concreto, durante la segunda recesión del coronavirus provocada por la ola de las navidades de 2020. Sin embargo, a partir de la primavera, la comparativa interanual se realizará ya respecto a meses de alta inflación (los de abril y mayo en adelante), lo que minimizará la inflación. El segundo, que en algún momento se tendrá que calmar la escalada de los precios de la energía, hito que podría ocurrir próximamente si se desbloquea la construcción del gasoducto Nord Stream 2 con Rusia.

Sin embargo, las expectativas de los hogares podrían no cumplirse. De hecho, esta fase de inflación elevada está siendo más duradera de lo que anticipaban inicialmente los bancos centrales. Aunque, a día de hoy, no parecen existir focos estructurales de inflación que puedan mantener la escalada de precios, este proceso podría desencadenarse en cualquier momento. De ahí que los bancos centrales hayan optado por la vigilancia estrecha de las presiones inflacionistas y por empezar la retirada de estímulos. Todo para mantener bien ancladas las expectativas de los hogares en la estabilidad de precios.

La escalada del precio de la luz dejó en diciembre su último susto del año con un nuevo avance, hasta el 5%, en el conjunto de la eurozona. Se trata de la mayor subida de precios registrada en un año desde la creación del euro, principalmente debido a la subida del 26% de los precios energéticos. Esta escalada de la inflación está afectando a la renta disponible de los hogares. Con los salarios subiendo a tasas muy inferiores a los precios, el resultado está siendo una pérdida de poder adquisitivo para los hogares.

Inflación Banco Central Europeo (BCE)
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