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La segunda ola frustra la recuperación y abre una nueva fase de crisis
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Por la escalada de contagios

La segunda ola frustra la recuperación y abre una nueva fase de crisis

Los malos datos de noviembre muestran el duro golpe de la segunda ola sobre la economía. La actividad repuntó en diciembre, pero en enero han vuelto con fuerza las restricciones

Foto: Una librería del centro de Barcelona. (EFE)
Una librería del centro de Barcelona. (EFE)
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El Gobierno decretó el estado de alarma el pasado 25 de octubre ante el avance de la segunda ola por todo el territorio nacional. Las CCAA establecieron restricciones a la movilidad y la actividad económica que provocaron un duro revés económico. A lo largo del mes se perdieron casi 160.000 empleos, según los datos revisados de la Seguridad Social, ya que el número de trabajadores en ERTE se disparó en 189.000 personas. Un duro golpe que se concentró en tres sectores: hostelería, transporte y comercio. Aquellos más afectados por las restricciones.

Las medidas de confinamiento generaron un duro golpe sobre el consumo, que rompió su tendencia de recuperación con una caída de casi el 5% en tasa interanual. Ni siquiera el Black Friday consiguió reanimar al comercio. En ese mes de noviembre, la recuperación se truncó definitivamente. Con casi 160.000 empleados menos y una recaída del comercio minorista, parece evidente que la actividad económica sufrió una recaída en ese mes.

Foto: Imagen de una oficina de empleo en Madrid. (EFE)

En diciembre, la reapertura de cara a la Navidad permitió un cierto rebote de la actividad. Así se muestra en los datos de afiliaciones, uno de los pocos indicadores reales disponibles del mes de diciembre. La afiliación efectiva (contabilizando también los trabajadores que se reincorporaron de los ERTE) aumentó en casi 110.000 personas, un importante rebote que responde, básicamente, a la reapertura de la hostelería.

Sin embargo, a pesar del avance, los datos de empleo de diciembre se mantuvieron todavía por debajo de los de octubre, de modo que la crisis se prolonga. No solo eso: la cantidad de contagios que está dejando la reapertura de diciembre obliga a endurecer las restricciones en enero, lo que supondrá un nuevo golpe sobre la actividad en el inicio de año. Será la cuesta de enero más dura en años.

Como ocurrió en noviembre, las restricciones a la actividad dejarán una nueva caída del empleo y de las ventas. Esta campaña de rebajas apunta al fracaso absoluto, agravada por las dificultades del sector textil, que no levanta cabeza en esta crisis como consecuencia de los confinamientos.

¿Una segunda recesión?

Los analistas llevan meses anticipando una recaída del PIB en el cuarto trimestre del año, sin embargo, los datos de empleo publicados el martes alejan esta posibilidad. Hay dos motivos que lo explican, el primero, que el mes de octubre fue mucho mejor que el mes de julio (el primer mes del tercer trimestre), lo que deja una base de crecimiento importante de cara al cuarto trimestre. El segundo es que el repunte del empleo en diciembre gracias a la reapertura dejó los niveles de empleo por encima de los del pasado mes de septiembre.

Los datos de afiliación alejan la recaída, pero no la descartan, y esto es importante. En esta crisis, el empleo se está comportando mejor que el PIB, de modo que la actividad podría sufrir una recaída como consecuencia del deterioro de la productividad. En este punto, también hay un motivo para la esperanza: las restricciones han afectado básicamente a sectores de bajo valor añadido e intensivos en empleo: turismo, ocio, transporte y comercio. Eso significa que es probable que en esta fase de la crisis haya aumentado la productividad gracias a la mayor aportación de otros sectores, como la industria. Esto haría que el PIB se comportase en línea con el empleo o, mejor, alejando así el riesgo de recesión.

Foto: Foto: iStock.

Sea cual sea el dato del PIB del cuarto trimestre, lo que está claro es que 2021 ha comenzado en una situación muy delicada. La vuelta de las restricciones provocará que enero sea peor que el pasado mes de octubre. Este pobre inicio del año extiende el riesgo de recaída del PIB al primer trimestre, algo que los analistas no habían contemplado. No solo eso, también podría terminar provocando una recesión si el cuarto trimestre cierra en negativo y la caída se extiende durante los primeros meses de 2021.

Lo que es indudable es que la recuperación económica se ha visto truncada por la segunda ola del virus. El año 2021 empieza muy lejos del año 2020, lo que complica las tasas de crecimiento anual proyectadas por el Gobierno. Aunque la inversión se dispare gracias a la ayuda europea, será necesaria la recuperación del consumo de los hogares para asentar el crecimiento, y eso solo se conseguirá con el levantamiento progresivo de las restricciones.

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El proceso de vacunación es la gran esperanza, pero parece que las limitaciones se mantendrán durante meses, al menos hasta bien entrada la próxima primavera. Eso hace que el primer trimestre del año todavía sea muy complicado, y probablemente también el segundo. Nadie lo esperaba cuando empezó la crisis, pero la realidad es que las dificultades económicas persisten.

El Gobierno decretó el estado de alarma el pasado 25 de octubre ante el avance de la segunda ola por todo el territorio nacional. Las CCAA establecieron restricciones a la movilidad y la actividad económica que provocaron un duro revés económico. A lo largo del mes se perdieron casi 160.000 empleos, según los datos revisados de la Seguridad Social, ya que el número de trabajadores en ERTE se disparó en 189.000 personas. Un duro golpe que se concentró en tres sectores: hostelería, transporte y comercio. Aquellos más afectados por las restricciones.

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