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La OCDE recorta medio punto el crecimiento global por el impacto del coronavirus
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La economía mundial apenas crecerá un 2,4%

La OCDE recorta medio punto el crecimiento global por el impacto del coronavirus

El organismo prevé que el crecimiento de la economía global será el segundo más bajo desde 1982, solo mejor que la recesión de 2009 de la crisis de Lehman Brothers

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La OCDE ha sido el primer organismo que se ha atrevido a cuantificar el impacto económico del coronavirus: le costará al mundo medio punto de crecimiento. En concreto, el organismo ha recortado al 2,4% su previsión de crecimiento global, medio punto por debajo de su previsión de noviembre, lo que supondrá el menor crecimiento global desde el año 2009, el año de la crisis financiera mundial. Esta previsión de la OCDE contempla que el brote del COVID-19 remitirá a partir del segundo semestre del año y en 2021 se producirá un repunte del crecimiento, aunque reconoce que existe una "gran incertidumbre sobre las proyecciones". De hecho, el organismo alerta de que los riesgos a la baja son significativos si la enfermedad se mantiene en el tiempo.

Esta previsión de crecimiento de solo el 2,4% supone el segundo peor dato de crecimiento desde el año 1982, durante la crisis de deuda latinoamericana. Esto significa que el crecimiento global previsto para 2020 será similar al de la crisis de las 'puntocom' del 2000 e inferior al de la crisis del petróleo de inicios de los noventa. En el peor escenario posible, en el que el virus acelerase su contagio por las economáis desarrolladas provocando un 'efecto dominó', el mundo apenas crecería un 1,5% con varias economías entrando en recesión, entre ellas, la eurozona, alerta la OCDE.

El organismo considera que el coronavirus tendrá cuatro canales principales de contagio hacia la economía real. El primero, y más preocupante, es el impacto sobre la confianza de los agentes, que pospondrán decisiones de gasto e inversión hasta que se disipe la incertidumbre. La volatilidad de los mercados financieros de la última semana también supone una amenaza para la estabilidad económica, ya que podría encarecer y frenar operaciones corporativas y de inversión.

Foto: Viandantes con mascarillas en Tokio. (EFE)

El coronavirus también tendrá un impacto inmediato sobre el turismo. Las imágenes de Italia sin turistas son el mejor ejemplo de la sensibilidad del sector ante incertidumbres como esta. Por último, el coronavirus puede extender su impacto a todo el mundo a través de las cadenas de valor. El mundo está cada vez más interconectado y la falta de suministros puede provocar parálisis de producción en fábricas de todo el mundo.

China e Italia, los dos países más afectados hasta la fecha, son los que se llevan el mayor recorte de las previsiones. En el caso de China, la OCDE prevé un crecimiento inferior al 5% este año, lo que supondría el menor crecimiento del país desde antes de 1993, serie histórica recogida por el organismo. El organismo ha recortado en nada menos que 0,8 puntos su previsión de crecimiento por las consecuencias del brote de la enfermedad. Las medidas impuestas por el Gobierno chino para frenar el contagio, y que incluyen la restricción en la circulación de ciudadanos. "Estas medidas implican una contracción significativa de la producción mientras persistan los efectos del brote", explica el organismo.

[Las empresas aceleran la producción en plena incertidumbre por el coronavirus]

Algunos de los indicadores que recoge la OCDE para tal recorte es el de las ventas de vehículos de enero, que en China se habrían hundido un 20%. Bajo el escenario base, la OCDE estima que la demanda doméstica en China se contraerá un 4% en el primer trimestre del año y un 2% en el segundo como consecuencia de la caída del consumo de los hogares y de la inversión. Sería, por tanto, un escenario inédito para China que no sufrió un shock así en la demanda interna ni siquiera durante la crisis de Lehman Brothers.

El contagio de China sobre la economía global es muy amplio, dadas las dimensiones que ha adquirido la producción del país. Por ejemplo, las previsiones de crecimiento para Australia se han rebajado en 0,5 puntos como consecuencia de su vinculación con China, y las de Japón y Corea se han recortado en 0,4 y 0,3 puntos respectivamente.

La OCDE también ha realizado un gran recorte a la prevsión de crecimiento de Italia, el país europeo más afectado por la enfermedad. Su situación económica ya era muy delicada antes del brote, como muestra la contracción del PIB del 0,3% que sufrió en el último trimestre de 2019 y que dejó al país al borde de la recesión. La OCDE prevé que la economía italiana se estancará a lo largo del año, pero si se tiene en cuenta que el principal impacto se producirá en el inicio del año, significa que lo más probable es que Italia esté ya sumida en una recesión.

Foto: Cuatro hombres juegan a las cartas en San Fiorano, una de las localidades italianas en cuarentena por el virus. (Reuters)

Aunque no hay estimaciones desagregadas para España, la OCDE si hace una previsión para el conjunto de la eurozona. El coronavirus aleja definitivamente la previsión de estabilización del PIB, que tendrá un coste de 0,3 puntos del PIB. De esta forma, la economía europea avanzará un 0,8%, el peor dato desde 2013, último año de la crisis del euro.

Foto: Imagen de un billete de 20 euros. (iStock)
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La OCDE pide a los países un esfuerzo de estímulo para contrarrestar los efectos del coronavirus sobre la demanda. Para empezar, los países deben apuntalar sus servicios públicos sanitarios para garantizar el mejor tratamiento posible de la enfermedad y frenar su contagio. También pide ayudas concretas para los grupos sociales más afectados. En cuanto a la política monetaria, reclama a los bancos centrales que garanticen la liquidez a las entidades financieras para evitar problemas de crédito. Por último, pide un programa de inversión pública, apoyada en los bajos tipos de interés de la deuda, que pueda fortalecer la demanda y evitar así una espiral negativa sobre el PIB. Estas políticas públicas son más eficientes si se realizan de forma coordinada entre los países, como ocurrió tras la quiebra de Lehman Brothers, recuerda el organismo.

La OCDE ha sido el primer organismo que se ha atrevido a cuantificar el impacto económico del coronavirus: le costará al mundo medio punto de crecimiento. En concreto, el organismo ha recortado al 2,4% su previsión de crecimiento global, medio punto por debajo de su previsión de noviembre, lo que supondrá el menor crecimiento global desde el año 2009, el año de la crisis financiera mundial. Esta previsión de la OCDE contempla que el brote del COVID-19 remitirá a partir del segundo semestre del año y en 2021 se producirá un repunte del crecimiento, aunque reconoce que existe una "gran incertidumbre sobre las proyecciones". De hecho, el organismo alerta de que los riesgos a la baja son significativos si la enfermedad se mantiene en el tiempo.