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Los cines se han quedado un 58% de la rebaja del IVA para elevar sus beneficios
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Se cumple un año del recorte del impuesto

Los cines se han quedado un 58% de la rebaja del IVA para elevar sus beneficios

Las empresas subieron sus tarifas casi un 9% tras la rebaja del IVA. La presión mediática obligó a un ajuste en los meses siguientes, pero en 2019 vuelven a repuntar

Foto: Imagen: EC
Imagen: EC

Hace un año se aprobó la rebaja del IVA de las entradas de cine, que pasó del tipo general (21%) al reducido (10%), y es periodo de tiempo suficiente para analizar qué han hecho las salas de cine con los precios. Los resultados son contundentes, las empresas de exhibición han aprovechado el recorte de impuestos para mejorar su margen de beneficios elevando sus tarifas. En otras palabras, en vez de repercutir la mejora del impuesto, se han quedado con una buena parte, de modo que no ha llegado a los consumidores de forma íntegra.

Los datos del INE(*) del mes de junio son claros: el precio de las entradas antes de impuestos ha subido un 5,4% en el último año, que fue justo el último mes completo con el IVA en el 21%. Eso significa que las empresas del sector han aprovechado el espacio generado por la rebaja de impuestos para elevar sus márgenes. En total, el precio de venta al público de las entradas (con impuestos) se ha reducido un 3,8%, muy lejos del 9,1% que debería haber caído si hubiesen trasladado al consumidor toda la bajada del tributo.

Esto significa que las salas de cine se han quedado en torno a un 58% de la rebaja del IVA un año después, cuantía que se ha ido directamente a engrosar sus márgenes de beneficio. Por el contrario, apenas han trasladado a sus clientes el 42% de la reducción del impuesto. Es importante tener en cuenta que no todos los cines se han comportado igual, algunos han bajado más los precios y otros menos, los datos del INE miden el comportamiento agregado del sector.

Por ejemplo, en una entrada cuyo precio de venta al público fuese de 8,5 euros hace un año estaba compuesta de 7 euros de la entrada y 1,5 euros de IVA. Desde entonces, el precio de venta ha caído un 3,8%, hasta 8,1 euros. Sin embargo, si hubiesen trasladado la rebaja íntegra, el precio de venta debería ser de 7,7 euros. Eso significa que, en vez de bajar el precio de las entradas en 77 céntimos, apenas las han rebajado 32 céntimos. El resto, 45 céntimos, se los han quedado las salas de cine.

Un movimiento muy rentable

Después de años de protestas, el cine español consiguió la ansiada bajada de los impuestos que, supuestamente, estaban ahogando a la industria. Sin embargo, el IVA es un tributo que paga el consumidor (aunque el sujeto pasivo sea la sala de cine), lo que significa que tanto las subidas como las bajadas deberían recaer íntegramente sobre el cliente. Durante los años de crisis, muchas salas de cine mantuvieron sin cambios sus precios, de modo que asumieron en sus márgenes el coste de la reforma tributaria de 2012 que subió el tipo del 8% al 21%. El problema es que el INE no tiene una serie tan larga para las entradas de cine, por lo que no se puede calcular el impacto real.

Foto: Foto: EFE.

Lo que está claro es que las empresas aprovecharon la rebaja del IVA de julio de 2018 para hacer caja. En el primer mes tras la bajada de impuestos, el precio de las entradas antes de impuestos subió nada menos que un 8,8%.

Diversas asociaciones del sector prometieron que el efecto se iría notando con el tiempo, pero no ha sido así. Es cierto que durante los meses del verano de 2018 las empresas recortaron algo los precios, pero en 2019 se han estabilizado. De hecho, gracias a esta subida de precios, la taquilla que han hecho los cines españoles en la primera mitad de 2019 es igual a la de 2018 pese a la rebaja del IVA, con 272 millones de euros.

Paga el Estado

Esta congelación de los precios da por finiquitado finalmente la repercusión de la bajada de impuestos a las entradas del cine. Las empresas han conseguido así apuntalar su cuenta de resultados a costa del Estado, que es quien realmente pagará esta factura que ha beneficiado a consumidores y empresas. Según los datos de la Agencia Tributaria, el impacto en los cinco primeros meses del año ascendió a 23 millones de euros.

Foto: Colas a la entrada del cine en Madrid (Efe)

Sin embargo, la pérdida de recaudación está siendo inferior a la que se estimó en un primer momento (con el mismo nivel de consumo y precio antes de impuestos, la pérdida de ingresos hubiese superado los 60 millones de euros). Esta mejora se debe, básicamente, a que el precio antes de impuestos ha subido, de modo que la cuantía del impuesto no ha caído tanto como habría hecho a precios de venta constantes.

Los datos de Comscore (que son los que utiliza el Ministerio de Cultura para hacer el seguimiento del sector) confirman la medición del INE. Los ingresos por espectador durante los fines de semana de junio y el inicio de julio de 2018 (antes de la rebaja de impuestos) fueron de 6,7 euros y en el mismo periodo de 2019 fue de 6,4 euros. Eso significa que el precio de las entradas apenas se redujo un 4,4%, muy lejos del 9,1% que hubiese sido si hubiesen repercutido íntegramente la rebaja del tributo.

El problema de los datos de Comscore es que no tienen el ajuste que sí realiza el INE para corregir todos los efectos que varían los precios y que no responden al cambio real: efectos de calendario, de geografía, de tipo de servicio, etc. En cualquier caso, los dos indicadores apuntan en la misma dirección: las salas de cine se han quedado con la mayor parte de la rebaja del IVA.

[Los cines se resisten a aplicar la rebaja del IVA]

(*) Estos datos del INE incluyen cines, teatros y salas de conciertos, pero la presencia de estas otras entradas lo único que hace es mitigar el efecto total de las entradas de cine. El motivo es que el único cambio en los impuestos se ha producido en el cine. Esto significa que la diferencia entre el precio antes de impuestos y después de impuestos se debe exclusivamente a la acción de las salas de cine. El resto de entradas, como la diferencia es cero, a la hora de hacer el cálculo total, minimizan el tamaño de esta brecha. De ahí que la interpretación es que las salas de cine se han quedado con algo más de margen, pero es imposible conocer cuánto.

Hace un año se aprobó la rebaja del IVA de las entradas de cine, que pasó del tipo general (21%) al reducido (10%), y es periodo de tiempo suficiente para analizar qué han hecho las salas de cine con los precios. Los resultados son contundentes, las empresas de exhibición han aprovechado el recorte de impuestos para mejorar su margen de beneficios elevando sus tarifas. En otras palabras, en vez de repercutir la mejora del impuesto, se han quedado con una buena parte, de modo que no ha llegado a los consumidores de forma íntegra.

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