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Hablan los becarios de los Goya: "Nos hacen currar hasta la madrugada totalmente gratis"
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Denuncian las condiciones de la Academia

Hablan los becarios de los Goya: "Nos hacen currar hasta la madrugada totalmente gratis"

La Academia ha utilizado a centenares de estudiantes universitarios y de máster desde el año 2012 para cubrir las tareas de azafatos, guardarropa, aguadores, control de accesos, etc.

Foto: Foto de familia de los nominados a los Premios Goya 2019. (Academia de Cine)
Foto de familia de los nominados a los Premios Goya 2019. (Academia de Cine)

La Academia de Cine celebrará este sábado la 33ª edición de la gala de los Premios Goya. El evento volverá a reunir a las más altas personalidades del mundo del cine, pero también a los becarios más precarios. La Academia utiliza cada año a decenas de estudiantes para realizar todas las labores de azafato sin remuneración, transporte, alojamiento ni cotización a la Seguridad Social. Eso sí, su labor es imprescindible para la gestión de la gala y convertirla así en el mayor espectáculo del cine español cada año. Todo a un precio muy asequible para la Academia.

Los becarios son estudiantes universitarios, la mayor parte de máster de Protocolo y Organización de Eventos, que realizan estas prácticas como parte obligatoria de su formación (prácticas curriculares no laborales). No perciben ningún tipo de remuneración y tampoco están dados de alta en la Seguridad Social, pero sí tienen que firmar un documento de riesgos laborales.

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El Confidencial se ha puesto en contacto con varios becarios que hicieron esas prácticas o que las harán en esta próxima gala y en todos los casos la experiencia es la misma. “El día de la gala de los Goya trabajé 12 horas, desde las tres del mediodía a las tres de la mañana, y allí trabajábamos como ‘cerdos”, explica Pablo (nombre ficticio), “éramos unos 120 becarios y nos encargábamos de todo, desde recoger a los invitados hasta guardarropía, ‘sitting’, control de accesos e incluso hacíamos de aguadores”.

El día de la gala de los Goya trabajé 12 horas, desde las tres del mediodía a las tres de la mañana, y allí trabajábamos como ‘cerdos’

“No cobrábamos nada, pero estábamos todo el día pringando”, explica Nuria (nombre ficticio), “era un curro hasta la madrugada por el que no te daban nada, solo los créditos para poder acabar el máster”. Muchos de los becarios trabajan hasta el final de la fiesta posterior a la gala, que se prolonga hasta las cinco de la madrugada.

Este periódico ha tenido acceso a documentos en que los organizadores de las prácticas repartían el trabajo de los alumnos y detallaban las tareas que tenían que realizar. Por ejemplo, uno de los becarios es “auxiliar encargado de atender al presentador de la gala” desde las 16:00 hasta la 1:30 de la madrugada, ya sean Dani Rovira, Ernesto Sevilla o Andreu Buenafuente. “Estábamos ahí para cualquier cosa que necesitara, bebida, comida, llevar su equipaje, lo que fuese”, explica Ana (nombre ficticio: los alumnos y exalumnos no han querido aparecer porque temen que pueda afectar a su carrera profesional).

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“En las prácticas, no aprendías nada; yo hacía lo mismo que en mis trabajos como azafata que tenía para ayudarme a pagar mis estudios”, explica Nuria. En el dosier de tareas quedan retratadas todas las funciones que tenían que cumplir los becarios. Por ejemplo: “Tener aguas para beber durante la gala” o "control de aquellos equipajes de los que tienen habitación y coordinarlo con los botones". Los alumnos también se encargaban de “explicar a los ganadores que cuando acaben con prensa tienen que volver a su butaca y luego, al final de la gala, volver para hacerse la foto de familia de todos los ganadores”.

En las prácticas no aprendías nada; yo hacía lo mismo que en mis trabajos como azafata que tenía para ayudarme a pagar mis estudios

“Nosotros hacíamos todas estas tareas, allí no había azafatos profesionales a los que ayudáramos”, explica Ana. La Academia se ahorraba todos esos puestos de trabajo. Los becarios también tienen que cumplir unas normas de vestimenta, ya que la Academia tampoco les pagaba el uniforme. “Recordad que la uniformidad es totalmente negro, evitando prendas vaqueras y calzado deportivo”, explica un 'e-mail' de gestión de las prácticas enviado a todos los becarios.

La Academia también ha utilizado a algunos becarios durante la gala de ensayo que realiza unos días antes. En ese 'ensayo general', los alumnos tienen “la tarea de hacer de figuración para posibles entregadores, recogidas de premios, etc.”.

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En el año 2013, la Academia publicitó un acuerdo con Adecco para contratar a jóvenes desempleados como azafatos durante la gala. En concreto, se dedicaban a acercar las estatuillas al atril durante la ceremonia. En ese caso sí tenían contrato y la remuneración ascendía a 1.000 euros por unos días de trabajo. En ese caso, la Academia sí comunicó las contrataciones a toda la prensa, justo lo opuesto a lo que ha hecho con sus becarios, a quienes ha dejado siempre ocultos. Cuando estalló la polémica, se limitó a recordar que todos sus contratos se hacen respetando “la legalidad vigente en materia laboral y salarial, y en todo lo que se refiere a derechos y riesgos laborales”. En efecto, las prácticas gratis son perfectamente legales.

Ocho años de ‘gratis total’

La primera colaboración con los becarios del ‘gratis total’ de la Academia comenzó en 2012 a través de un acuerdo con el Instituto Superior de Protocolo y Eventos (ISPE), un centro asociado a la Universidad Camilo José Cela de la Comunidad de Madrid. La colaboración se prolongó hasta 2015, cuando se rompió el acuerdo entre la universidad y el centro y la dirección del máster firmó un nuevo convenio con la Universidad Rey Juan Carlos. Desde entonces, este nuevo centro, el Isemco (International School of Event Management & Communication), ha realizado las mismas prácticas con la Academia, a quien facilita los becarios gratis de su máster.

Foto: La ministra de Trabajo, Magdalena Valerio. (EFE)

Las prácticas no cambiaron durante todo este periodo, de hecho, la redacción de la convocatoria apenas se ha modificado desde 2012, cuando comenzó el acuerdo. Este año será diferente, ya que tras la polémica generada cuando saltó a la luz la convocatoria de las prácticas, el centro Isemco ha comunicado a los alumnos que “haremos menos horas para que ninguno nos sintamos explotados”, explica Pedro (nombre ficticio), alumno que está cursando actualmente el máster.

El centro nos ha dicho que haremos menos horas en la próxima gala de los Goya para que ninguno nos sintamos explotados

La polémica generada ha provocado que el Centro Universitario San Isidoro, adscrito a la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, haya decidido cancelar estas prácticas para sus alumnos. No lo ha hecho así el Isemco, que volverá a mandar a sus alumnos a la gala. A falta de tres días para los Goya, si estos becarios no participan en la gala, difícilmente podría llevarse a cabo. Eso sí, los becarios tendrán que pagarse su viaje hasta Sevilla, ya que este año se celebra ahí la gala, y también el alojamiento: "Isemco no tiene fondos para pagarnos el viaje a 100 alumnos", explica Pedro. “En mi curso, me llevó mi padre a la gala y después vino a recogerme”, explica Ana.

Los becarios también lamentan la “competencia desleal” que hace el centro hacia el resto del sector, ya que es imposible competir con mano de obra gratis. “Nos tenían de mano de obra gratuita”, denuncia Pablo, “es imposible que un profesional pueda competir con eso”. “Al final, en vez de contratar a 100 azafatos profesionales, tienen ahí a becarios; cuando intentas acceder al mercado laboral, te das cuenta de que no puedes competir con eso”, lamenta.

La Academia de Cine celebrará este sábado la 33ª edición de la gala de los Premios Goya. El evento volverá a reunir a las más altas personalidades del mundo del cine, pero también a los becarios más precarios. La Academia utiliza cada año a decenas de estudiantes para realizar todas las labores de azafato sin remuneración, transporte, alojamiento ni cotización a la Seguridad Social. Eso sí, su labor es imprescindible para la gestión de la gala y convertirla así en el mayor espectáculo del cine español cada año. Todo a un precio muy asequible para la Academia.

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