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Tsipras mueve ficha para que el BCE no retire la financiación de urgencia a Grecia
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nueva etapa en la crisis helena

Tsipras mueve ficha para que el BCE no retire la financiación de urgencia a Grecia

Ya es 1 de julio. Y este mero hecho ya certifica que la crisis griega pasa a otra dimensión. Atenas no pagó al FMI y el segundo rescate es historia. Comienza una nueva fase en las negociaciones

Foto: Imagen de los manifestantes que apoyaron ayer el "Sí" en el referéndum que se realizará en Grecia
Imagen de los manifestantes que apoyaron ayer el "Sí" en el referéndum que se realizará en Grecia

Grecia intentó parar el reloj, evitar que a ojos de las autoridades europeas hoy fuera 1 de julio. Es una táctica de sobra conocida en los procesos de negociación del Viejo Continente, sin otra pretensión que la de empujar más allá unas conversaciones a las que se les acaba el plazo establecido. Pero no. Hoy es miércoles, 1 de julio. El 30 de junio quedó atrás. Para todos los efectos. Y eso implica dos realidades. La primera, que Grecia no ha pagado al Fondo Monetario Internacional (FMI) los 1.550 millones de euros que le tendría que haber devuelto este martes porque sin la ayuda exterior no tiene ese dinero. Y la segunda, que desde la medianoche ha dejado de estar bajo el paraguas de un programa de asistencia financiera. En resumen: con el cambio de mes, Atenas ha cruzado una de las fechas marcadas en rojo hacia el accidente financiero.

Pero no es la única. Ni siquiera una definitiva. Eso sí, cada vez van quedando menos, de ahí que, en la tarde de ayer, el Gobierno de Alexis Tsipras hiciera un último intento. Envió a Bruselas una propuesta en la que solicitaba que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede) le prestara el dinero suficiente para afrontar el pago de su deuda de los dos próximos años, que asciende a un voluman de 29.000 millones de euros. Y dos aspectos más: que mientras se concretara esa propuesta se prorrogara el segundo rescate -el que vencía ayer- y que en el futuro se llevara a cabo una reestructuración de la deuda.Reunido mediante teleconferencia, el Eurogrupo rechazó la propuesta.

Sin embargo, y pese a esta negativa, elmovimiento heleno, por inesperado,abrió una esperanza. La sensación es que, en realidad, Tsipras no quiere dejar pasar el tiempo sin más hasta la celebración del referéndum que él mismo convocó para el próximo domingo y que, por tanto, hasta entonces aún caben más sorpresas. Es más, el viceprimer ministroeconómico,YannisDragasakis, reconoció este martes a la televisión pública griegaque ha aconsejado a Tsipras que acepte la última propuesta del Eurogrupo y desconvoque el referéndum.

Por el momento, lo que parece claro es que algo se está moviento en Atenas.Por eso remitió una carta a Bruselas con esa propuesta, por eso se anunció que este miércoles ofrecerá más detalles sobre esapropuesta y también por eso está previsto que el Eurogrupo celebre hoy otra reunión, vía teleconferencia, para analizar estas maniobras.Por si acaso, eso sí, su presidente, JeroenDijsselbloem, recordó a Grecia que hoy es 1 de julio y que eso equivale a que "está en default con el FMI"y a que la prórroga del segundo rescate ha caducado.

Tiempo, dinero, 'troika' y condiciones

Por el momento, con esa propuesta, Tsipras ha demostrado que su estrategia pasa por comprar tiempo y dinero y que está dispuesto a negociarun tercer rescate. Ahora bien, la asistenciadel Mede exige condiciones y la participación de las instituciones que conforman la denominada troika: el Eurogrupo, el FMI y el Banco Central Europeo (BCE).

Esta segunda parte es la que dejó la impresión de que Atenas solo queria parar ayer el reloj. Que no llegara el 1 de julio. No lo logró, pero sí provocó el efecto de reactivar una ronda de negociaciones que tendrá continuidad este miércoles. Ahora bien, la impresión, manifestada abiertamente por la canciller alemana Angela Merkel, es que las autoridades europeas no quieren sellar nada antes de la consulta del domingo. Salvo que, claro está, Grecia formule una oferta que no se pueda rechazar. Parece difícil. Pero al menos vuelven a hablar. Y no es poca cosa.

Aunque, sobre todo, Tsipras se apuntó posiblemente otro tanto más relevante. Con estas últimas escaramuzas, lo que Atenas sí puede conseguir es que el BCEno cierre el acceso de la banca griega a la Provisión de Liquidez de Emergencia (ELA, en sus siglas en inglés). Este es el único resquicio de financiación que tienen ahora a su alcance las entidades helenas y el último nexo entre la Eurozona y Atenas. Romperlo sería un paso definitivo hacia la salida de Grecia del euro -Grexit-. y este miércoles semejante riesgo podría ser una realidad tras el impago al FMI. Sin embargo, la voluntad manifestada de seguir negociando puede bastar para aplazar una medida tan gruesa.

Grecia intentó parar el reloj, evitar que a ojos de las autoridades europeas hoy fuera 1 de julio. Es una táctica de sobra conocida en los procesos de negociación del Viejo Continente, sin otra pretensión que la de empujar más allá unas conversaciones a las que se les acaba el plazo establecido. Pero no. Hoy es miércoles, 1 de julio. El 30 de junio quedó atrás. Para todos los efectos. Y eso implica dos realidades. La primera, que Grecia no ha pagado al Fondo Monetario Internacional (FMI) los 1.550 millones de euros que le tendría que haber devuelto este martes porque sin la ayuda exterior no tiene ese dinero. Y la segunda, que desde la medianoche ha dejado de estar bajo el paraguas de un programa de asistencia financiera. En resumen: con el cambio de mes, Atenas ha cruzado una de las fechas marcadas en rojo hacia el accidente financiero.

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