Djokovic sobrevive al filo de la navaja, Alcaraz falla y el serbio jugará la final de Turín (3-6 y 2-6)

Novak Djokovic hizo valer su determinación, contundencia y experiencia para eliminar a Carlos Alcaraz. En el quinto enfrentamiento (2-2) entre serbio y español en las ATP Finals de Turín, el tenista balcánico resistió al filo de la navaja en los peores momentos del primer set y golpeó con fuerza cuando Alcaraz se tambaleó. El murciano fue incapaz de aprovechar sus oportunidades en el primer asalto (3-6), y aunque emergió en el segundo tratando de buscar un punto de inflexión, Djokovic se convertiría en una pared. Los fallos de Alcaraz y su precipitación condenaron al español en las semifinales del torneo (3-6 y 2-6). Sinner espera en la final.

Alcaraz salió a la pista de Turín con una personalidad demoledora. Lo supo en seguida el entrenador de Novak Djokovic, Goran Ivanisevic, que torció el gesto cuando el serbio había encajado un 30-0 en contra nada más iniciar la semifinal. Alcaraz empezó emanando chispas, entre golpes ganadores, confianza y electricidad. Se pudo comprobar con celeridad, cuando en el primer juego Nole tuvo que salvar dos bolas de break gracias a su saque directo.

El tenista español había olido la sangre e intentó sacar partido de una pista muy rápida. Con un acierto enorme en el primer saque, el del Palmar dominaría los primeros juegos en un partido marcado por la igualdad y la velocidad. Dos aces colocaron el 2-2 en Turín con un Djokovic incapaz de alargar los puntos. El primer intercambio largo de golpes no llegaría hasta el 2-3.

Alcaraz estaba sólido y concentrado, pero no podía matar a Djokovic cuando encontraba un recoveco y el serbio siempre salía airoso de las situaciones más peliagudas. El 3-4 favorable al serbio cambiaría el encuentro. Nole ganaría confianza, se asentaría sobre la pista y no dudaría. Con valentía, el balcánico empezó a firmar mejores porcentajes en el servicio, a devolver los golpes ganadores de Alcaraz y a provocar la precipitación del murciano.

Alcaraz explotó por sus fallos

El primer set se iría torciendo a medida que Djokovic entró en ebullición. Djokovic hizo lo que Alcaraz no había podido: aprovechar las dos bolas de break (3-5). El serbio había estado tambaleándose y despertó a tiempo. Sin la contundencia de Alcaraz, Nole bajaría la persiana del primer set con un juego en blanco (3-6). El segundo asalto empezó con Alcaraz llevándose el primer juego con una derecha cruzada espléndida, pero perdería la iniciativa mostrada en el primer set.

El murciano se frustró, aturdido por el break point encajado. Alcaraz se despeñó en su selección de golpes, sin poder esconder las dudas surgidas a raíz del primer set. Alcaraz falló el saque y volea, poco acertado en la red. Los restos de Djokovic le darían el 1-2 y el break point en el segundo set. Alcaraz explotó, aunque su madre le pidió calma por los continuos fallos en el momento clave.

Djokovic se enrocó y disparó su confianza con el 1-3. Alcaraz había perdido su defensa, su confianza y su tranquilidad. El español estaba desdibujado sobre la pista y el serbio volaba, con restos imposibles. La doble falta en el saque con el 40-40 en el marcador evidenció la presión que sentía Alcaraz, aunque el murciano se mantendría dentro del partido con el 2-3.

Djokovic nunca se torció

El español pondría al público en pie en el sexto juego del segundo set con una defensa infranqueable para responder con un paralelo perfecto y castigar al serbio con su derecha en un punto larguísimo. La tenacidad del murciano tendría premio en una pista volcada con él para gozar de dos bolas de break.

El serbio salvó la primera como en el primer set, con un gran servicio y la segunda con un passing extraordinario al ver adelantado a Alcaraz. Con el 40-40, el serbio se llevó la mano a la oreja pidiendo la reacción del público turinés. Djokovic resolvería el entuerto con un saque y volea y colocaría el 2-4 en el partido. El punto de inflexión hizo que Djokovic se pusiera 0-30 con los 12 errores no forzados de Alcaraz.

En el quinto juego, con el 2-5 favorable y al límite, Djokovic elevó las manos al cielo. El serbio era una roca sólida e incapaz de erosionarse por los golpeos de Alcaraz. En un partido de nivel altísimo, el serbio se impondría para medirse en la final al italiano Sinner.