Las dudas de Nadal para estar en Montecarlo y el desconocido problema al que ahora se enfrenta

Rafa Nadal sigue sumido en un pozo de incertidumbre. El tenista español no termina de levantar cabeza, en un comienzo de temporada muy decepcionante para el balear. Y es que, de nuevo una lesión, le ha dejado en el dique seco a las primeras de cambio y, además, está complicando su aterrizaje en tierra batida. Tanto que ya lleva varias semanas de retraso en su recuperación y empieza a plantearse seriamente la posibilidad de que no pueda estar en Montecarlo.

Sucedió en la segunda ronda del Open de Australia, donde el español cayó eliminado ante Mackenzie McDonald tras sufrir un intenso dolor en su cadera izquierda. Tuvo que ser atendido por los servicios médicos al término del segundo set y, tirando de coraje, consiguió acabar el partido a pesar de prácticamente no poder moverse. Unas horas después, tras las pruebas realizadas, se confirmaba que sufría una lesión de grado 2 en el psoas ilíaco de su pierna izquierda.

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Rubén Rodríguez

Este problema físico le dejaba fuera de competición durante poco más de un mes, por lo que el objetivo primordial de Nadal no era otro más que estar en perfectas condiciones de cara a Indian Wells y Miami. Sin embargo, pasaban las semanas y la zona no recuperaba como debía, lo que hizo que el español se planteara un objetivo mucho más realista: dejar la temporada de pista rápida de lado y enfocar todos sus esfuerzos en la tierra batida, su gran especialidad.

Aunque esa decisión le hizo perder el mayor récord de la historia del tenis, al caer por primera vez del Top 10 en 910 semanas, la intención era clara: recuperarse plenamente para poder luchar por todo en Roland Garros, su primordial objetivo. Pero, ahora, el propio tenista llama a la calma y pide tranquilidad antes de volver a competir, dejando en el aire su regreso en Montecarlo, algo que incluso la organización del torneo daba por hecho. Las dudas son más fuertes que nunca.

Nadal es consciente de que, a sus 36 años, necesita medir mucho sus esfuerzos, tanto en pista como a la hora de regresar tras lesión. Y eso es lo que está haciendo en estos momentos. Nadie como él conoce su cuerpo, ese "coche viejo" del que habló el pasado año antes de jugar en Roma, y sabe que cada vez tarda más en recuperarse y en volver a ser competitivo. Por esa razón, no quiere dar un solo paso en falso y quiere volver en plenitud de condiciones para luchar por todo.

"Desgraciadamente, no puedo confirmar si competiré en Montecarlo. Sigo mi rumbo y no sé cuándo volveré a jugar, esa es la verdad. Estoy en una fase de incrementar el trabajo. Si supiera cuando voy a volver lo diría, pero no lo sé, las cosas se van viendo día a día. Prefiero decir las cosas cuando las sepa realmente", explicaba el pasado lunes durante un acto de su fundación. Nadal no quiere anticiparse a los acontecimientos, sabiendo el 'problema' extra que tiene.

Un partido más

Nadal tendrá que defender en tierra batida 2.270 puntos y lo hará con una situación poco común para él: en caso de jugar en Montecarlo, no será uno de los ocho cabezas de serie, por lo que deberá de jugar la ronda previa. O, dicho de otro modo, en caso de llegar a la final, deberá de disputar seis partidos en lugar de cinco. Algo similar le ocurrirá en Roland Garros donde, dada su posición en el ránking (13º), podría cruzarse con Novak Djokovic en unos hipotéticos octavos.

La pasada temporada, Nadal tampoco estuvo en Montecarlo por su fisura en las costillas, mientras que cayó en cuartos del Madrid Mutua Open, en octavos de Roma y ganó Roland Garros. Antes de llegar al segundo Grand Slam del curso, el tenista español tiene un claro margen de mejora no solo para defender puntos, sino también para mejorarlos aunque, para ello, necesita estar en plenitud de facultades... algo que, visto lo visto, no parece que sea el caso en este momento.

Montecarlo comenzará el próximo 9 de abril, por lo que Nadal todavía tiene tiempo por delante para ir comprobando si se encuentra en condiciones óptimas como para poder jugar. Pero sus palabras hacen pensar en que el español ya juega con la calculadora: no está dispuesto a poner en riesgo su presencia en Roland Garros, su gran objetivo para tratar de disputarle el trono histórico a Novak Djokovic. Unas dudas que llenan de preocupación al aficionado español.