Es noticia
La honestidad de Rafa Nadal y el límite que solo él mismo conoce
  1. Deportes
  2. Tenis
Nunca decepciona

La honestidad de Rafa Nadal y el límite que solo él mismo conoce

El balear cayó con honores del primer grande del curso. Lejos de buscar coartadas en su derrota, alabó la intensidad de su rival. Rafa se marcha satisfecho y convencido de que lo mejor está por llegar

Foto: Rafa Nadal felicita a Dominic Thiem tras caer derrotado en los cuartos de final del Open de Australia. (EFE)
Rafa Nadal felicita a Dominic Thiem tras caer derrotado en los cuartos de final del Open de Australia. (EFE)

Tropezar está permitido, más si se hace a lo Rafa Nadal. El balear es un campeón hasta en la caída. Nunca hinca la rodilla, siempre muere de pie. Dominic Thiem le exigió en lo físico y el de Manacor sacó fuerzas de flaqueza para pelearle la eliminatoria hasta el final. Estuvo a dos bolas de estirar el duelo hasta el quinto y definitivo set por una plaza en semifinales, pero no pudo ser. Nada que reprocharle. Cuando su físico -muy mermado ante la evidente falta de descanso desde la pasada Davis- no podía más, su mente y espíritu de combate tiraron de él. ¿Dónde está el limite de Nadal? Se desconoce. Lo más probable es que, lejos de lo que se pronosticaba al principio de su carrera, sea él mismo, y no las lesiones, el que decida cuando dejar el circuito ATP. Pasan los años, pero Rafa sigue con reservas de combustible para varios cursos. Su mente decidirá el cuándo, no el cómo.

Porque a sus 33 años está aplicando el mejor tenis de su vida cuando lo más lógico es que estuviera ya lejos de sus tiempos de vino y rosas. Con una entereza sorprendente, Rafa sigue aguantando auténticos maratones de más de cuatro horas ante jugadores diez o doce años más jóvenes. Es un muro al que hay que ametrallar una y otra vez para encontrarle fisuras. Rafa lleva desde 2005, año que despegó mediáticamente tras la conquista de Roland Garros, sin decepcionar y eso en un mundo de contrastes como el deporte profesional es dificilísimo. Mantiene la exigencia y el espectáculo, también su compromiso con el juego. No se ha dejado llevar por el éxito, tiene el pie siempre sobre el acelerador. Para el aficionado es una delicia verle competir porque, pase lo que pase, las horas frente al televisior estarán bien invertidas.

placeholder Rafa Ndal se retira a vestuarios tras caer eliminado del Open de Australia. (EFE)
Rafa Ndal se retira a vestuarios tras caer eliminado del Open de Australia. (EFE)

Su actitud

Rafa es honesto en la victoria y en la derrota. Este jueves no buscó excusas tras caer apeado ante Thiem, al que felicitó cortésmente por su gran triunfo (son buenos amigos y en ocasiones entrenan juntos). Lo hizo en rueda de prensa, pero antes sobre la Rod Laver. No le esperó en la red, directamente se fue a su lado de la pista para abrazarle y dedicarle unas palabras que el austriaco, muy emocionado, agradeció antes de recibir los aplausos del público. Luego, y ante los periodistas, Nadal fue cuestionado sobre si su derrota había sido consencuencia de la mala suerte en algunos intercambios comprometidos del duelo. La contestación de Rafa, directa, sin buscar coartadas raras: "No podemos reducir a la suerte un partido de cuatro horas y con puntos que van tan cerca de la línea. Tú haces que la pelota vaya ahí. Él ha estado muy bien, jugando con determinación. Respecto a mí, me ha faltado un poco más de golpes ganadores". No era una disculpa, tampoco falsa modestia. Rafa actuó con sinceridad porque tiene una gran capacidad de autocrítica. No hizo un mal partido, sencillamente su rival estuvo mejor.

"No creo que haya jugado un mal encuentro. He tenido una buena actitud todo el partido, luchando y teniendo oportunidades. No me he rendido en ningún momento y estoy feliz por el nivel de concentración que he tenido. Necesité un poco más de determinación en algunos momentos", detalló el balear. Rafa, que en este Open de Australia ha tenido momentos brillantes más allá de la competición, como su actitud con una joven recogepelotas a la que golpeó sin querer, se marchó vitoreado por los seguidores de la central cuando se retiró a vestuarios. "Yo lo he intentado hasta el final. Me he dado oportunidades en todo momento. Físicamente he hecho el esfuerzo y mentalmente también. He estado muy cerca de irme al quinto set después de cómo habían ido los dos primeros. Mentalmente es complicado y sobre todo ante un rival como Thiem. He estado ahí. Ha habido momentos claves que no han caído para mí. No ha podido ser. Al final esto es simple, así es el deporte".

Su arrojo, pasión y ética de trabajo le configuran como un icono del deporte mundial; su humanidad y educación, como un ejemplo a seguir fuera de él. Rafa podría perder este domingo el número uno en favor de Novak Djokovic, pero tanto le da. Nunca fue una prioridad para él, tampoco igualar a Federer en Grand Slams porque sabe que esto último llegará tarde o temprano mientras se mantenga en la buena senda y con una dinámica positiva. "Estoy satisfecho con mi actitud y por lo que he puesto en la pista. Lo que puedo hacer ahora es seguir trabajando y buscar acercarme a ese nivel máximo que necesito para optar a ganar los torneos", sentenció. Próxima cita, Acapulco.

Tropezar está permitido, más si se hace a lo Rafa Nadal. El balear es un campeón hasta en la caída. Nunca hinca la rodilla, siempre muere de pie. Dominic Thiem le exigió en lo físico y el de Manacor sacó fuerzas de flaqueza para pelearle la eliminatoria hasta el final. Estuvo a dos bolas de estirar el duelo hasta el quinto y definitivo set por una plaza en semifinales, pero no pudo ser. Nada que reprocharle. Cuando su físico -muy mermado ante la evidente falta de descanso desde la pasada Davis- no podía más, su mente y espíritu de combate tiraron de él. ¿Dónde está el limite de Nadal? Se desconoce. Lo más probable es que, lejos de lo que se pronosticaba al principio de su carrera, sea él mismo, y no las lesiones, el que decida cuando dejar el circuito ATP. Pasan los años, pero Rafa sigue con reservas de combustible para varios cursos. Su mente decidirá el cuándo, no el cómo.

Rafa Nadal
El redactor recomienda