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El desgaste de Rafa Nadal a un correoso Nick Kyrgios en el Open de Australia
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El desgaste de Rafa Nadal a un correoso Nick Kyrgios en el Open de Australia

Rafa Nadal ha ganado en cuatro sets a Nick Kyrgios en octavos de final del Open de Australia. Correoso hasta el final, el oceánico no tiró la toalla hasta el último punto del partido

Foto: Rafa Nadal, este lunes, ante Nick Kyrgios en Australia. (EFE)
Rafa Nadal, este lunes, ante Nick Kyrgios en Australia. (EFE)

Llevaban cerca de tres horas de partido cuando Nick Kyrgios, pegado a la red, no pudo levantar y devolver una bola aparentemente fácil (para su nivel) y se quedó en la red. Miró al cielo negro de Melbourne mientras Rafa Nadal, con gesto serio, pedía la toalla para secarse el sudor y realizar una vez más su rutina antes de que la bola volviese a estar en juego. Era el inicio del cuarto set y, en ese momento, desde fuera se podía apreciar quién estaba en mejor predisposición de llevarse el partido. Rafa Nadal ganó en cuatro sets por 6-3, 3-6, 7-6 (8-6) y 7-6 (6-4) para pasar a cuartos de final del Open de Australia (jugará ante Dominic Thiem), aunque el 'bad boy' del tenis mundial no tiró nunca la toalla.

[El homenaje de Kyrgios a Kobe Bryant antes de jugar ante Nadal]

La clave parecía estar en el tercer set, como otras tantas veces en las que Nadal y su 'víctima' habían llegado muy igualados a una fase del partido en la que la balanza podía decantarse descaradamente hacia un lado. Tie break del mencionado tercer set y 6-6 en el marcador del Rod Laver Arena. El balear no falló y el 8-6 hizo prever que, como en tantas ocasiones, el rival de Rafa comenzaría con la moral tocada el siguiente set. Así ocurrió, como otras veces... aunque Nick, conforme pasaba el set, comenzaba a sacudirse ese mal trago y habiendo tenido Nadal una ventaja de 3-1, 4-2 o 5-3, el de Manacor vio cómo se le complicó el asunto con un 5-5 y 6-6. En ese momento, Kyrgios ya no miraba al cielo buscando inspiración.

Fuera como fuera el marcador, Rafa no cambiaba de actitud. No miraba al cielo. Sólido, seguro de sí mismo y concentrado, la versión buena de Rafa Nadal continúa apareciendo en 2020 en los buenos y no tan buenos momentos. Sacaba Kyrgios para iniciar el 'tie break' y Rafa comenzaba rompiéndole. El partido entraba en una fase en la que estaba (más que antes) prohibido fallar. Estaban en otro momento delicado y clave y la cabeza volvía a jugar un papel fundamenta. "¡Grande Rafa, grande!", gritó Carlos Moyá desde la grada cuando su pupilo se puso con dos pelotas de partido. Ya sabía que no iba a fallar. Y no falló.

Era el octavo enfrentamiento entre ambos y la balanza está en 5-3 favorable al español. Sufrió mucho y por eso, al tiempo que levantaba los brazos cuando tumbó al gigante de Canberra, se abrazaban en la grada Moyá, Cotorro (el médico), su padre y más gente de su equipo. Había sido duro, pero terminó como casi siempre.

Llevaban cerca de tres horas de partido cuando Nick Kyrgios, pegado a la red, no pudo levantar y devolver una bola aparentemente fácil (para su nivel) y se quedó en la red. Miró al cielo negro de Melbourne mientras Rafa Nadal, con gesto serio, pedía la toalla para secarse el sudor y realizar una vez más su rutina antes de que la bola volviese a estar en juego. Era el inicio del cuarto set y, en ese momento, desde fuera se podía apreciar quién estaba en mejor predisposición de llevarse el partido. Rafa Nadal ganó en cuatro sets por 6-3, 3-6, 7-6 (8-6) y 7-6 (6-4) para pasar a cuartos de final del Open de Australia (jugará ante Dominic Thiem), aunque el 'bad boy' del tenis mundial no tiró nunca la toalla.

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