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Espargaró y el síndrome quiéreme como soy: "Las marcas huyen de eso como de la peste"
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Espargaró y el síndrome quiéreme como soy: "Las marcas huyen de eso como de la peste"

Aleix Espargaró se posicionó en favor del referéndum catalán, una actitud, la del perfil polémico, que detestan los patrocinadores en su búsqueda por un público amplio

Foto: Aleix Espargaró, piloto oficial de Aprilia, en un test en Valencia. (Cordon)
Aleix Espargaró, piloto oficial de Aprilia, en un test en Valencia. (Cordon)

A la libertad de expresión, el argumento utilizado por los altos cargos de la política catalana para reclamar su derecho a decidir, porque de eso va la democracía, dicen, se encomendó Aleix Espargaró cuando dejó atrás lo deportivo, línea a la que pocos profesonales le dejan saltarse, para opinar sobre el posible referéndum en Cataluña del 1 de octubre. "El Gobierno español y la Guardia Civil se están pasando por el forro la democracia", expresó en 'Catalunya Ràdio'. Sin duda, ejerció su derecho opinativo, pero se le olvidó que es el máximo embajador de una marca internacional en MotoGP, Aprilia. Esta, u otras en un futuro, mirarán con lupa sus actuaciones extradeportivas con un único objetivo comercial: alcanzar el mayor público posible y para ello deben huir de cualquier controversia.

"Un deportista es un embajador de las marcas a las que representa, a veces el máximo embajador, y tiene que responder al sentido común", afirma Pablo de Villota en una conversación con El Confidencial. El director de desarrollo de negocios de CSM Motorsport concluye que la polémica declaración de Espargaró no influye tanto en la imagen de la propia marca sino al futuro a largo plazo del propio piloto: "Donde afectan este tipo de declaraciones es en el futuro, cuando una marca valore patrocinar a un deportista". Porque en las alta esferas del motociclismo no sólo cuenta la habilidad sobre las dos ruedas, sino la personalidad de los propios pilotos, que son el escaparate de las marcas en los éxitos deportivos y en los valores que la misma pretende exportar.

No es una cuestión de libertad de expresión

De Villota deja claro que no es una cuestión de estar a favor o no de la secesión en Cataluña, sino más bien de una posición que abogue por un clima positivo y favorable dentro de la marca. Y en cualquier ámbito extradeportivo, ya sea "política, religión...". "Es de sentido común, las marcas huyen de la controversia y lo que buscan es siempre perfiles que no polaricen y que gocen de mayor reconocimiento público", dice para este periódico. Así, la hipotética decisión de que una marca ahora decida dejar de patrocinar al piloto catalán nada tendrá que ver con la posición política de la propia escudería. "Que una marca no quiera patrocinarle, no siempre implica que esté a favor o en contra de su posición", sentencia Pablo.

No cabe duda que la adhesión a la libertad de expresión siendo estrella del deporte es como adquirir un artículo de lujo, que podrías permitirte bajo responsabilidad propia. "Esto no tiene nada que ver con la libertad de expresión. Un deportista puede permitirse hacer lo que le de la gana, pero, a veces, no son conscientes de que representan a una marca", señala De Villota. Porque la marca puede usar su libertad comercial, la de escoger el perfil deportivo y personal más apropiedo para sus intereses, que no son otros que los de que su producto no se vea boicoteado por una acción de su representador.

"Para qué te metes en ese jardín"

Una reflexión con la que coincide Antonio Mesquida, director de desarrollo de negocio en Datasocial, quien argumenta que es mejor no tomar postura, no sólo ante una cuestión política como esta, sino ante cualquier ámbito extradeportivo. "Lo de menos es Cataluña, el tema es para qué te metes en ese jardín", dice para este preiódico. Sin duda, a Aleix le evaluarán milimétricamente a partir de ahora: "Se ha convertido en un tío conflictivo, cosa que detestan los patrocinadores. Huyen de eso como la peste".

Foto: La figura de hombre junto a una estelada (Reuters)

El piloto catalán pidió perdón, pero no rectificó sus palabras: "Di mi opinión, es lo que pienso. Seguiré siendo así", dijo el catalán. "Yo lo llamo el 'síndrome del quiéreme como soy', los jóvenes se creen que pueden ganarse la simpatía de la gente, pero tus cosas personales te las comes con patatas", sentencia Mesquida. Que el futuro de Aleix se vea mermado por su perfil problemático es, a corto plazo, una incógnita, pero le han cogido la matrícula.

Una 'multa' que se hubiese ahorrado si no hubiese entrado en la polémica como han optado compañeros como Marc Márquez. "Es una norma de sentido común. El ejemplo de cómo hay que hacer las cosas lo tiene en la misma parrilla con Marc Márquez", terminó diciendo Pablo de Villota.

A la libertad de expresión, el argumento utilizado por los altos cargos de la política catalana para reclamar su derecho a decidir, porque de eso va la democracía, dicen, se encomendó Aleix Espargaró cuando dejó atrás lo deportivo, línea a la que pocos profesonales le dejan saltarse, para opinar sobre el posible referéndum en Cataluña del 1 de octubre. "El Gobierno español y la Guardia Civil se están pasando por el forro la democracia", expresó en 'Catalunya Ràdio'. Sin duda, ejerció su derecho opinativo, pero se le olvidó que es el máximo embajador de una marca internacional en MotoGP, Aprilia. Esta, u otras en un futuro, mirarán con lupa sus actuaciones extradeportivas con un único objetivo comercial: alcanzar el mayor público posible y para ello deben huir de cualquier controversia.

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