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Otra decepción de Messi en su debut: el 'campanazo' de Arabia Saudí en el Mundial
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Otra decepción de Messi en su debut: el 'campanazo' de Arabia Saudí en el Mundial

Argentina dio la sorpresa al perder con los saudíes en el debut. Se adelantaron después de un penalti inexistente y le anularon los dos goles a Lautaro Martínez. Derrota inesperada

Foto: Messi celebra el primer gol de Argentina. (EFE/Mohamed Messara)
Messi celebra el primer gol de Argentina. (EFE/Mohamed Messara)

La historia señala a los favoritos, aunque en otras ocasiones esa vitola viene precedida por el rendimiento deportivo. Argentina llegaba al Mundial como vigente campeona de la Copa América y con un récord de 36 partidos seguidos sin perder. Semejante confianza no fue suficiente para ganar a Arabia Saudí, que dio la primera sorpresa del torneo ante Leo Messi, autor del gol albiceleste de penalti, y sus secuaces (1-2).

Los paralelismos con la historia moderna de los Mundiales se repitieron. Las dificultades en el debut se han repetido desde que Messi es el capitán. Ocurrió en 2014, frente a Bosnia-Herzegovina (2-1), y en 2018, ante Islandia (1-1). Con un penalti inventado nada más empezar, por un agarrón sobre Paredes de los que se dan en todos los saques de esquina, todo parecía un jardín de rosas. Lástima que, como escribió Machado, los bosques se vistan de espinos.

Foto: La afición saudí celebra el triunfo ante el combinado albiceleste. (EFE/Antonio Lacerda)

Si continúa el juego de las analogías, Messi emuló a Maradona. Primero, por jugar con un tobillo inflamado. En Italia 90, Diego hizo lo propio, aunque su dolor fuera mayor. "Deme la aguja, doctor. Yo juego este partido", dijo el Pelusa cuando Bilardo le sugirió que mejor se fuera al banquillo en lugar de infiltrarse. También por la derrota ante un combinado menor. En 1990, Argentina perdió ante una desconocida Camerún en el debut (0-1).

placeholder Scaloni da instrucciones a sus jugadores. (EFE/Yoan Valat)
Scaloni da instrucciones a sus jugadores. (EFE/Yoan Valat)

Un equipo que funciona por chispazos

Messi por fin tuvo un socio a la altura de las circunstancias, Lautaro Martínez. Fue una pena que sus goles los anularan por sendos fueras de juego; las definiciones habían estado a la altura del mejor Ronaldo Nazario. Con la defensa saudí tan adelantada, parecía más un pillapilla que un partido.

Los argentinos funcionaron a chispazos, incapaces de ser constantes a lo largo del partido. No hubo ni rastro de esa regularidad de la que han hecho gala desde que llegó Scaloni. La cara del seleccionador fue un poema, porque es difícil estar en octavos si pierdes en la primera fase del Mundial. Bilardo, en su momento, amenazó con conducir el avión si eso ocurría. Dudo que el actual seleccionador tenga una idea semejante.

Scaloni declaró en la previa que este es un equipo menottista y bilardista a la vez. Parece que por fin en Argentina quieren evitar las dicotomías, presentes en cualquier cuestión social. Menotti estaría encantado del juego que mostró el equipo en momentos de la primera mitad. Bilardo, en cambio, estaría enfurecido por la manera en que encajaron ambos goles, obra de Al-Shhri y Al-Dawsari.

El primero llegó tras una gran jugada individual, en un remate cruzado que fue imparable para Emiliano Martínez. Salió mal del vestuario Argentina y lo pagó. No se esperaban lo que estaba por venir, porque se abrió la caja de Pandora. En un remate cuya parábola fue espectacular, Al-Dawsari colocó a su equipo por delante. Y desde ahí reinó la política de las trincheras, porque apenas salieron desde atrás.

placeholder Tagliafico pelea por una pelota durante el partido. (EFE/Yoan Valat)
Tagliafico pelea por una pelota durante el partido. (EFE/Yoan Valat)

Dos partidos complicados

La derrota baja los ánimos de un equipo que igual ahora tiene que replantearse las cosas. Sería interesante preguntarle a la ministra de Trabajo argentina, Kelly Olmos, si ahora sigue siendo prioritario el Mundial. O si se va a poner a trabajar para reducir la inflación. Cuestión de prioridades.

Polonia y México son los rivales frente a los que aún tiene que jugar Argentina. Dos equipos más complicados, a priori, que Arabia Saudí. Es increíble la facilidad que tiene la albiceleste para complicarse la vida en el inicio de un Mundial. Al igual que en ocasiones anteriores, el portero rival fue figura por sus paradas en los instantes finales.

La confianza en los equipos decrece o se mantiene en función de las victorias o derrotas, cual montaña rusa. Y parece que los argentinos no tendrán tanta fe en Scaloni y los suyos tras esta derrota. Las circunstancias nos dejarán sin saber qué opinaría Maradona de esta derrota. Y cuál sería la portada de El Gráfico. De eso se van a librar.

La historia señala a los favoritos, aunque en otras ocasiones esa vitola viene precedida por el rendimiento deportivo. Argentina llegaba al Mundial como vigente campeona de la Copa América y con un récord de 36 partidos seguidos sin perder. Semejante confianza no fue suficiente para ganar a Arabia Saudí, que dio la primera sorpresa del torneo ante Leo Messi, autor del gol albiceleste de penalti, y sus secuaces (1-2).

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