El Barça es una roca en La Cerámica con un Araújo imperial y el gol ganador de Pedri (0-1)

El Barça se ha convertido en un equipo sólido, fiable, rocoso y coordinado. La fortaleza defensiva cosechada en las últimas jornadas, junto al extraordinario nivel de Ronald Araújo, Jules Koundé y Andreas Christensen ha disparado el nivel de los de Xavi Hernández, que avanzan con paso firme hacia la consecución de una Liga de claro color azulgrana. El gol de Pedri en la primera parte tras una combinación precisa y veloz con Robert Lewandowski (0-1) sirvió para batir al Villarreal y colocar al Barça a 11 puntos del Real Madrid, a la espera de que el cuadro de Carlo Ancelotti dispute su partido pendiente ante el Elche. Todavía restan muchas jornadas, pero la distancia entre ambos no deja de aumentar y el Barça cada vez es mejor equipo. El próximo jueves, el Manchester United pondrá a prueba el trauma europeo de un equipo que está volando en LaLiga.

Empezó el encuentro y las cámaras se fueron directas a por Quique Setién, exentrenador del Barça y pieza clave en la mayor goleada en la historia del club azulgrana en Europa (aquel tétrico 2-8 contra el Bayern de Múnich en Lisboa). El entrenador cántabro podría cobrarse una venganza pendiente, pero rápidamente Robert Lewandowski dejó claro que sería el Barça quien demostraría más voracidad. En el minuto cuatro, en la primera llegada de los azulgranas, un pase descomunal de Pedri sobre el polaco terminó con Pepe Reina teniendo que intervenir para evitar el primer tanto.

El Barça, sin Ousmane Dembélé (lesionado), encontró en los cuatro centrocampistas (con Franck Kessié por Sergio Busquets) una estructura sobre la que asentar su dominio. Los azulgranas lograban superar la presión alta del Villarreal, con un Frenkie de Jong estelar y liberado que hacía trizas las líneas defensivas locales. Al Barça solo le faltaba un poco de precisión para sembrar el pánico en la zaga local, que siempre corría mal y hacia atrás. Falló Gavi un pase envenenado para Lewandowski que provocó el enfado de Xavi Hernández en la banda.

El Barça, una roca en defensa

En el minuto 18, las dudas del Villarreal se convertían en una losa brutal en forma de gol cuando Pedri y Lewandowski combinaron a toda pastilla en la frontal y el canario envió la pelota al fondo de la red. Pudo empatar el encuentro José Luis Morales a la jugada siguiente, pero el delantero local falló en el interior del área. El Barça perdía la pelota y la recuperaba en cuestión de segundos, símbolo de la ambición de un equipo que va como un tiro en estos momentos. La excelente coordinación defensiva dejaba muy pocas puertas abiertas al cuadro local, a remolque de los azulgranas. Y si había un mínimo descuido, Koundé, Araújo o Christensen salían al quite. Lewandowski volvió a tener el gol en sus pies, aunque Reina se lo negó.

En el minuto 35, la Cerámica se quedaría congelada cuando Francis Coquelin sufrió una grave lesión de rodilla en un lance con Kessié. El jugador francés se vio obligado a marcharse en camilla y entró Samu Chukwueze en su lugar. Al filo del descanso, Morales tendría la ocasión más clara al perdonar un mano a mano ante ter Stegen tras una pérdida de Pedri. El Barça había sido mejor en la primera parte, pero los locales habían gozado de dos ocasiones de oro para poder empatar el encuentro. Todo quedó abierto para el segundo tiempo, que empezó con los mismos jugadores.

Sin un dominador claro al inicio del segundo asalto, las imprecisiones se apoderaron del juego entre las pérdidas de ambos equipos. Al Villarreal el cambio de Chukwueze le dio más colmillo y velocidad. En una llegada aislada, Yéremy Pino se quedó muy cerca de empatar el encuentro. Y poco después, de nuevo, Araújo salvó una ocasión clara del futbolista canario tras el pase de Parejo. Contestó el Barça con un pase magistral, con caño incluido, de Lewandowski para un desapercibido Raphinha que no estuvo certero en la definición. El brasileño desperdiciaba los contragolpes.

Entonces el partido se abriría en canal con llegadas para ambos. La diferencia es que el Barça tiene a tres centrales de un nivel extraordinario como Koundé, Christensen y, sobre todo, Araújo. El uruguayo, en su papel de líder absoluto de la zaga azulgrana, anulaba todas las aventuras ofensivas de los locales al espacio. No hay ni punto de comparación con la fragilidad defensiva de la temporada pasada con Eric García. En los últimos minutos, Ferran Torres entró por Raphinha y Jordi Alba por Kessié. Quique Setién también realizó un triple cambio: Fer Niño, Mojica y Trigueros por Baena, Morales y Alberto Moreno. Pino marcaría un tanto en el minuto 89, pero estaba en claro fuera de juego. Al final, el marcador no se movería y el Barça se llevaría los tres puntos.