Lo mejor y lo peor | El Barça consiguió la típica victoria que vale una Liga
Con uno menos durante casi una hora, el equipo de Xavi se repuso a la adversidad en un estadio como El Sadar y se marchó líder al parón. Ahora espiran aliviados en Barcelona
El Barcelona consiguió una victoria agónica en El Sadar que le permite marcharse líder al parón tras la derrota del Madrid en Vallecas (3-2). El partido tuvo de todo, con dos expulsados culés, aunque el equipo no se quedó con nueve. A Robert Lewandowski le sacaron roja en la primera mitad y a Gerard Piqué, suplente en su último partido, en el descanso. Osasuna demostró que es un equipo con agallas y que Jagoba Arrasate es un entrenador espectacular. Finalmente, sin embargo, un gol de Raphinha certificó el triunfo a cinco minutos del final (1-2) e hizo añicos el sueño de los navarros.
Lo mejor: la remontada con uno menos
El Sadar es uno de los estadios más complicados de Primera División. El público está tan encima como en el viejo Atocha y el empuje se nota como en ningún otro lado. A eso hubo que sumarle que Osasuna se adelantó muy pronto y que el Barça jugó casi una hora con uno menos. La remontada, sin embargo, se consiguió desde la paciencia, con un equipo que supo remar hasta el final para marcharse líderes al parón. Un triunfo así seguro que fortalece a un grupo de jóvenes jugadores que necesitan experiencias como estas.
Lo bueno: una victoria fundamental para la moral
Todavía es prematuro pronosticar que el Barcelona será el campeón de Liga, más aún cuando el Madrid está tan cerca en la clasificación. Sin embargo, es sensato decir que hay ciertos estadios en los que uno pierde Ligas. Y El Sadar es uno de ellos, como bien saben los blancos. Ganar allí es todo una quimera y por la forma en que lo consiguió el Barcelona tiene aún más mérito. Vallecas, y el equipo de Ancelotti puede dar fe de ello, también es un feudo difícil. Las victorias en esos estadios pueden determinar quién es el campeón.
Lo normal: ganar in-extremis
Se está convirtiendo en habitual que el Barça gane sus partidos como visitante en los últimos instantes. Ya ocurrió en Valencia, cuando el gol de Lewandowski en el 93' permitió a los culés sumar los tres puntos. En esta ocasión fue Raphinha, que celebró con rabia el tanto, como todo el banquillo, pues eran conocedores de la importancia de este triunfo. Lo importante ahora es corregir esa deficiencia: la incapacidad de ganar a los equipos pequeños sin necesidad de sufrir hasta el final.
Lo malo: el agridulce final de Piqué
Gerard Piqué fue suplente en su último encuentro en el Barcelona y no tuvo oportunidad de disputar ni un solo minuto. En el descanso, cuando Gil Manzano se dirigía al vestuario, el central lo abordó para recriminarle lo que, a su juicio, habían sido decisiones arbitrales que habían perjudicado al equipo culé. El colegiado tomó nota y lo expulsó cuando ambos abandonaron el terreno de juego. El consuelo fue que no estaba entre los 11 elegidos y su equipo no se quedó con nueve jugadores.
Lo peor: el nivel de Busquets
Es uno de los puntos pendientes de Xavi, que debe tener la valentía de sentar al que quizá ha sido el mejor de la historia en esa posición. Cuando hay equipos que presionan tan arriba al Barcelona, como hizo el Osasuna, saben que Busquets es el punto débil de este Barça, porque es muy fácil cogerle la espalda. En la victoria ante el Villarreal (3-0), el centro del campo con De Jong en esa posición funcionó a las mil maravillas. Si uno tiene en cuenta el estado de forma del neerlandés, no sería descabellado dejarlo en el banquillo y apostar por él en detrimento del español.
El Barcelona consiguió una victoria agónica en El Sadar que le permite marcharse líder al parón tras la derrota del Madrid en Vallecas (3-2). El partido tuvo de todo, con dos expulsados culés, aunque el equipo no se quedó con nueve. A Robert Lewandowski le sacaron roja en la primera mitad y a Gerard Piqué, suplente en su último partido, en el descanso. Osasuna demostró que es un equipo con agallas y que Jagoba Arrasate es un entrenador espectacular. Finalmente, sin embargo, un gol de Raphinha certificó el triunfo a cinco minutos del final (1-2) e hizo añicos el sueño de los navarros.