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Gudelj empata un derbi marcado por las expulsiones y el VAR (1-1)
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UN GOL INESPERADO

Gudelj empata un derbi marcado por las expulsiones y el VAR (1-1)

Hubo tres expulsados, Montiel, Fekir y Borja Iglesias, en un partido que dominaron los verdiblancos hasta que se quedaron con nueve. El Sevilla continúa con su crisis particular

Foto: Álex Moreno y Montiel disputan una pelota. (EFE/Raúl Caro)
Álex Moreno y Montiel disputan una pelota. (EFE/Raúl Caro)

El fútbol es un deporte de contacto y por ello se entiende cualquier acción fortuita. Los roces, que normalmente son voluntarios, son más propios de las discotecas. Los golpes marcaron un derbi sevillano en el que el Betis fue claro superior hasta que se quedó con nueve y que empató después del golazo de Gudelj (1-1).

Dicen que la ciudad tiene un color especial y la situación lo era. Hacía 25 años que el Betis no llegaba a un derbi con semejante diferencia. A estas alturas, la felicidad que siempre ha predominado en Nervión no es tal, porque este Sevilla coquetea con el descenso. En La Palmera, sin embargo, ocurre todo lo contrario: nunca ha habido tanta jarana.

placeholder Borja Iglesias se lamenta de su expulsión. (EFE/José Manuel Vidal)
Borja Iglesias se lamenta de su expulsión. (EFE/José Manuel Vidal)

El tifo que desplegaron en el Villamarín en la previa dejó claro que la afición verdiblanca no se ha olvidado del célebre derbi del palo. En él aparecía Joan Jordán con Pinocho detrás. Habría que preguntarse entonces si Monchi, que también aparecía en el mural, se parecería a Geppetto. Por la chapuza que ha hecho este verano. Ha sido el carpintero perfecto de la historia más reciente del Sevilla, pero su gestión encamina al club a la peor temporada de la última década.

Tres momentos claves

El miedo es habitual en semejantes encuentros y se notó en los primeros instantes. Cometer un error en un derbi es parecido a hacerlo cuando conoce a sus suegros. Sabaly, con la connivencia de Pezzela, estuvo cerca de quedar en la historia. Tuvieron suerte de que Rafa Mir, que regateó a Bravo después de un pésimo pase atrás del lateral, no acertó en un remate que despejó Edgar en la línea de gol.

La primera de las tres acciones que marcó el derbi llegó en la banda izquierda. Álex Moreno enseñó el balón y se marchó corriendo, igual que los magos con las cartas. La entrada de Montiel seguro que le recordó a Martagón su etapa en activo. El delegado fue uno de los que calmó al argentino, enfurecido cuando el árbitro fue al VAR y modificó su decisión.

Las expulsiones se volvieron contra el Betis

Un rechace, apenas cinco minutos después de la expulsión, adelantó al Betis. Bono, que pudo hacer más, no detuvo la pelota y se coló en la portería. Los verdiblancos tenían todo a favor: un gol de ventaja, la afición gritando y animada, y un jugador más. Los derbis, sin embargo, son muy largos y pasan cosas.

El descanso se acercaba cuando llegó la segunda decisión que condicionó el partido. Fekir había dejado atrás al Papu Goméz, cuando el argentino se iba hacia el suelo. Nabil estiró el brazo e impactó en la cara del sevillista. Amarilla hasta que hubo revisión y el francés se marchó al túnel de vestuarios. Su enfado fue similar al de Montiel. Ni siquiera Carvalho lo contuvo, aunque Pellegrini lo consiguió y le pidió que se marchara al vestuario.

placeholder Fekir, sorprendido cuando el árbitro le enseña la roja. (EFE/José Manuel Vidal)
Fekir, sorprendido cuando el árbitro le enseña la roja. (EFE/José Manuel Vidal)

Era un empate a expulsados en un derbi que se quedó en 10 contra 10. Sorprende la insistencia de los jugadores en protestar la decisión arbitral, irreversible más aún después de haber sido revisada en el VAR. Son niños protestando un castigo al profesor en el colegio o a papá y mamá en casa.

Si no hubo maldad en ninguna de esas dos acciones, menos aún en la de Borja Iglesias. El tercer expulsado de la jornada por un pisotón a Jordán. Mientras que la roja a Fekir es discutible, la del Panda era clara y él mismo lo sabía. Su cara fue poema y lo dijo todo cuando vio que el colegiado se dirigía al monitor.

El Sevilla lo intentó de todos los modos, con un Lamela cuyo estado de forma es la antítesis del de su equipo. La insistencia tuvo premio después de un latigazo de Gudelj que se coló por la escuadra. Las tablas completaron un derbi en el que los visitantes no aprovecharon su superioridad numérica.

El fútbol es un deporte de contacto y por ello se entiende cualquier acción fortuita. Los roces, que normalmente son voluntarios, son más propios de las discotecas. Los golpes marcaron un derbi sevillano en el que el Betis fue claro superior hasta que se quedó con nueve y que empató después del golazo de Gudelj (1-1).

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