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El Barça más sólido de la temporada asalta el Sánchez-Pizjuán ante un tímido Sevilla (0-2)
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Los hispalenses se bloquearon

El Barça más sólido de la temporada asalta el Sánchez-Pizjuán ante un tímido Sevilla (0-2)

El conjunto de Ronald Koeman ató en cortó al equipo hispalense gracias a una solidez defensiva poco habitual. Los tantos de Dembélé y Messi protagonizaron el triunfo azulgrana

Foto: Ousmane Dembélé anota el 0-1 para el Barça. (Reuters)
Ousmane Dembélé anota el 0-1 para el Barça. (Reuters)

Más preocupado por no dar facilidades al Barça que por crear ocasiones y sin Suso ni Lucas Ocampos en el XI, el Sevilla se quedó sin velocidad al contragolpe en un partido marcado por la extrema prudencia de ambos equipos con el balón, la solidez defensiva azulgrana y la velocidad al espacio de Ousmane Démbélé. El pacto de no agresión se acabó cuando el Sevilla se abrió y el Barça empezó a encontrar a la defensa hispalense mal organizada y con demasiados espacios. Con ello, llegaron las situaciones de gol. El cambio de dibujo de Ronald Koeman despistó a un Sevilla sin capacidad de salir por los costados a toda pastilla ni de presionar con acierto arriba. Luuk de Jong, marcado de cerca por Gerard Piqué, descargaba de cara, pero nadie conseguía conducir desde la segunda línea.

placeholder Ousmane Dembélé prueba suerte frente a Bono. (Reuters)
Ousmane Dembélé prueba suerte frente a Bono. (Reuters)

La presencia de dos carrileros largos y ofensivos como Jordi Alba y Sergiño Dest mantuvieron encorsetados a Jesús Navas y Sergio Escudero, mientras que el Papu Gómez, primero de inicio en la derecha y luego en la izquierda, se perdía en un sistema que no le entrega el protagonismo que su figura reclama. Despistado en la banda entre persecuciones al lateral rival y ayudas defensivas a sus compañeros, el argentino nunca ocupó la zona del ‘10’ hasta pasar sin pena ni gloria por el partido.

Dembélé estuvo espléndido al espacio

En el otro lado del ring, Leo Messi se vio acobijado por la modificación en la pizarra del técnico neerlandés y el primer intento de desequilibrar la cautela sevillista en zonas interiores. Cuando el equipo de Julen Lopetegui trató de estirarse mediante Fernando Reges, el brasileño no acertó a dejar el balón a Munir El Haddadi. Entonces, el Barça recuperó el cuero, localizó a Leo Messi, solo en el centro del campo, y el capitán culé dibujó una asistencia al espacio perfecta para un Ousmane Dembélé que se despegó de Diego Carlos y definió frente a Bono. El francés, acostumbrado a recibir al pie, exhibió una aceleración chocante para la pareja de centrales local, cuyo espacio entre ambos se convirtió en un páramo fértil para la carrera del extremo azulgrana.

placeholder Los jugadores del Barça celebran el 0-1 de Dembélé. (Reuters)
Los jugadores del Barça celebran el 0-1 de Dembélé. (Reuters)

En el minuto 28, el Barça asestaba el primer golpe y cambiaba el signo del encuentro. A partir de ahí, el Sevilla siguió con los mismos problemas para llegar a la meta de Marc-André ter Stegen y el Barça halló atajos hacia la portería andaluza. Con prisas, el Sevilla se vio descolocado con el 0-1 y a punto estuvo de encajar el 0-2 cuando Dembélé se marchó al galope, tocó para Messi en la frontal y De Jong no pudo transformar el pase del argentino en una ocasión de gol clara.

Lopetegui tocó muchas teclas, pero no acertó

El paso por el vestuario en forma de tiempo muerto rescató al Sevilla y volvió a demostrar la versión más intervencionista de Julen Lopetegui. El técnico vasco imitó el dibujo de Koeman y movió tres fichas de golpe: se fueron Diego Carlos, el Papu Gómez y Munir El-Haddadi y entraron Suso, Youssef En-Nesyri y Karim Rekik en su lugar. La consecuencia directa fue pasar de defender en la frontal del área propia a poder morder más arriba al Barça.

Sin embargo, el conjunto azulgrana continuaba encontrando espacios por dentro y acechando el 0-2. Primero, Jordi Alba no llegó al pase de la muerte de Sergiño Dest y pocos minutos después, se produjo la situación a la inversa. Pedri fingió un disparo a puerta en la frontal, cedió para Jordi Alba, el centro rechazado lo recogió Dest y el disparo del norteamericano se estampó contra el poste de Bono. Dembélé, temible al espacio, tiró un caño magnífico a Fernando y puso la directa hacia la guardameta local, pero el pase del francés a Messi no fue coronado por el ‘10’ culé.

Foto: Ousmane Dembélé celebra su gol ante el Eibar. (Reuters)

Lopetegui gastaba los cinco cambios en el 62. Ivan Rakitic y Luuk de Jong se marcharon y entraron Óscar Rodríguez y Óliver Torres. Mientras, Koeman reaccionaba al movimiento del preparador vasco y sustituyó a Piqué y un lesionado Pedri por Ronald Araújo y Illaix Moriba. El Sevilla achuchaba con más corazón que cabeza a base de empuje sin lograr incomodar a ter Stegen. Mientras, el central uruguayo vivió su vuelta con resignación, puesto que tan solo duró 12 minutos en el verde a causa de una molestia en su tobillo y le reemplazó Umtiti. Por último, Koeman retiró a Dembélé y dio minutos a Martin Braithwaite.

En el 85, Messi tiró una pared con Moriba en la frontal, se llevó a su defensor, sorteó a Fernando y al definir frente a Bono, el argentino se llevó el rebote y acabó firmando el 0-2 y el 19º gol en Liga. El Sevilla, desdibujado y frustrado, perdió toda esperanza de remontar ante un Barça sólido y con las ideas claras. Con 53 puntos, el Barça se coloca como segundo clasificado a dos puntos del Atlético de Madrid con dos partidos menos que los rojiblancos.

Más preocupado por no dar facilidades al Barça que por crear ocasiones y sin Suso ni Lucas Ocampos en el XI, el Sevilla se quedó sin velocidad al contragolpe en un partido marcado por la extrema prudencia de ambos equipos con el balón, la solidez defensiva azulgrana y la velocidad al espacio de Ousmane Démbélé. El pacto de no agresión se acabó cuando el Sevilla se abrió y el Barça empezó a encontrar a la defensa hispalense mal organizada y con demasiados espacios. Con ello, llegaron las situaciones de gol. El cambio de dibujo de Ronald Koeman despistó a un Sevilla sin capacidad de salir por los costados a toda pastilla ni de presionar con acierto arriba. Luuk de Jong, marcado de cerca por Gerard Piqué, descargaba de cara, pero nadie conseguía conducir desde la segunda línea.

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