Las seis razones del descalabro del Madrid (y por qué no pinta bien a corto plazo)

Nuevo desastre del Real Madrid en lo que va de temporada, un equipo que venía de ser campeón de Europa por tercera vez consecutiva y que no consigue levantar el vuelo en la era Lopetegui. El monumentral tropiezo sufrido en la Champions ante el CSKA de Moscú (1-0) es uno de los más importantes de los últimos años, ante un equipo claramente menor que desnudó las vergüenzas de un combinado que no termina de encontrar su juego y que no ofrece las sensaciones esperadas.

Un terrible fallo de Kroos en el minuto 2, con un errático pase en dirección a la zaga, y la falta de actitud de Varane para evitar que ese balón tuviera mayores consecuencias supuso que Vlasic adelantara al conjunto ruso a las primeras de cambio. En los 88 minutos restantes, el Real Madrid fue incapaz ni tan siquiera de igualar el marcador, encontrándose hasta en tres ocasiones con la madera. Y lo peor no fue el resultado, sino la imagen de impotencia que dejó sobre el césped.

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El problema de la situación es que, a corto plazo, no parece tener buena pinta. La plantilla no parece tener aprehendidos los conceptos que Julen Lopetegui quiere inculcar a su equipo y, en los últimos partidos, ha quedado demostado no estar a la altura: encuentros contra rivales potentes o cualquiera lejos del Bernabéu se convierten en un suplicio para un equipo que no encuentra su mejor estado de forma. La parte positiva es que aún está todo por decidir en la temporada.

El partido frente al CSKA se antojaba como un bálsamo después de la última semana liguera, pero ni mucho menos. Y la tendencia empieza a preocupar: tres tropiezos consecutivos (Sevilla, Atlético de Madrid y el combinado ruso) en los que no se ha conseguido marcar un solo gol y se han encajado cuatro tantos. ¿Qué le ocurre al equipo? Estas son las claves de por qué el Real Madrid está pasando por uno de sus peores momentos de las últimas temporadas.

La falta de gol

Evidentemente, la salida de Cristiano Ronaldo dejó un importante agujero dentro del equipo, especialmente en la fase anotadora. Un jugador que fue capaz de promediar 50 goles por temporada en los 9 cursos que vistió la camiseta blanca para convertirse en el máximo goleador histórico del Real Madrid no es fácil de olvidar. Y mucho menos si los refuerzos que la entidad ha llevado no han ido encaminados a tapar este déficit, sino a cubrir otra serie de necesidades dentro de equipo.

En el club se entendía que jugadores del nivel de Benzema o Bale, más la capacidad anotadora de jugadores del medio del campo como Asensio o Isco, serían suficientes para tapar este agujero, en algunos casos dando un paso adelante para asumir más responsabilidades. Pero no ha sido así -el fútbol no son matemáticas- y, de momento, el Madrid no tiene un jugador que asuma galones en ataque y que sea capaz de desbloquear los partidos con un gol cuando más lo necesita su equipo.

Benzema vs. Bale

El caso más flagrante es el Karim Benzema. Mucho se habló durante años que, la presencia de CR7, obligaba al francés a jugar otro papel, uno más secundario, más asociativo, y menos enfocado al gol. Pero la salida del portugués no ha servido para que el galo recupere esta senda: es más, en lo que va de curso solo ha disparado 13 veces a portería y, en los últimos seis partidos (Athletic, Roma, Espanyol, Sevilla, Atlético y CSKA) no ha tirado entre los tres palos.

Por el contrario, el jugador más acertado de cara al gol del Real Madrid es Gareth Bale, pero su gran lastre son las lesiones. El galés es uno de esos jugadores de cristal, que no termina de tener continuidad por culpa de su físico: suma 4 goles en 8 partidos, pero ante el Atlético ya sufrió su primer problema físico. Con minutos y continuidad, puede ser el goleador que el Madrid está buscando, pero sus continuas dolencias le hacen siempre ser un jugador entre algodones.

El caso Mariano

Mariano regresó al Real Madrid este verano para cubrir las necesidades de contar con un delantero con gol en el banquillo. La idea de Lopetegui parecía clara: dar continuidad a Benzema en el once inicial y que el ex del Olympique de Lyon fuera su sustituto de garantías. Sin embargo, el canterano blanco no está teniendo los minutos que se esperan de un jugador como él, que siempre que salta al campo ofrece sensación de peligro continuo.

En lo que va de curso, tan solo ha jugado 110 minutos y todos ellos como reserva, en los que ha anotado un gol. Este martes, en el partido ante el CSKA, su presencia se dejó notar, no solo por su capacidad rematadora -con un espectacular testarazon contra el palo-, sino porque es un jugador que fija a la defensa rival y obliga al equipo contrario a cerrarse, permitiendo que el juego por banda sea más fluido. Pero, de momento, Lopetegui no le ha dado la confianza suficiente.

Defensa poco contundente

El dato asusta: en lo que va de campaña, el Madrid ha pinchado las mismas veces que ha ganado, cinco. Y, en esos diez partidos, la zaga blanca ha encajado once goles, una cifra que, sobre la mesa, no es preocupante, pues entra dentro de la lógica. Pero lo que sí empieza a ser doloroso es que los cinco partidos que el conjunto blanco ha jugado lejos del Santiago Bernabéu los ha empezado perdiendo y sólo ha sido capaz de dar la vuelta al marcador en uno.

En la Supercopa de Europa, comenzó perdiendo ante el Atlético; en Liga, hizo lo propio ante el Girona, el Athletic y el Sevilla; y en Champions, ante el CSKA. De cinco partidos, solo consiguió 'rascar' una victoria y un empate, sumando tres derrotas muy dolorosas, donde se ve al equipo sin capacidad de reacción. Por ello, la consistencia de la defensa queda en el foco, pues el equipo no está mostrando su capacidad de hacerse fuerte atrás y crear desde la solidez de la zaga.

La mentira de la posesión

Evidentemente, el equipo está sufriendo un proceso de adaptación. Aunque la base del conjunto es la misma que la de los anteriores y exitosos años, la llegada de un nuevo entrenador siempre trae nuevos concepctos y, en el caso de Lopeteui, uno de los más claros es la posesión. Al técnico le gusta que sus equipos tengan el balón, lo muevan con fluidez y, desde ahí, creen las ocasiones de gol para llevarse los partidos. Y estos conceptos aún no se han terminado de asimilar.

El Madrid cada vez más tiene la posesión, pero no termina de encontrar el camino a puerta. Un 59,6% ante el Sevilla, un 65,8% ante el Atlético y un 70% ante el CSKA no fueron suficientes para sumar en una sola de las tres ocasiones los tres puntos. ¿La razón? Tener el balón no significa nada si no lo mueves con rapidez, con un motivo real y con un clara idea de juego. De momento, el concepto de Lopetegui sigue madurando y no ha llegado a donde el técnico desea.

Isco y los galones

El Real Madrid está confirmando una carencia importante: no hay un jugador con los galones suficientes para tomar la responsabilidad de tener el balón. Y no hablamos solo de marcar goles, sino de querer el balón para ser el motor del equipo. De momento, Kroos y Modric están muy lejos de su mejor versión y Asensio ha sufrido un importante bajón en su juego. Solo había un jugador que quería el balón al pie pasara lo que pasase: Isco. Y el Madrid está notando su baja.

En ocasiones, Isco peca de ser demasiado horizontal, pero la realidad es que no hay otro jugador en la plantilla que asuma la responsabilidad de querer el balón cuando más lo necesita su equipo, salvo un Ceballos que está creciendo en este aspecto. Casualidad o no, el bajón de resultados del Real Madrid ha coincidido con la baja del malagueño. Al medio del campo blanco le falta fuelle e Isco es de los pocos que estaba mostrando tener gasolina para alimentar el motor madridista.