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Un Real Madrid irritante en Moscú y no solo por culpa de Kroos
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tercer partido seguido sin marcar un gol

Un Real Madrid irritante en Moscú y no solo por culpa de Kroos

Del Real Madrid que perdió en Moscú, lo que más enfada no es el resultado, que ya es un problema grave, sino el juego de un equipo previsible, sin inspiración y capado arriba

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Julen Lopetegui no tiene la culpa de que Kroos cometa una estupidez en el primer minuto echando un balón atrás por entrar al partido sin tensión y le cueste un gol al equipo. De lo que sí hay que responsabilizar al entrenador del Real Madrid es que el juego, pese a la cantidad de bajas que tenía, y no debe servir de excusa, es irritante porque es un equipo que está capado. No se puede tener gol si no tienes remate y este no es el único problema. En la derrota contra el CSKA de Moscú (1-0), la sensación que deja el Madrid es la de un equipo ramplón y previsible que es incapaz de asustar al contrario aunque se haga con la posesión de la pelota. No tuvo la calidad ni las ideas para hacer ocasiones claras de peligro y el bagaje ofensivo es pobre. Algunos dirán que mereció el empate porque estrelló tres balones al palo. Uno de Casemiro, otro de Benzema y el último de Mariano. Los goles no se merecen. Se marcan.

En este reparto de culpas, el primero que se tiene que poner en la fila en Moscú es Kroos por su error grosero. Si empieza a fallar el futbolista más fiable en el pase, con mejor pie y precisión, es una noticia muy mala. Pero el error no es nuevo. Está más que detectado. El Real Madrid es un horror en el inicio de los partidos. En la Supercopa de Europa recibió un gol de Diego Costa en el primer minuto. En Bilbao y, sobre todo, en Sevilla tuvo sudores fríos en la primera parte. En el derbi liguero también fue inferior en los primeros 45 minutos. Entrar, con tanta reiteración, tan poco activados de inicio es achacable al entrenador.

Foto: Vinicius en el momento de entrar por Benzema en el derbi del Bernabéu. (Efe)

A partir de la acción patosa de Kroos, el Madrid fue recuperando el pulso al partido para hacerse con la posesión y hacer retroceder al CSKA de Moscú. Fue un equipo insistente, pero previsible y sin contundencia. Sin pegada y sin desequilibrio. Tampoco sin una buena presión alta, como reza el librillo de Lopetegui. Son los mismos problemas que arrastra desde hace cuatro partidos. Desde el gol al Espanyol no ha vuelto a marcar ni ganar. Tres partidos sin hacer gol es algo que produce chasco. Dos derrotas —Sevilla y CSKA— y un empate —Atlético de Madrid— confirman que estamos ante un equipo mutilado arriba. Se podrá hablar de mala suerte en Moscú y acordarse de las bajas —Marcelo, Sergio Ramos, Isco y Bale—, pero la gran mayoría de ellos estaban en el Sánchez Pizjuán y en el derbi del Bernabéu.

placeholder Kross pugna por el balón con el centrocampista del CSKA Jaka Bijol. (Reuters)
Kross pugna por el balón con el centrocampista del CSKA Jaka Bijol. (Reuters)

Juego desesperante

El error de Kroos es estúpido por el minuto en que se produce y el exceso de confianza de un futbolista que destaca por su precisión. Un regalo impropio del alemán. Condicionó el partido y generó ansiedad. El Madrid fue un equipo nervioso, con poca autoridad y sin plan alternativo. No funcionó ni el revulsivo o doble cambio a la desesperada de meter a Modric y Mariano al mismo tiempo con media hora por delante. Los recursos, ante un rival cerrado, se quedaban en disparos desde lejos por la ausencia de desequilibrio e ideas. La tuvo Mariano con un remate en el palo en los minutos finales. Lo que hace pensar que Lopetegui se equivocó no sacando al ‘7’ de inicio para darle ese plus de remate que no tiene Benzema.

El Real Madrid podía haber empatado este partido para los que maldicen a los palos, pero nadie puede quitar la sensación de que estamos ante un equipo que exaspera y desespera. Que es irritante porque faltan más futbolistas que marquen las diferencias. Ceballos desaprovechó la oportunidad que le dio Lopetegui de entrar en el once cuando venía de ser lo más destacado en la segunda parte del derbi. Marco Asensio deja dudas, Modric está fatigado, Benzema no está ni inspirado ni con olfato de gol, Casemiro no consigue hacer sólido el centro del campo, Varane pecó de blando en la jugada del gol, Carvajal se vuelve a lesionar y Odriozola no llena el lateral derecho. Poco se le puede decir a Reguilón, que debutó en el lateral izquierdo. La radiografía que explica este Real Madrid se resume rápido: los mejores son Courtois y Keylor Navas cuando les toca jugar.

Julen Lopetegui no tiene la culpa de que Kroos cometa una estupidez en el primer minuto echando un balón atrás por entrar al partido sin tensión y le cueste un gol al equipo. De lo que sí hay que responsabilizar al entrenador del Real Madrid es que el juego, pese a la cantidad de bajas que tenía, y no debe servir de excusa, es irritante porque es un equipo que está capado. No se puede tener gol si no tienes remate y este no es el único problema. En la derrota contra el CSKA de Moscú (1-0), la sensación que deja el Madrid es la de un equipo ramplón y previsible que es incapaz de asustar al contrario aunque se haga con la posesión de la pelota. No tuvo la calidad ni las ideas para hacer ocasiones claras de peligro y el bagaje ofensivo es pobre. Algunos dirán que mereció el empate porque estrelló tres balones al palo. Uno de Casemiro, otro de Benzema y el último de Mariano. Los goles no se merecen. Se marcan.

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