De la ilusión a un batacazo a la vista: por qué Nolito no arranca en el Sevilla
Nolito llegó a Nervión para mitigar el golpe que causó la marcha del canario Vitolo, pero el futbolista de Sanlúcar sigue sin arrancar después de 100 días con la camiseta del Sevilla
Nolito (31), Manuel Agudo Durán, aterrizó en Nervión por la pista grande, de eso hace ya tres meses, y todavía le siguen esperando. Los sevillistas celebraron su fichaje (casi nueve millones de euros), porque el historial futbolero del Faraón de Sanlúcar de Barrameda predecía un chorreón de bienaventuranzas para fortalecer al Sevilla. Pero el eco de las palmas se va apagando poco a poco, porque los goles no llegan y el fútbol ilusionante de Nolito ahora tiene pinta de batacazo.
En medio de la tormenta que provocó la marcha de Vitolo al Atlético vía Las Palmas, el Sevilla reaccionó con celeridad fichando a Nolito, un jugador de banda, como el canario, pero con más verticalidad y, sobre todo, más gol en sus botas. El escenario se antojaba ideal. Esposa sevillana, instalado en una casa ubicada en una de las zonas de moda de la ciudad, a una hora escasa de su tierra, casi oliendo a mar… Pero las expectativas se fueron diluyendo con el paso de los días, pues el de Sanlúcar pisó Nervión pasado de forma.
Niveles sospechosos
“Sé que estoy muy lejos de mi mejor versión”, confesó la semana pasada Nolito a los compañeros de 'Decano Deportivo'. “Soy autocrítico y tengo muy claro que he de ponerme a tope lo antes posible”, aseguró. Pero el tiempo pasa y la chispa no aparece. El de Sanlúcar lleva dos goles (uno en Liga y el otro en Champions) y su aportación en líneas generales queda en niveles mínimos en un equipo que aspira a llegar lejos en el presente ejercicio y suma un total de nueve goles en Liga. Los números abochornan.
Cierto que en descargo de Nolito hay que sumar el medio año en la grada que padeció en el Manchester City y una traidora lesión muscular, justo en la parrilla de salida liguera, cuando el futbolista comenzaba a vislumbrar mejores sensaciones; pero las jornadas van pasando y el rendimiento de Nolito, recuperado del todo, continúa todavía en niveles sospechosos.
El aval de Berizzo
Eduardo Berizzo, el entrenador, avaló el fichaje de Nolito, porque el Toto conserva en la retina las buenas prestaciones del futbolista durante la estancia de ambos en el Celta. Nolito, un virtuoso con la pierna derecha, exprimía su enorme talento arrancando por la banda izquierda y, a pierna cambiada, lanzando derechazos envenenados al palo largo. Una jugada portentosa que firmó numerosas veces, con un muy importante bagaje de goles, lo que llevó al futbolista a la internacionalidad, un gran sueño que el jugador confiesa no tener abandonado.
Ese dibujo es el que guardan los técnicos del Sevilla en la cabeza, y fue lo que agilizó su fichaje; pero el extrovertido jugador (que cayó de pie en el vestuario nervionense) sigue sin recuperar esa punta de velocidad que lo distinguía sobre el resto, esa chispa mágica que desconcertaba a muchos rivales y solía 'abrir la lata' de manera fulminante. Berizzo ha comentado a su gente que anda empecinado en recuperar 'la cara A' de Nolito, su mejor versión.
En el vestuario también apuestan por el genio de Sanlúcar. Y él quiere brindar por ello. Así se lo ha comentado a su amigo Jesús Navas, otra estrella que vio mejores tiempos en el Sevilla y tampoco arranca. Los técnicos, con Berizzo a la cabeza, aseguran que Nolito se machaca en los entrenamientos. Saben que su nivel anda muy por debajo de lo que se espera; que lo que se bosquejaba en clave de triunfador hoy tiene pinta de tortazo y todos andan empeñados en revertir esa sensación. Tanto Nolito como Navas andan en el cambio de la moneda.
Nolito (31), Manuel Agudo Durán, aterrizó en Nervión por la pista grande, de eso hace ya tres meses, y todavía le siguen esperando. Los sevillistas celebraron su fichaje (casi nueve millones de euros), porque el historial futbolero del Faraón de Sanlúcar de Barrameda predecía un chorreón de bienaventuranzas para fortalecer al Sevilla. Pero el eco de las palmas se va apagando poco a poco, porque los goles no llegan y el fútbol ilusionante de Nolito ahora tiene pinta de batacazo.
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