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Boca o un 'Maracanazo' ante el primerizo Fluminense para igualar al rey de copas
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LA FINAL, EN UN TEMPLO DEL FÚTBOL

Boca o un 'Maracanazo' ante el primerizo Fluminense para igualar al rey de copas

El equipo argentino, que cuenta con seis en su palmarés, tiene la oportunidad de alcanzar las siete de Independiente de Avellaneda. Enfrente estará Fluminense, anfitriones en Río

Foto: Boca y Fluminense disputarán la final de la Libertadores. (Getty/Wagner Meier)
Boca y Fluminense disputarán la final de la Libertadores. (Getty/Wagner Meier)

Han pasado solo cinco años, pero hay heridas que nunca cicatrizan. Porque el dolor sigue presente por mucho que transcurra el tiempo, aunque haya nuevos éxitos que tapen los antiguos fracasos. Hablar del Santiago Bernabéu es para el Boca sentir de nuevo una puñalada en el corazón. A Argentina le robaron la fiesta del fútbol unos energúmenos que se autodefinían aficionados. Y a los xeneizes el título soñado: ganarle una Libertadores al eterno rival. El trofeo viajó a Buenos Aires, pero al Monumental y no a La Bombonera.

Boca Juniors y Fluminense disputan este sábado en Maracaná la final de la Libertadores, un torneo que dejó atrás en 2018 el formato de ida y vuelta en la ronda decisiva. El fútbol tendría que ser el actor principal de esta película, aunque los ultras ya se han erigido en ese papel en los días previos al encuentro. Hay cosas que no cambian. El jueves por la tarde, los aficionados argentinos disfrutaban con unas caipiriñas en Copacabana cuando fueron atacados por los brasileños.

Sorprendió la inacción policial en esa emboscada, al menos en primera instancia. Fue Valdano el que dijo que "los tiempos del fútbol no son los de la prensa", y parece que tampoco hay vertiginosidad alguna en la policía. Ese dolor físico, completamente injustificado por gente que solo busca la trifulca, les habrá recordado al psicológico que sufrieron tras lo ocurrido en Madrid. Una previa nunca es buen momento para acordarse de viejos fantasmas.

Si el Santiago Bernabéu dejó un trauma a Boca, habría que preguntarse cómo de grande es el de Independiente de Avellaneda, rey de copas en la Libertadores con siete títulos en su haber. Su reloj de triunfos, no obstante, lleva congelado desde 1984. El xeneize hace tiempo que se quedó parado, como si de uno de arena se tratase. En 2007, liderados por Riquelme, consiguieron su última copa. 16 años son demasiados sin ganar el torneo.

placeholder Riquelme quiere tener otra vez la Libertadores en sus brazos. (Reuters/Vincent West)
Riquelme quiere tener otra vez la Libertadores en sus brazos. (Reuters/Vincent West)

Un Fluminense novato en finales

Riquelme ejerce ahora otro tipo de liderazgo desde el palco, un trasvase siempre complicado si se llega procedente del césped. Si quieren ejemplos argentinos, revisen qué le ocurrió a Daniel Passarrella, histórico ídolo de River Plate y persona non grata desde que el equipo bajó a Segunda por primera vez en su historia.

Fluminense apela a su condición de anfitrión en Río de Janeiro para conseguir la primera Libertadores de su historia. En 2008, disputaron su única final hasta la fecha, cuando fueron derrotados por la Liga de Quito de Edgardo Bauza en penaltis. La derrota fue un trauma, pero el deporte da la opción de la revancha (casi) siempre.

placeholder Marcelo sueña con añadir la Libertadores a su palmarés. (Reuters/Marcelo del Pozo)
Marcelo sueña con añadir la Libertadores a su palmarés. (Reuters/Marcelo del Pozo)

El silencio en Maracaná

La sensación de las primeras veces es inexplicable. Es, precisamente, a la condición de primerizo y novato en esos terrenos a lo que se aferra Fluminense para arrebatarle el título a Boca. Jugar en casa, ante su público, es un arma de doble filo. Pregunten en Río por el Maracanazo y obtendrán respuesta. Gigghia lo resumió con suma contundencia: "Solo tres personas fuimos capaces de silenciar Maracaná: el Papa, Frank Sinatra y yo".

Marcelo, ídolo del club que ha vuelto para levantar el título, también sabe lo que es vivir una tragedia, porque estuvo presente en el Brasil 1-7 Alemania del Mundial 2014. Su objetivo es transmitir la sabiduría que proporciona haber disputado tantas finales con el Madrid. Y que Maracaná no se quede en silencio tras el partido, más bien que haya una explosión de alegría. Ya no viven ni Juan Pablo II, ni Sinatra ni Gigghia. Pero seguro que alguien de Boca quiere unirse a esa lista de futbolistas que han dejado mudo a uno de los templos del fútbol.

Han pasado solo cinco años, pero hay heridas que nunca cicatrizan. Porque el dolor sigue presente por mucho que transcurra el tiempo, aunque haya nuevos éxitos que tapen los antiguos fracasos. Hablar del Santiago Bernabéu es para el Boca sentir de nuevo una puñalada en el corazón. A Argentina le robaron la fiesta del fútbol unos energúmenos que se autodefinían aficionados. Y a los xeneizes el título soñado: ganarle una Libertadores al eterno rival. El trofeo viajó a Buenos Aires, pero al Monumental y no a La Bombonera.

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