El Tigre, el futbolista ignorado por la historia que destrozó los registros goleadores de Pelé

Actualmente, vivimos en los tiempos de la estadística. No podemos entender el deporte -y mucho menos el fútbol- sin esa enorme cantidad de datos que nos ofrecen diferentes ángulos para interpretar lo que hemos visto con nuestros ojos: porcentajes de posesión, disparos a porterías, mapas de calor, probabilidades de anotar... Sin embargo, hubo un tiempo en el que los números ni tan siquiera tenían importancia y que ahora, puestos en perspectiva, destrozan la historia.

Uno de los datos que siempre más han llamado la atención tiene que ver con la principal salsa del futbol: los goles. Hace no demasiado tiempo, en la Liga, la batalla a brazo partido entre Cristiano Ronaldo y Leo Messi hacía correr ríos de tinta casi a diario. Y muchos otros jugadores han escrito su historia gracias a sus estadísticas anotadoras: futbolistas como Maradona, Pelé, Di Stéfano o Cruyff, entre muchos otros, eran, además de grandes jugadores, killers de enorme prestigio.

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De hecho, es Pelé uno de los primeros que cambió el fútbol como lo conocemos. No solo por su manera de jugar, sino por tener el honor de ser el futbolista con más goles anotados en la historia del deporte rey. Los datos dicen que O Rey llegó a firmar 1.284 tantos a lo largo de su carrera y que nadie ha conseguido hacerle sombra. Sin embargo, un desconocido futbolista no solo podría haber firmado mejores registros que Pelé, sino que incluso pudo ser su inspiración.

Arthur Friedenreich fue un futbolista brasileño que se convirtió en una de las primeras grandes figuras del deporte de su país. Hijo de un emigrante alemán y de madre brasileña -hija de esclavos liberados-, su vida no fue demasiado sencilla. Y, por si fuera poco, el color de su piel negra también se convirtió en un impedimento, incluso en el fútbol. Y es que en los primeros años del siglo XX, el balompié era un deporte de blancos, donde el resto de razas no eran bien vistas.

A pesar de ello, pronto Friedenreich demostró que era un jugador diferente. El Tigre, como era apodado, no solo era un goleador pocas veces visto, sino que tenía un estilo que se desmarcaba de lo normal. Por entonces, el deporte rey destacaba por lo táctico sobre lo técnico, algo que el delantero brasileño derribó de un plumazo: regateador, alegre, imaginativo e imparable con el balón, fue el impulsor de una corriente que se mantiene a día de hoy. ¿Les suena el jogo bonito?

Pero esas filigranas no se quedaban en florituras etéreas, sino que eran la manera de Friedenreich de superar rivales. Y la portería era el gran objetivo. Jugó su primer partido en 1909 y logró ser el máximo goleador del Campeonato Paulista hasta en nueve ocasiones. Su capacidad anotadora era tal que sus números asustan... eso sí, en una época donde los registros no eran demasiado fiables. Pero la cifra aceptada por todos es brutal: marcó un total de 1.329 goles en 1.239 partidos.

Una leyenda sin nombre

Pasó por numerosos equipos, entre los que destacan Flamengo, Internacional de Portoalegre, Santos, Sao Paulo o Flamengo. Aunque los datos y los números exactos son difíciles de corroborar, la IFFHS le reconoce 354 goles en 323 partidos oficiales -a Pelé le da 541-, lo que le otorga un porcentaje anotador de 1,11 goles por partido, siendo uno de los cinco mejores goleadores de todos los tiempos. Y, por si fuera poco, pronto se convirtió en una figura con su selección.

Con Brasil fue capaz de ganar dos veces la Copa América, además de los siete Campeonatos Paulistas que levantó con sus diferentes clubes. Eso sí, muchos partidos y muchos goles quedaron en el olvido, solo contabilizados por sus diarios y las crónicas de la época. Sin embargo, la falta de datos y estadísticas oficiales no permiten saber cuánto de verdad hay en ello, si no es menos cierto que todos los que le vieron jugar aseguran que nunca existió un goleador como él.

El Tigre era un delantero sin igual, pero la historia no le guardó el sitio que merecía por sus méritos deportivos. Por sus números, Arthur Friedenreich sería el máximo goleador de todos los tiempos, algo que nadie ha conseguido superar hasta la fecha. Sus 1.329 tantos como futbolista le confieren un récord que nunca nadie ha logrado igualar hasta la fecha... a pesar de que su nombre y su leyenda se perdieran para siempre en el olvido. El primer gran futbolista de todos los tiempos.