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La liberación de Luis Rubiales: de perder apoyos a sacar pecho con la marca España
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El presidente se quita kilos de presión

La liberación de Luis Rubiales: de perder apoyos a sacar pecho con la marca España

Luis Rubiales saca músculo después de haber pasado días difíciles, en los que han aparecido las dudas y en el ambiente existía la sensación de fracaso

Foto: Luis Enrique y Luis Rubiales, antes de empezar un partido en La Cartuja. (EFE)
Luis Enrique y Luis Rubiales, antes de empezar un partido en La Cartuja. (EFE)

Han sido días de tensión, preocupación y malestar en la concentración de la Selección española que concluyen con el logro del primer objetivo marcado. La clasificación en la fase de grupos, con la goleada contra Eslovaquia, sirve para recuperar la moral y afrontar el partido de octavos de final contra Croacia con más confianza. Luis Enrique y los futbolistas, también los distintos empleados que forman el grupo de trabajo, reconocen estar aliviados. Más arriba, al presidente de la Federación el pase le sirve para quitarse kilos de presión. Probablemente, el que peor lo ha pasado en las últimas semanas es Luis Rubiales.

“Nosotros podemos ganar a cualquiera”, es el mensaje que trasladó Rubiales tras la goleada a Eslovaquia. Se vino arriba el presidente, sacó pecho y lo hizo porque es el primero que necesita que se ponga en valor el proyecto deportivo que maneja y tiene que servir para ganar en el campo y en los despachos. Luis Rubiales se juega el crédito con su ilimitada confianza en Luis Enrique y en la gestión económica. Van de la mano. Si entra el balón, si se gana, repercute en dinero y credibilidad.

Foto: El seleccionador español celebra uno de los goles. (Reuters)

Lo que consigue España en términos de dinero, con el pase a los octavos de final, es una cantidad de 4,5 millones de euros. Ya tenía 10 millones de euros asegurados por su participación. Pero hay que seguir haciendo caja y en el encuentro contra Croacia hay en juego otros 3,2 millones de euros solo por la clasificación. Luego se puede sumar el millón de euros por la victoria o los 750.000 euros por el empate. El dinero es oxígeno, aunque lo que verdaderamente da aire en la Federación es poder seguir defendiendo que el proyecto deportivo es competitivo y hay un líder (Luis Enrique) que ofrece garantías y con el que hay que asociarse.

Un trato injusto

Ha pasado lo peor. Pero el presidente de la Federación ha sentido que le han dado la espalda, un trato injusto y con pocos apoyos cuando la situación era crítica. Por este motivo, fue el que lanzó un mensaje más contundente y reivindicativo tras el triunfo contra Eslovaquia y fortaleció su apuesta en el seleccionador. “Luis Enrique es el gran líder y se quedará aquí todo el tiempo que quiera. Tengo plena confianza en él porque es un técnico 'top', con un currículum que pocos entrenadores tienen”, dice Rubiales. Estaba obligado a decir esto para enviar un mensaje de confianza y fuerza. No a Luis Enrique, que realmente no lo necesita porque él mismo va sobrado de autoestima, sino más dirigido a esos patrocinadores que apuestan por la marca España.

Luis Rubiales saca músculo después de haber pasado días difíciles, en los que han aparecido las dudas y en el ambiente existía la sensación de fracaso. El 9 de junio, no dudó en manifestar su decepción con TVE por cambiar el partido amistoso contra Lituania y llevarlo a otro canal. “Esto va para los de arriba. Por primera vez en la historia han tomado la decisión de, teniendo un partido programado en el primer canal, pasarlo a otro. Hoy necesitábamos más apoyos que nunca. Si quiere respetar a los jugadores, a la Selección y la Federación, este no es el camino. Ojalá traten con más respeto y más cariño a la Selección de todos los españoles. Sobre todo en momentos de debilidad”, fue la intervención de un presidente afectado y preocupado por un posible brote de coronavirus y tener que jugar con la Sub-21.

placeholder Luis Rubiales, con Luis Enrique y José Francisco Molina, director deportivo de la Federación. (EFE)
Luis Rubiales, con Luis Enrique y José Francisco Molina, director deportivo de la Federación. (EFE)

El ambiente que rodeaba a la Selección cogió un tono de negatividad y fue en aumento con el follón de las vacunas, los empates contra Suecia y Polonia, los pitos a Morata, las quejas por el mal estado del césped de La Cartuja, el debate de la continuidad de Luis Enrique y lo que no se podía imaginar: que la Selección no enganchara a los aficionados y en Sevilla hubiera tan poca pasión. El efecto que tiene la goleada a Eslovaquia es una liberación para un presidente que estaba intranquilo.

Los patrocinadores

Luis Rubiales es el más eufórico con el pase a octavos, aunque por su lenguaje gestual dé la sensación de estar calmado. Cuando dice “nosotros podemos ganar a cualquiera”, lo que pretende es recuperar la ilusión y dar fuerza a un proyecto que había incorporado nuevos patrocinadores (Cabreiroá, Plátano de Canarias y Galletas Príncipe), y que otros que están cerca de finalizar contrato (como SEAT) puedan valorar que la Selección es un buen escaparate. Lo quiere demostrar Rubiales con su apoyo incondicional a un seleccionador que tiene un fuerte tirón mediático y comparece públicamente con la firma de ropa El Ganso. Luis Enrique y Luis Rubiales van en el mismo barco, a pesar de que el asturiano pida un poco de moderación con las manifestaciones tras ganar a Eslovaquia y diga que “el halago, debilita”.

Ahora viene lo difícil en la Eurocopa, la ronda de las eliminatorias, pero Luis Rubiales se ha quitado de encima la sensación de fracaso que podía suponer una eliminación y las pérdidas económicas. El trabajo no es fácil en la Federación para encontrar ingresos en una época en que resulta complicado que las empresas gasten dinero por la crisis económica que provoca la pandemia. La incertidumbre del escenario perjudica, y lo fundamental es la estabilidad de un proyecto que tiene que ir a más con el liderazgo de Luis Enrique hasta el Mundial de Qatar de 2022. Hay que evitar cerrar otro año con pérdidas. En 2020, fueron de cuatro millones de euros.

La figura del competitivo Luis Enrique es clave para Luis Rubiales. “Yo estoy como en mi casa y me siento respaldado por el presidente y el director deportivo [José Francisco Molina]. No nos rendimos y seguro que a los rivales no les hace gracia enfrentarse a España”, es la postura de Luis Enrique en una concentración que tiene un ambiente donde se respira alivio y encuentran un momento para el descanso. La España irreconocible por la ausencia de estrellas, que no engancha a los aficionados, criticada por Rafael van der Vaart y a la que le falta renombre sigue adelante, y es lo que celebra el tándem Luis Rubiales-Luis Enrique. Porque si entra la pelotita, es la mejor manera de ganarse el prestigio y que lleguen los ingresos de la UEFA y los patrocinadores que apuesten por la marca España.

Han sido días de tensión, preocupación y malestar en la concentración de la Selección española que concluyen con el logro del primer objetivo marcado. La clasificación en la fase de grupos, con la goleada contra Eslovaquia, sirve para recuperar la moral y afrontar el partido de octavos de final contra Croacia con más confianza. Luis Enrique y los futbolistas, también los distintos empleados que forman el grupo de trabajo, reconocen estar aliviados. Más arriba, al presidente de la Federación el pase le sirve para quitarse kilos de presión. Probablemente, el que peor lo ha pasado en las últimas semanas es Luis Rubiales.

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