El gran Barça de Guardiola se hunde en la Historia con Messi mirando impasible

Triste y melancólica. Así es la estampa que deja el Barcelona en estos últimos coletazos de la primera y, seguro, única temporada de Gerardo Martino al frente del equipo. A punto de cumplirse seis años del punto de inflexión que puso al Barça en el cielo del fútbol mundial, todo aquello se ha desmoronado. Desbordado por los acontecimientos como Bartra por Bale en el gol de la derrota en la final de Copa de este miércoles en Valencia.

Lo evidencian tres partidos lamentables en siete días, que echan por tierra los tres títulos más importantes. Y para colmo, la mayor preocupación para club y afición culé es contemplar al ‘Messias’ deambulando, impasible, mientras la nave se hunde con él dentro. Ahora todo es posible en el Camp Nou, incluso, que Leo salte en el último momento por la borda para salvar su pellejo en otro club.

Pep Guardiola cambió en 2008 el rumbo errático que el Barça esplendoroso anterior, el de Rijkaard, había tomado. En las juergas de Ronaldinho, Deco y compañía se perdió la competitividad de un gran equipo. El técnico de Santpedor revolucionó entonces la entidad de arriba abajo, empezando por una limpia considerable en el vestuario. Comenzó así la mejor etapa de la historia del Barça: 14 títulos en cuatro años (2 Champions, 3 Ligas, 2 Copas del Rey, 2 Mundiales de Clubes, 2 Supercopas de Europa y 3 Supercopa de España).

En 2012, Guardiola dejó el equipo, atisbando que para seguir creciendo, ese grupo de jugadores necesitaba una serie de retoques mucho más profundos de los que club y masa social estaban preparados para entender. El tiempo le ha dado la razón.

Era imprevisible una debacle así

Su mano derecha, Tito Vilanova, siguió con entereza el guion anterior hasta donde la enfermedad le dejó, consiguiendo una Liga de números otra vez espectaculares pero cayendo con estrépito en la Champions con el Bayern. Hasta ahí, las estrellas no estaban cuestionadas. Se hablada de los años que estaban cumpliendo algunos de los estandartes, Xavi y Puyol, sobre todo. Pero hasta hace incluso pocos meses, nadie estaba preparado para contemplar lo que con Martino, solución de urgencia en el mercado de verano, ha sucedido. La pérdida de ambición y competitividad del Barça.

Ya es innegable, y no se pueden poner más vendas a la herida. Con la Liga de Tito y la Supercopa ganada por el Tata (empatando ambos duelos, cabe recordarlo), son 16 los títulos ganados desde 2008. La temporada anterior a la llegada de Pep fue la última en la que el Barça se fue de vacío. Este año, todavía podría caer la Liga, matemáticamente así es. Pero las sensaciones son tan lejanas a las vistas en los tiempos de vino y rosas que parece una quimera que en estos cinco partidos el Barça acabe por delante de Atlético y Real Madrid.

La tristeza más profunda es no encontrar consuelo ni viendo jugar a Messi

Martino saldrá por la puerta de atrás. La FIFA deberá decidir si le otorga la cautelar al club azulgrana en la sanción de un año sin poder fichar que le impuso hace dos semanas. Si no es así, será difícil regenerar este verano una herida cuya infección crece por momentos, y que lo que realmente necesita es que le dé el aire y que llegue savia nueva para reconstruirlo todo.

El gran Barça, el de Guardiola, se hunde irremediablemente en el mar en cuyo fondo descansan los pecios de otros grandes transatlánticos que marcaron una época. Desde el Milan de Sacchi al Madrid de la Quinta o el de Di Stéfano, pasando por el Ajax de Cruyff o el Bayern de los 70. Todos empezaron a morir algún día, mucho tiempo antes de que los propios protagonistas se dieran cuenta.

En el primer instante dondeeste Barça perdió un balón y no salieron todos en bloque a recuperarlo, comenzó su debacle. Este abril de 2014, el famoso ‘entorno’ culé asume que toca volver a empezar. El vacío mayor es no saber ni por dónde hacerlo. Y la tristeza más profunda es no encontrar consuelo ni viendo jugar a Messi, este miércoles, de nuevo, un fantasma paseando por Mestalla. Y sólo tiene 26 años.