Donnarumma siembra el terror bajo palos en el PSG: el Barça no perdonó su desastre

El Barça conquistó París de la manera más pragmática posible (2-3). El equipo de Xavi Hernández fue creciendo durante el encuentro hasta asestar el primer gol, obra de Raphinha, y ser superior a los parisinos en el Parque de Los Príncipes con la pelota y sin ella. Tras el descanso, el equipo de Luis Enrique reaccionó y remontó en dos minutos con goles de Dembélé y Vitinha, pero el Barça, que no se deshizo, aprovechó su momento para volver a meterse en el partido y se llevó el triunfo.

Los azulgranas enterraron sus fantasmas europeos, aquellos que le arrastraban al pozo cuando las cosas se torcían y acabaron cosechando una victoria gracias a Raphinha y Christensen. El PSG tuvo una noche fantasmagórica, donde Luis Enrique falló gravemente en el plan de partido, con un Marco Asensio desaparecido en combate que fue sustituido al descanso y una presión pospérdida descoordinada que partió a su equipo.

Sin noticias de Kylian Mbappé en el frente de ataque marcado por un gran Jules Koundé y con un Dembélé capaz de lo mejor y de lo peor, la falta de contundencia en el área rival también se tradujo en la propia. Durante casi todos los goles azulgranas se repitió la misma situación. El portero del PSG, Gianluigi Donnarumma, cometió fallos impropios de un guardameta de primer nivel y sirvió en bandeja de plata varias dianas a los culés.

El italiano tuvo una noche negra

El conjunto azulgrana, que fue de menos a más, se adelantó en el marcador gracias a un gol de Raphinha. Lamine Yamal trató de conectar con Robert Lewandowski, pero el polaco no llegó. El despeje de Donnarumma, al medio y sin tensión, cayó en los pies de Raphinha, el MVP del partido, y el brasileño no perdonó a puerta vacía. Un regalo que el italiano repetiría más adelante entre varios infartos al entregar a los jugadores del Barça pases en salida de balón.

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Albert Ortega. Barcelona

No fue el único error grave de un portero que tembló en cada disparo desde la frontal, por tibio que fuese. La sensación de nerviosismo y falta de seguridad constante se transmitió a su defensa, que tuvo muchos problemas para controlar a Lewandowski, Raphinha y Yamal durante todo el encuentro. Donnarumma no pudo detener el 2-2 de Raphinha tras un gran pase de Pedri e hizo vista, pero más grave fue lo del 2-3 final.

Remató solo en el área pequeña

El italiano, con una altura de 1,96 metros, dejó que Christensen rematase absolutamente solo en el área pequeña para anotar de cabeza del 2-3 a favor del Barça. Acto seguido, las cámaras enfocaron la cara de Luis Enrique. El entrenador del PSG y exseleccionador español no podía ocultar su indignación con la negación de la cabeza ante la atónita mirada de los aficionados.

Sin embargo, Luis Enrique no quiso señalar públicamente ni a Gianluiggi Donnarumma ni tampoco a un triste Mbappé. "Estábamos dominando y concedimos los goles, eso cambió el partido", contestó el técnico en rueda de prensa. Preguntado sobre la actuación individual de Mbappé o Donnarumma, el asturiano no quiso incidir en el rendimiento de ningún futbolista en concreto.

Hace dos años, el italiano fue señalado como uno grandes culpables de la eliminación del PSG a manos del Real Madrid en la Champions League. Karim Benzema le arrebató la pelota a Donnarumma, que estuvo muy lento en la salida de balón, y el francés marcó el tanto que encendió la llama de la victoria para los blancos.