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El Atlético le roba los galones a un 'fantasma' que llegó a meterle miedo
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PASA A CUARTOS TRAS HUNDIR AL MILAN (4-1)

El Atlético le roba los galones a un 'fantasma' que llegó a meterle miedo

El Atlético de Madrid está en cuartos de final de la Champions 17 años después. Consiguió un marcador contundente ante un rival de renombre como el Milan

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El Atlético de Madrid está en cuartos de final de la Liga de Campeones 17 años después. Consiguió un marcador contundente ante un rival de renombre, lo que seguro atemoriza a algunos futuros rivales, pero no sería justo analizar el choque sin destacar que antes de la alegría desbordada, de un público entregado que hacía la ola a sus jugadores, hubo una fase de miedo. Miedo real. Todo acabó en un simple susto, superado con contundencia y saber hacer por un equipo que acabó hundiendo aún más a su adversario en la crisis que atraviesa y, de paso, le robó los galones de equipo fuerte y temible. Dos victorias (0-1 y 4-1) que entran en la historia del club por su innegable grandeza(Vea las mejores imágenes de la jornada de Champions).

El guion previsto no pudo empezar mejor. A los cuatro minutos, Diego Costa llevaba el júbilo a las entusiasmadas gradas de un Calderón a rebosar tras conectar en el segundo palo, y con una acrobática volea, una gran asistencia de Koke desde la parte derecha de la frontal del área del Milan. La jugada se inició en una inocente pérdida de balón en la banda de Essien. Gabi es a día de hoy mejor futbolista que el experimentado ghanés, igual que Costa es mayor referencia mundial que todo un Balón de Oro como Kaká, o que los zagueros rojiblancos son muy superiores en prestaciones a la defensa de todo un Milan.

Pero eso son juicios para análisis reposados, entre un partido y otro. Cuando el balón rueda, y más si este lleva las estrellas de la Champions, el movimiento hay que demostrarlo andando. Y es ahí donde aparecen los jugadores fuertes, los equipos fuertes, los proyectos fuertes. El Atlético del Cholo tiene una fortaleza fresca, actual, basada en el hambre por superarse día a día, mientras se encuentra embarcado en superar sus limitaciones y saber realmente cuál es su techo.

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El camino que recorren hacia el cielo futbolístico los colchoneros es el que hace, en sentido contrario, el conjunto rossonero. Una imagen melancólica de lo que un día fue, ahora a años luz, el mejor equipo del continente. Siete veces lo constató llevándose la Champions, y muchas otras mantuvo el miedo en el cuerpo a cualquier equipo del mundo. Ahora eso queda muy lejos. Como el Balón de Oro de Kaká o la jerarquía en el campo de un Seedorf que intenta imponerla desde el banquillo.

El problema viene cuando en un partido de fútbol se pone en juego todo eso, trastocando el factor humano del juego, la esencia indomable y razón del éxito del deporte más universal. Por suerte, los videojuegos jamás suplantarán la realidad. En esa realidad, la que se vivió tras el gol inicial de Costa, el Atleti tuvo miedo. Mucho. La grada también. Mucho. Los sueños conllevan responsabilidad una vez que se ven cerca de cumplirse, y cerca estuvo el Milan, equipo fantasmagórico, de renacer de las cenizas de su propia grandeza para convertir en pesadilla lo que siguecamino de ser de ensueño para los atléticos.

Cuando se rozaba el 1-2, llegó el 2-1

Los de Simeone empezaron a recular, nada nuevo bajo el sol en un conjunto acostumbrado a dormir así los partidos a la espera de la certera contra que les cierre el marcador. Pero a los 25 minutos, la cosa empezaba a tener otra pinta muy distinta. El Milan le había encontrado las cosquillas al sistema defensivo local. Con los laterales muy avanzados y Balotelli y Kaká eternamente descolgados en ataque, Miranda, Godín y, sobre todo, Juanfran y Filipe Luis andaban perdidos sin referencia a quien marcar y dejando huecos en las esquinas del área. Al primer susto de los italianos siguió el empate a uno obra de Kaká, cabeceando en el segundo palo un centro de Poli que tras dar en un defensa hizo a todo el Calderón ser consciente de que sí, lo que sentían ellos y sus jugadores era miedo.

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Silencio total en unos minutos donde Mario Suárez encadenó pérdidas de balón, Costa estaba muy vigilado y De Jong y Essien tomaron el timón del partido. El miedo casi se convierte en terror cuando Kaká, de nuevo de cabeza, remató rozando el larguero de Courtois. Un gol que habría supuesto un durísimo mazazo en ese sector de la eliminatoria, donde se habría puesto en ventaja el Milan. Habría sido una prueba de fuego de gran envergadura para el Atlético.

Sin embargo, como el niño que da la luz en plena noche para demostrarse que no hay ningún fantasma debajo de la cama, llegó el 2-1 cuando menos se esperaba. Se acercaba el descanso, y los rojiblancos mantenían de forma automática sus funciones ofensivas, sin saber muy bien cómo sacudirse el escudo de un grande de Europa que le agobiaba con sólo mirarlo. Y así, pisaron área por primera vez desde el empate, el balón salió rechazado, Koke lo templó en busca de Raúl García, que en el balcón del área se lo bajó a Arda Turan con el pecho. El disparo del turco se envenenó tras tocar en Rami y se convirtió en el 2-1, un despertador que hizo recuperar la voz al Vicente Calderón.

El empujón psicológico fue más que evidente, y de hecho a continuación casi llega el 3-1 con una espectacular chilena de Raúl García. Se llegó al descanso entre resoplidos de alivio tras haber pasado unos malos veinte minutos que difícilmente se podrán olvidar.

Costa y Raúl García, los ídolos

Seedorf quitó a Taarabty metió a Robinho, otra sombra de lo que un día apuntó a estrella mundial pero cuya calidad no se podrá negar jamás. Con más gente descolgada en busca del empate que defendiendo las galopadas de Costa, el partido se convirtió en algo incierto. Por momentos volvieron a asomar los temores al fantasma rossonero, este martes de dorado y negro. Si no se temió más, fue porque el marcador servía aún de bálsamo a los malos augurios. Necesitaban dos goles los transalpinos y el Atleti podía sentenciar en cuanto anduvieran precisos sus hombres de ataque en un contragolpe.

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Lo bueno es que en esa ida y vuelta con el viento a favor, el jugador número doce, el público del Manzanares, no se volvió a desconectar como en la primera parte. Y entre el bullicio llegó el esperado 3-1, obra de Raúl García de espectacular cabezazo tras el saque de una falta. Faltaban 20 minutos, y nada más marcar su decimoquinto gol de la temporada, segundo en Champions, fue sustituido. La cerrada ovación que le brindó su afición fue para enmarcar, el día que el navarro se convirtió en el jugador con más partidos en Copa de Europa de la historia del club, igualandoa Luis Aragonés.

Entró por él José Sosa y poco después Arda dejó su lugar al Cebolla Rodríguez y Koke a Diego. Los minutos que restaron presenciaron el cuarto tanto local, obra de Costa de tiro cruzado. Se empiezan a acaba los adjetivos positivos para definir al hispano-brasileño.En esos momentos finales, los locales gozaban, mientras que el Milan asumía su tremendo fracaso (estando en mitad de la tabla en el Calcio, ya no le queda nada por lo que pelear esta temporada), acercándose más al infierno futbolístico que al cielo que tantas veces frecuentó.

Se ahogó en el río Manzanares, en una noche donde, antes de morir a manos de la relevación europea, consiguió hacer que temblaseel solemne proyecto de Simeone. Fue un susto y nada más. El Atlético sigue adelante en la Champions, superando por primera vez una eliminatoria desde que la Copa de Europa dejó paso al formato moderno. Luce galones entre los ocho mejores del continente, ganados a pulso venciendo también a sus propios miedos. ¿Dónde está el techo? Esa es la cuestión…

- Ficha técnica:

4 - Atlético de Madrid: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Arda (Cristian Rodríguez, m. 78), Gabi, Mario, Koke (Diego Ribas, m. 82); Raúl García (Sosa, m. 72) y Diego Costa.

1 - Milan: Abbiati; Abate, Rami, Bonera, Emanuelson; Essien (Pazzini, m. 69), De Jong (Muntari, m. 79); Poli, Kaká, Taarabt (Robinho, m. 46); y Balotelli

Goles: 1-0, m. 3: Diego Costa remata de forma acrobática un pase fenomenal de Koke. 1-1, m. 27: Kaká cabecea un centro desde la banda derecha. 2-1, m. 40: Arda Turan, con un tiro desde fuera del área desviado al tocar en Rami. 3-1, m. 70: Raúl García cabecea una falta lanzada por Gabi. 4-1, m. 86: Diego Costa culmina una jugada individual con un tiro cruzado.

Árbitro: Mark Clattenburg (Inglaterra). Amonestó al local Raúl García (m. 4) y a los visitantes Rami (m. 7), Balotelli (m. 47+) y Bonera (m. 70).

Incidencias: partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 53.000 espectadores. Ambos equipos lucieron brazaletes negros en memoria de las víctimas del atentado del 11 de marzo de 2004 en Madrid.

El Atlético de Madrid está en cuartos de final de la Liga de Campeones 17 años después. Consiguió un marcador contundente ante un rival de renombre, lo que seguro atemoriza a algunos futuros rivales, pero no sería justo analizar el choque sin destacar que antes de la alegría desbordada, de un público entregado que hacía la ola a sus jugadores, hubo una fase de miedo. Miedo real. Todo acabó en un simple susto, superado con contundencia y saber hacer por un equipo que acabó hundiendo aún más a su adversario en la crisis que atraviesa y, de paso, le robó los galones de equipo fuerte y temible. Dos victorias (0-1 y 4-1) que entran en la historia del club por su innegable grandeza(Vea las mejores imágenes de la jornada de Champions).

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