Los nervios en el Real Madrid por la dinámica perdedora del Castilla menos raulista

Raúl González Blanco ha vivido momentos bonitos y espectaculares en los cinco años que lleva como entrenador en las categorías inferiores del Real Madrid. El más destacado fue en agosto de 2020 cuando ganó la Youth League al Benfica, la única que tiene el club en sus vitrinas. La temporada pasada rozó el ascenso a la Segunda división. Hoy pasa por uno difícil, con nervios en el Real Madrid, que empieza a ser angustioso por el bache que sufre el Castilla. El equipo está cerca de las posiciones del descenso.

"Esto va de marcar goles y no de regalarlos" es la conclusión que transmitió Raúl tras la última derrota del Castilla, contra el Castellón, en el estadio Alfredo Di Stéfano. Deja al equipo en una situación con poco margen de error. Raúl, de jugador, si detectaba el peligro tenía un afinadísimo instinto devorador. De entrenador, con una plantilla joven e inexperta, depende del acierto y la eficacia del grupo. La solución la tiene clara, no es nada sencilla y hay que mejorar: "Nos falta contundencia".

Hace un año, el Castilla era la revelación de la Primera Federación con una dinámica ganadora y un estilo agresivo y certero. Se veían bien las señas de identidad del competitivo Raúl: raza, intensidad y contundencia. El equipo cogió una racha imparable que le llevó a disputar los playoffs de ascenso, eliminando al filial del Barcelona, acompañado de la épica, muy propio de la personalidad de Raúl. Estaba con pie y medio en la Segunda división, a punto de entrar de nuevo en el fútbol profesional, y murió en la orilla. En Elda llegó a ir dos veces por delante en el marcador, se fue a la prórroga y el empate a tres echó abajo el objetivo. No hubo penaltis. La norma de la Federación benefició al Eldense, mejor clasificado en la Liga regular.

El Castilla de Raúl tocó con las manos un ascenso a la categoría de plata del fútbol español que tanto persigue el club desde 2012, último año que logró el objetivo. Un año después, el filial del Real Madrid está compitiendo por evitar el descenso en una temporada irregular.

Tiene un margen de cuatro puntos de diferencia por encima de los 31 puntos que marca el Linares para evitar el descalabro y tan solo quedan ocho jornadas. Bajan cinco equipos de cada grupo. El Castilla está en el segundo de Primera Federación y todo está abierto al peligro si no se pone remedio a la falta de contundencia en la fase decisiva. Aparecen los nervios, se juntan con las dudas y la inquietud de la presión que tienen que gestionar Raúl y sus chicos en la recta final de la temporada. El partido del domingo en casa del Atlético Baleares (penúltimo) es la primera final para empezar a frenar la caída.

Una plantilla debilitada

El Castilla es un equipo blando en las áreas y los errores se están repitiendo con frecuencia en una temporada llena de vaivenes. El año 2024 empezó mal, con demasiadas derrotas, algún empate y un juego gris. La desconfianza golpeó a los jugadores y se llegó a un punto de máxima preocupación con la derrota en Algeciras (3-0), en un partido donde ofreció una imagen triste. Se puso a cuatro puntos del descenso. Raúl consiguió una reacción, salir del bache, pero un mes y medio después se vuelve a la misma situación de peligro y con menos partidos.

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Hay preocupación en el club con la posibilidad de caer en el descenso, pero si en algo se cree es en la rebeldía de Raúl para darle energía y carácter a una plantilla muy joven. El Castilla se debilitó esta temporada con la salida de jugadores competitivos y desequilibrantes (Sergio Arribas, Rafa Marín, Carlos Dotor, Álvaro Martín, Pablo Ramón y Peter Federico en el mes de enero al Valencia). Los chicos que han subido del juvenil y los que están siguen en un proceso de formación que, como dice Raúl, no les da para una categoría exigente como la Primera Federación.

El foco en el club está en que Raúl dé con la tecla para salvar al Castilla. No se duda del trabajo y el compromiso de un profesional que se define como un hombre de la casa y que esta temporada tuvo ofertas del Unión Berlín y el Villarreal. Se quedó en el Castilla para cumplir con el proyecto de formación de los canteranos, pero la temporada está siendo un quebradero de cabeza.

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Cuando finalice llegará el momento de hacer balance, sentarse a hablar con el club y ver qué proyecto es mejor para Raúl. Su objetivo sigue siendo entrenar al Real Madrid. Espera su oportunidad con paciencia y dentro del club, que es una buena estrategia para estar posicionado en el momento que se le necesite. Pero no es sencillo. Ancelotti renovó hasta 2026, hay más candidatos, se elogia el trabajo que está haciendo Xabi Alonso en el Bayer Leverkusen y todo esto rodea de incógnitas un futuro que puede estar fuera del club para seguir progresando en los banquillos.