Joao Félix no levanta cabeza tampoco en el Barcelona y va en picado a un nuevo porrazo

Algo está haciendo mal Joao Félix para que los entrenadores no confíen totalmente en su talento. Los ha tenido de diferentes perfiles. Desde Simeone, al que hizo frente con desplantes públicos y criticó su estilo conservador, hasta Xavi, una propuesta ofensiva y un carácter más dialogante. Cinco meses después de llegar al Barcelona, tras un mercado de verano en el que tensó su situación y desafió al club rojiblanco negándose a aceptar una oferta mejor del Aston Villa, su rendimiento ha ido de más a menos hasta caer lesionado. Sufre un esguince en el ligamento lateral externo del tobillo derecho y el Barça no da detalles del tiempo de baja.

El porrazo de Joao Félix en el último año es colosal. Tras el Mundial de Qatar le echó un pulso a Simeone y se salió con la suya de irse cedido al Chelsea. En el club inglés tuvo dos entrenadores en solo media temporada: Graham Potter y Frank Lampard. Con el primero se sintió identificado y el segundo le puso la cruz por su rendimiento irregular. En Inglaterra no se reivindicó, señalado también en la eliminación del Chelsea en la Champions contra el Real Madrid. Mauricio Pochettino se hizo cargo del Chelsea y no contó con él para su proyecto.

La carrera de Joao Félix va de mal en peor. Incapaz de hacerse con el puesto de titular en el Barcelona, con el riesgo de acabar una temporada sin títulos y que le devuelvan al Atlético de Madrid. Su apuesta por jugar en el Barça se puede ir al traste con la llegada de un nuevo entrenador y la necesidad del club de contener el gasto si no se cumple el objetivo de ser, al menos, segundos en la Liga para poder jugar la Supercopa y pasar la eliminatoria de la Champions contra el Nápoles.

El panorama para el portugués no es mejor con la salida de Xavi. Si cada vez jugaba menos, siendo suplente en los dos partidos de la Supercopa y titular en los de Copa contra el Barbastro y el Unionistas de Salamanca, lo que le queda a Xavi en el banquillo puede ir a peor. El luso no está entre los mejores valorados por un entrenador que ha perdido la paciencia y no era partidario de su incorporación. Le considera un futbolista irregular, más un revulsivo que un jugador para empezar el partido. Xavi confía más en Lamine Yamal, Ferran Torres y Lewandowski.

La lesión en el tobillo es un enorme contratiempo. Sufre un parón, deja de ser un jugador de rendimiento inmediato, genera dudas en el club y decepción en una afición a la que no consigue enamorar. Se tiene que agarrar a la relación de complicidad que tiene Jorge Mendes, su agente, con Laporta. Pero el presidente comprueba que el portugués no levanta entusiasmo en la masa social. Más bien frialdad. Joao Félix necesita que el Barça se plantee la posibilidad de la continuidad y el escenario empieza a ser desfavorable para sus intereses. Buscar una fórmula para hacer frente a su fichaje es un quebradero de cabeza para Deco.

Esta opción está más difícil con el Barcelona lejos de competir por la Liga y un escenario que sería devastador en lo deportivo y económico si no se logran títulos. Que el entrenador elegido no estuviera plenamente convencido de la necesidad de seguir contando con él, complicaría más su deseo de quedarse en el Barcelona.

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Joao Félix está cedido al Barcelona sin opción de compra y tuvo que rebajarse el sueldo para encajar en los parámetros del control del juego limpio. Su ficha y cómo se paga no está claro, pero el jugador puso todo de su parte para salir del Atleti. Tuvo que ampliar el contrato con el club rojiblanco hasta 2029 para colaborar a rebajar la amortización. En su mano estaba la gran oportunidad de tirar la puerta del Barça. Para ello tenía que demostrar su calidad y talento, con un rendimiento continuo. No lo consigue. Es un jugador de chispazos en un equipo que tiene una propuesta ofensiva, algo que reclamaba y reprochaba a Simeone. Se queda sin excusas, tocado con la lesión y con un futuro incierto.

El luso, desafiante

El valor del portugués en el mercado va en picado y se sitúa en los 40 millones de euros, según el portal especializado Transfemarkt. Ni en el Chelsea ni en el Barcelona, donde cada vez lo tiene más difícil, ha sido capaz de reivindicarse y revalorizarse. El porrazo definitivo sería que Laporta descarte su fichaje y el nuevo entrenador le vea prescindible.

No contempla un regreso al Atleti, pese a que tiene contrato y la negociación para quedarse en el Barcelona no será nada sencilla. La postura de Miguel Ángel Gil Marín es firme. No quiere malvender a Joao y si el Barcelona no acepta las condiciones tras un año de cesión con facilidades, tendrá que buscar otro equipo. La respuesta del portugués ha sido enviar mensajes al Atleti y hacer gestos desafiantes como besar el escudo del Barcelona en la victoria contra el equipo de Simeone en Montjuic. En el vestuario del Atleti no echan de menos al portugués.