La nueva era del Barcelona fracasa con la traumática salida de Xavi y desnuda a Laporta

La salida de Xavi Hernández llevaba fraguándose meses y se había intensificado en las últimas semanas, pero la derrota contra el Villarreal (3-5) dinamitó el adiós del entrenador. En apenas dos semanas, el técnico culé había perdido LaLiga, la Copa del Rey y la Supercopa de España. Y no lo había hecho de cualquier manera, sino con goleadas encajadas contra el máximo rival (Real Madrid), Girona, Athletic Club y Villarreal.

"Para mí eres quien mejor representa la nueva era. Y para mí es un honor que seas nuestro entrenador. Esta piña que haces con los jugadores; siempre acabas integrándolos. Eso confirma que se están haciendo bien las cosas y eso permite que esté ilusionado con esta nueva temporada", le había dicho Laporta a Xavi el pasado mes de septiembre, cuando lo renovó.

Ahora esa nueva era del Barcelona anunciada a bombo y platillo por Joan Laporta en el famoso documental de Amazon le ha estallado en la cara al presidente. La dimisión en diferido de Xavi Hernández, con contrato hasta junio de 2025, pero que abandonará el club el próximo junio, arroja toda la presión sobre Laporta, que ahora queda al desnudo. Nadie va a ejercer de paraguas del máximo mandatario, condenado por sus drásticas decisiones en la parcela deportiva.

TE PUEDE INTERESAR

Por qué Xavi Hernández está más solo que nunca en el Barcelona de Laporta y Mendes

Albert Ortega. Barcelona

Xavi perdió todos sus apoyos

La revolución veraniega en los despachos terminó por colocar a Deco al frente del club y darle plenos poderes. En un lapso de cuatro meses, quienes idearon el Barça campeón de Liga, Jordi Cruyff y Mateu Alemany, se encontraron fuera del club en busca de nuevos proyectos. Un mazazo para Xavi Hernández, puesto que el primero era su principal vía de contacto con la junta y del segundo, a pesar de discrepar en ciertos jugadores, admiraba su profesionalidad.

El movimiento de Laporta dejó solo a Xavi Hernández y reforzó a Jorge Mendes, el agente con más poder en el Barça. Con Alejandro Balde, Lamine Yamal, Ansu Fati, Deco de director deportivo y Rafa Márquez de entrenador en el filial, el agente desembarcó a Joao Félix y Joao Cancelo. Xavi no se plantó y lo pagó caro.

A Deco también le favoreció ser muy buen amigo de Alejandro Echevarría, el excuñado franquista de Laporta que tuvo que dimitir en la primera etapa de Laporta en el club al mentir sobre su vinculación con la Fundación Francisco Franco en la primera etapa de Jan.

El vestuario, dividido

El vestuario se le había ido de las manos a Xavi hasta el punto de observar a pesos pesados como Ilkay Gündogan, Ter Stegen, Frenkie de Jong o Robert Lewandowski poner en entredicho sus decisiones y declaraciones. La Caja de Pandora la abrió Gündogan con sus palabras tras la derrota del primer Clásico de la temporada y la actitud del equipo: "Vengo del vestuario, y, obviamente, la gente está decepcionada, pero después de un partido tan importante y un resultado negativo, me gustaría ver más enfado y decepción".

"Esto es parte del problema. Tiene que haber más emociones cuando pierdes y cuando sabes que puedes jugar mejor y hacerlo mejor en ciertas situaciones y no reaccionas. Esto luego se traslada al campo. Tenemos que dar un paso muy grande en este sentido porque si no, el Real Madrid e incluso el Girona se van a escapar", añadió. El alemán, que trabajó con Guardiola durante muchos años, vio la diferencia entre ambos técnicos.

Los jugadores nunca vieron que Xavi Hernández pudiera revertir la dinámica desde finales de octubre. Además, los fichajes estrella de esta temporada, Joao Cancelo, Joao Félix, Iñigo Martínez y Gündogan no catapultaron al equipo a otro nivel, sino que lo desmontaron. Especialmente doloroso ha sido el caso de los dos primeros jugadores, menos activos en la presión pospérdida y que han ido perdiendo protagonismo desde que empezara el curso.

El técnico azulgrana, que cimentó LaLiga pasada en la solidez defensiva y la contundencia en el área, había sido incapaz de frenar la sangría defensiva que azota al equipo desde el inicio de la temporada. Sin poder coordinar la presión alta con la seguridad defensiva, el técnico empezó a cargar contra la falta de eficacia de sus delanteros.

La tensión fue en aumento. "Debemos ser de los peores equipos de Europa en efectividad. Nos pasó en Mallorca, en Granada... Al Atlético le pudimos ganar bien y casi nos empata. El día del Girona nos pudimos poner 2-1 y 3-3... No estamos bien en la efectividad", reveló Xavi ante los medios de comunicación en uno de sus múltiples pinchazos.

El técnico que debía ser el nuevo Guardiola acaba arrollado por la exigencia del fútbol de élite a pesar de la arriesgada apuesta económica, superado en lo táctico y lo emocional y solo. Su Barcelona acaba sin ninguna identidad de juego, con cuatro eliminaciones de Champions en dos años y con la deuda por las nubes. La nueva era ha fracasado. Solo un remoto triunfo en la Champions League podría salvar el legado de Xavi, reducido a dos títulos y sin un juego que recordar: LaLiga y la Supercopa de España.