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Cisma entre Simeone y Joao Félix: tensión, desaires y poca confianza mutua
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el polémico cambio en el derbi

Cisma entre Simeone y Joao Félix: tensión, desaires y poca confianza mutua

Joao Félix es uno más en los planes de Simeone y si no acaba los partidos lo hace saber con este tipo de reacciones a ojos de Miguel Ángel Gil Marín y Jorge Mendes

Foto: Joao Félix se retira del campo, cabizbajo, en el partido contra el Lokomotiv disputado en el Metropolitano. (EFE)
Joao Félix se retira del campo, cabizbajo, en el partido contra el Lokomotiv disputado en el Metropolitano. (EFE)

No es fácil ser estrella con Simeone. Si te lo crees, todavía puede ser peor porque el choque de intereses resulta más desagradable. El entrenador y el joven futbolista vuelven a sufrir un encontronazo con la escena que protagonizó el portugués cuando se marchó enfadado a la grada en el cambio del derbi. A Joao Félix no le importó ocultar su frustración. La hizo, incluso, más visible, con patadas a la silla y malas caras para dejar patente que así no quiere seguir en el equipo.

Era un derbi. Un partido de esos que sirven para disfrutar, mostrar las habilidades y asombrar al mundo. La sensación con la que se quedó Joao Félix fue la de sentirse señalado de manera injusta por un entrenador que no está en consonancia con su talento. No es la primera vez que se produce este desencuentro porque los intereses del Cholo no son los de Joao Félix. Hay un entrenador que tiene una larga trayectoria en el banquillo del Atleti, respetado y admirado, que elige el equipo por encima de las individualidades. Joao Félix es uno más en los planes de Simeone y si no acaba los partidos, cuando siente que está en su mejor momento, lo hace saber con este tipo de reacciones a ojos de Miguel Ángel Gil Marín y Jorge Mendes. El consejero delegado del club y el representante del futbolista portugués tienen que volver a templar los ánimos en el cisma que hay entre Simeone y Joao Félix.

Simeone decidió la temporada pasada armarse de paciencia y manejar con mano izquierda la cantidad de minutos que tenía que jugar Joao Félix. Por ser comprensivo y respetar la apuesta deportiva y de negocio del club, tuvo que morderse la lengua en diferentes situaciones que no le cuadraban. Joao Félix se quejó por jugar en la banda derecha, alejado del área, y comentó que no estaba cómodo. Prefería estar más en contacto con la pelota, por detrás de un delantero, con más espacios y libertad. El error es que esas quejas las canalizó a través de Jorge Mendes para que llegaran al club y se supieran en los medios de comunicación. Desde entonces, el Cholo comprobó lo que se imaginaba. No iba a resultar nada sencillo la gestión de un chico que pone condiciones para jugar en el Atlético de Madrid.

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No se salió con la suya el portugués. Simeone actuó dándole palo y zanahoria. Más lo segundo que lo primero, porque tampoco es un entrenador que haga gala de la mano dura. No es cuestión de tirarse piedras contra su propio tejado. A Joao Félix le pidió lo que a todos y se lo hizo saber en una de sus comparecencias públicas. “Estoy contento de que se tire al piso y recupere la pelota”, es el mensaje que dejó el Cholo a Joao Félix y los que le protegen. Cero elogios al talento. Para que se diera cuenta de que con él hay que dominar no solo la pelota, sino también lo que se llama el ‘otro’ fútbol.

No tiene privilegios

Al episodio de quejarse por jugar en la banda derecha, llegaron más desaires cuando Simeone se dio cuenta de que el portugués iba por libre y tomaba decisiones en un partido que no estaban programadas. Le empezó a quitar en las segundas partes y ya ponía malas caras. Con el ‘Mono’ Burgos de enlace entre el Cholo y los jugadores se ha perdido a esa persona que, por su cercanía y talante, provocaba en jugadores del tipo de Joao Félix que rectificaran. Si Simeone no ha chocado más con Joao Félix es porque ha tomado la distancia que creía necesaria con un activo que ha costado 127 millones de euros y tiene claro que es un jugador franquicia, pero al que en términos deportivos no le concede privilegios.

Simeone no tiene más apego a Joao Félix porque tenga calidad y haya costado la cantidad de dinero que se ha pagado por él. Ya le gustaría al futbolista y, sobre todo, a Jorge Mendes que el Cholo fuera más cariñoso y tuviera la misma admiración que Zidane demuestra por Benzema, por poner un ejemplo cercano. Al entrenador del Atleti no le van nada estas batallitas en las que el jugador dice al agente, para que llegue al club, cómo se siente más cómodo en el equipo. De hecho, Simeone prefiere no desgastarse con este asunto ni quemar sus energías. Eso no quiere decir que le siente mal y tome nota de los desplantes. “Hay que preguntar al jugador que se enfadó”, es la respuesta del Cholo tras la derrota en el derbi. El mensaje está claro para el técnico. El problema lo tienen Joao Félix y los que le protegen. Él va a seguir siendo el mismo y haciendo lo que considere que necesita el equipo en cada momento.

placeholder Simeone, con gesto de preocupación, en el derbi. (EFE)
Simeone, con gesto de preocupación, en el derbi. (EFE)

No parece que Simeone vaya a pasar factura a Joao Félix por un nuevo desprecio o lo que en el cuerpo técnico del Atleti tienen claro que es una falta de respeto. En el club lo ven más como un pecado de juventud de un chico de 21 años que quiere comerse el mundo y es ambicioso. Eso no le vale al Cholo ni a sus colaboradores cuando ponen por delante los intereses del equipo y hay más compañeros esperando la oportunidad. Ni Lemar, otro de los fichajes más caros de la historia del Atlético de Madrid (70 millones de euros), ha tenido alguna reacción similar a la del portugués cuando se ha quedado sin jugar o le han quitado del campo.

El problema que puede tener Joao Félix con el Cholo, si no rectifica y sigue tensando la cuerda, es perder la motivación. En agosto, con la eliminación del Atleti en los cuartos de final de la Champions contra el Leipzig, hubo más discrepancias por la suplencia del portugués. Salió por Herrera, a falta de media hora, y no gustó. Las semanas siguientes apareció una información que se refería a la posibilidad de un trueque con el Barcelona. Griezmann por Joao Félix. Simeone no entendía nada o mejor dicho: podía interpretar que el portugués seguía con el enfado por no sentirse indiscutible en sus planes.

El Cholo quiere más regularidad

La temporada empezó de la mejor manera para Joao Félix. Consiguió lo que se propuso. Dejar la banda derecha definitivamente y jugar más cerca del área. Le benefició el cambio de posición de Marcos Llorente, la reconversión de este jugador para pasar de mediocentro a posiciones más ofensivas. Joao Félix hacía goles, fluía su juego, sobresalía su calidad y quería demostrar su liderazgo. Pero el Cholo decidió cambiarle en el derbi porque le faltaba agresividad en la presión y dio entrada a Saúl para tener un juego más directo y algo más de carácter. Los que defienden a Joao Félix se llevaron las manos a la cabeza, otra decepción, encima en un derbi, y no entendían el cambio. Para estos estaba peor Luis Suárez, que luego fue sustituido y también se retiró del campo con gestos de incredulidad.

En la relación entre Simeone y Joao Félix hay un cisma por la falta de confianza mutua que está provocada por las prisas que tiene el portugués en consagrarse como una estrella, el altísimo precio que ha pagado el club con un jugador que es un caso especial y un entrenador que recela de este tipo de futbolistas que sienten que tienen poder para influir en sus decisiones. La tensión ha subido por el episodio del calentón en el Alfredo Di Stéfano. Joao Félix pierde la paciencia, estalla, y encuentra la respuesta de un frío Simeone, que tiene claro que este jugador puede marcar las diferencias, pero también que le falta regularidad, y al que no le gustan este tipo de comportamientos y menos las imposiciones.

No es fácil ser estrella con Simeone. Si te lo crees, todavía puede ser peor porque el choque de intereses resulta más desagradable. El entrenador y el joven futbolista vuelven a sufrir un encontronazo con la escena que protagonizó el portugués cuando se marchó enfadado a la grada en el cambio del derbi. A Joao Félix no le importó ocultar su frustración. La hizo, incluso, más visible, con patadas a la silla y malas caras para dejar patente que así no quiere seguir en el equipo.

Joao Félix Jorge Mendes
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